Escuchando: Nice to meet ya, Niall horan
De repente, al abrir los ojos Mourinho se encuentra en un lugar que ya conocía, un lugar en el que se vuelve a encontrar de forma involuntaria, lo que esta vez no sabe es como ha llegado a aquí.
Mismo salón, mismo tapiz y ese reconfortante olor que sabía bien a quien le pertenecía.
A Mourinho le gustaría decir que se acuerda de lo que ha hecho en las últimas horas pero eso sería mentirse a sí mismo. Ya ha experimentado lo que es tener lagunas mentales sobre una loca noche de borrachera, pero esto se sentía diferente
Cuando por fin tuvo fuerzas para levantar la cabeza se dió cuenta de que el sol estaba saliendo, ¿Cuánto tiempo había estado dormido? ¿Por qué no se acordaba de nada de la fiesta desde que tomo? ¿Habría hecho algo de lo que se pudiera arrepentir?
Esa ultima pregunta le hizo sonrojar, pensando las cosas que podría haber hecho para "arrepentirse" además de que se encontraba en casa del catalán...
El portugués sacudió la cabeza y golpeó su cabeza de forma dulce ya que no debería estar pensando en esas cosas dada la situación.
Decidió que la mejor idea sería encontrar a Guardiola, el cual no se encontraba con el en esos instantes. Se adentro en los pasillos de la casa buscando al hombre que lo tenía tan confuso.
No le hizo falta mucho para encontrar la habitación del hombre la cual abrió para encontrarse con una imagen que en su cabeza titulaba como "angelical". Era el hombre durmiendo tranquilamente sobre su cama el cual respiraba plácidamente como si nada lo pudiera perturbar.
Entro con cuidado no queriendo despertarlo y se sentó en el lado que no se estaba utilizando donde se dio cuenta que el reloj marcaba las 5 de la mañana, lo que respondía a su pregunta de porque parecía que estaba amaneciendo y empezó a comprender que sus músculos pensaran tanto.
No sabía lo que estaba haciendo, no quería pensarlo demasiado, de todas formas ese apuesto hombre acostado a su lado le debía unas cuantas respuestas...
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Me desperté con un ligero dolor de cabeza y una molestia especial por las luces que entraban por mi ventana, la noche de ayer había sido un completo desastre que yo mismo había ayudado a provocar.
Para variar, ya me olía lo que iba a pasar, y para variar no había hecho nada para evitarlo. Me sentía como una mala persona, probablemente lo era, pero siempre intentaba decirme a mi mismo que no era por mi, simplemente me estaba adaptando y era trabajo del portugués hacer lo mismo. Aún así no podia acallar ese sentimiento de culpa constante...
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Entre todos esos pensamientos y esa sensación dolorosa en las costillas que tienes cuando no has dormido el catalán no se dio cuenta de la figura que se posaba a su lado, tardó bastante en siquiera analizar que había metido a alguien a su casa, a ver, es normal, el alcohol y las pocas ganas de conducir dan a ese tipo de situaciones...
Pero Pep no había mentido en ningún momento a sus compañeros en su casa...
Poco a poco los recuerdos volvieron de forma más consciente y por fin despertó del todo, el que estaba a su lado abrazándole el brazo era el traductor del equipo al cual después de la culpa se lo había llevado a su casa para que descansara hasta que el pobre recordara el sentido o tan siquiera la consciencia.
