Cuento de Hadas

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Lex Smith

Mitad de verano.

El sol brilla intensamente en el cielo azul, calentando la superficie del lago. El agua cristalina refleja el cielo, creando un espejo perfecto que se extiende hasta el horizonte. El calor del verano hace que el agua esté tibia y acogedora, invitando a sumergirse en ella.

Las olas suaves tocan la orilla, creando un sonido relajante que acompaña el canto de los pájaros. El aire está lleno del aroma de las flores y la hierba fresca que crece en la orilla.

En el agua, algunas personas nadan y juegan, disfrutando del calor del sol y la frescura del agua.

Un bote se desliza suavemente por el agua, dejando tras de sí una estela de ondas que se desvanecen lentamente.

El verano siempre a sido una de mis estaciones favoritas. El estar relajado sin pensar en el que pasará con las clases me ayuda a calmar mis pensamientos intrusos, dándome las alas de poder disfrutar momentos como este.

—¡Bastardo! ¡Tu celular acaba de sonar!-grita mi hermana desde la orilla

—¡Voy!- respondo saliendo del agua

Mis pies descalzos tocan la tierra caliente haciendo que ardan un poco, camino con rapidez y tomo mi celular que está en la toalla que hemos colocado.

Tocó la pantalla y reluce la notificación con un emoticono que conozco desde hace poco, de color melocotón con un fuego en medio, si es Tinder.

Lo he descargado a inicios de verano solo para ligarme a personas y pasar una sola noche, claro que ha cumplido su cometido, he estado con más de una persona por esa aplicación, pero estoy cansándome de responder mensajes solo para tener sexo. El "Hola" o "¿Cómo estás?" Y peor aún el "¿Cual es tu color favorito?" Me tiene completamente aburrido, tanta pérdida de tiempo solo para llegar a la misma conclusión, sexo.

Pero no es por que no quiera conocer a alguien y tener una relación duradera o tener algo como en las películas de verano, solo que realmente nadie termina de conquistar mi corazón.

Las conversaciones son tan superficial, sin profundidad ni conexión real. Es como hablar con un eco, sin recibir respuesta ni resonancia. Me hacen sentir más solo, incluso cuando estoy en la cama con alguien.

El tiempo que paso con ese tipo de personas es tiempo que no podré recuperar, tiempo que podría invertirlo en alguien o algo que realmente importa. Es un recordatorio constante de que la vida es corta y que debo aprovecharla.

Suena tan patético y cursi que aveces a mi mismo me dan asco mis pensamientos, pero digamos la verdad.

¿A quien no le gustaría una relación como en las películas?

Abro la notificación desbloqueando el celular con mi rostro y automáticamente entra en la aplicación, se queda cargando unos segundos y me muestra la foto de un chico.

Y mierda qué es lindo.

Su nombre es Eros, o eso muestra la app.

Tiene cinco fotografías. La primera lo muestra en el gimnasio con una camisa de mangas cortas, la típica fotografía frente al espejo del gimnasio. En la segunda sale el parado de espaldas observando el atardecer, muy hermoso de hecho.

La tercera tiene temática de Halloween, tiene puesto un overol de prisionero. En uno de sus ojos tiene un pupilente blanco y en el otro una cicatriz hecha con pintura roja, cabe recalcar que sus músculos sobresalen del traje.

En la cuarta solo muestra su rostro, sus ojos a los alrededores con combinaciones entre azul y grises, pero en el centro tienen una lluvia de meteoritos entre todas las tonalidades del verde, desde el más claro hasta más oscuro, son los ojos más hermosos que he visto, sus mejillas con algunas pecas al igual que en su nariz.

Venganza amorosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora