20

6 2 0
                                    

Josh D'Angelo


-Hola Josh ¿Que haces? -parecía un poco desanimada, pero en su voz se notaba como quería parecer normal-

-Nada, quería hablar contigo... -escuche como asíntio con un sonido y decidí hablar- Nara, ya estoy cansado de que me evadas siempre que intento hablar sobre tus problemas ¿Me dirás que pasa?

-Josh... Yo... -comenzo a tartamudear y sabía que haría lo mismo-

-Nara, no me vengas con esa que no pasa nada, solo quiero ayudarte, quiero enseñarte a querer... Pero tú no me dejas

-Y piensas que yo no te quiero ¿Es eso? -su voz empezaba a sonar molesta-

-No quise decir eso, es solo que tu... Eres muy fría y quiero ayudarte a cambiar, por qué tú quieres cambiar... Lo sé

-Oye Josh, no quiero hablar de eso, mejor dejemos la conversación aquí, si? Esto será un desastre y creeme, no quiero terminar así...

-¿Y crees que yo si? ¡Nunca me quieres escuchar por Dios! -alce mi voz sin darme cuenta de lo alto que grite, y me arrepentí al instante. Había un pequeño silencio que duró unos minutos ¡¿Que hice?!-

-Hola Josh...-ahora se escuchaba la voz de Ari, y en el fondo la voz de nada decir que cuelgue la jodida llamada- ¿Que pasa? ¿Que quieres saber?

-Ari, no sé si debería hablar de esto contigo, yo...

-Si puedes, y debes... Nara es mi hermana y tú mi amigo, ya no puedo ver que los dos sufran y se lastimen entre si... Habla...

-Estoy tratando de hablar con ella, saber por qué es así y ayudarla, pero ella solo me ignora y cambia de tema siempre

-Bien, te diré algo que tal vez para ella sea difícil de explicar ya que era muy pequeña cuando pasó, yo me encargue de que nunca sintiera el dolor que yo llegue a asentir, pero la vida la atacó de otros lados... Nara cuando era muy pequeña junto conmigo pasamos muchas cosas que aunque para otros no sea nada para nosotras fue muy chocante, antes de lo que pasó con nuestros padres, mi madre no tenía para alimentarnos bien y nuestro padre siempre vivía en el trabajo donde nunca le dieron un buen sueldo, pasamos mucha hambre en varias ocasiones, mi padre en algún momento llegó a golpear a mi madre y yo veia lo que pasaba, mas no dejaba que ella viera eso, paso el tiempo y nuestro padre murió, el nos amaba, nunca fue malo, pero tenia un temperamento fuerte, un año despues murio nuestra madre y eso no se supera facilmente Josh...

-Entiendo, pero ¿Por qué nunca me habló de eso?

-Espera, que aún falta... Nuestra custodia paso a nuestra abuela materna después de tanto tiempo luchando por conseguirla, estando ya con ella todo iba bien, o eso pensaba yo, Nara comenzo a recibir bullying en la escuela, se burlaban de su peso y otras cosas mas, y Nara se volvió insegura y fria. En casa todo estaba bien, hasta que empezamos a crecer, nuestra abuela se ponía cada vez más estricta y peleaba casi siempre, escuchaba a mi hermana llorar todas las noches tratando de ahogar su llanto, al igual que yo, sus notas fueron bajando, desanimada ya no le daba importancia hasta llegar a secundaria, su inseguridad crecía casa vez que Nara se miraba en un espejo y siempre se vestía con ropa más grande que su talla... Nara sufrió mucho, hasta que llegaste tu Josh... Ella no era así, ella cambio, y tú la hiciste brillar otra vez, fue ignorada y burlada por sus mismo amigos... Por eso es así

-No sabía que habían pasado todo eso, perdón...

-Espero que entiendas y comprendas que no es fácil volver a ser como antes, cuando has pasado por tanto a tan temprana edad...

-¿Puedo hablar con ella? Por favor -me sentí aún más peor ahora, quería hablar con ella, pero a la vez esconderme bajo tierra. Pasaron unos segundos y luego escucho un sonido por parte de Nara- ¿Quieres... Un tiempo? Para que puedas sanar, sin presión... Por mi

-Si... -fue lo único que dijo para que todo volviera a quedar en silencio-

-Te amo mucho, adiós... -no hubo respuesta de su parte, solo colgó dejándome con las ganas de escuchar esa palabra de su boca-

Esa noche no pude dormir...

Nara King

Los días pasaron tan rápido, pero a la vez se sentía una eternidad. Hoy volvimos a casa, no me sentía con animos de nada, desde aquel día. Me sentía tan vacía y sin razones, quería desaparecer.

Salí de casa, pues iba a caminar, cuando me encuentro con la maravillosa presencia del amor de mis mil vidas, Josh. No tenia pensado hablarle, y al parecer el tampoco lo tenía en sus planes ¿Que hacía aquí?. Volví adentro y me quedé pensando en que hacía aquí, hasta que ví cuando mi hermana salió y lo invito a pasar, yo a toda prisa me encerré en mi habitación sin siquiera mirarlo, estaba nerviosa. Pasaron las horas y al parecer no se iba, hasta que tome la fuerza y salí de mi habitación, estaban fuera y parecían despedirse, iba a retroceder, cuando escucho desde afuera como gritan mi nombre. Yo salí nerviosa, y juraba que todo me temblaba, mi cuerpo no se estaba quieto.

-¿No me vas a saludar? -solto neutro sin mirarme-

-Tu llegaste, tu deberías saludar, no?

-Si, tienes razón -al fin me miró a los ojos, su mirada estaba vacía y sin brillo- Hola Nara...

-Hola... Josh - fue lo único que dije para que el me regalará una pequeña y corta sonrisa y luego irse-

Ver su sonrisa otra vez me daba esa gota de amor que nesecitaba, pero lamentando que no es como antes. Ya sus sonrisas no me pertenecen, sus brazos no me pertenecen, él, no me pertenece, y me arrepiento tanto de haber dicho que si a esa propuesta ¿Podré recuperarlo algún día?

. . .

De vuelta a la escuela y nada se sentía diferente, solo su ausencia. Lo que antes me daba las razones para venir a está prisión, pronto se irá aún más lejos de lo que imaginé. Y se que aquel vacío que logró llenar, volverá, volverá más intenso mientras más pasen los días. Todo parecía tan vacío y desolado, quería imaginar que nadie había a mi alrededor e imaginarmelo él a mi lado, sonriéndome y acariciando mis manos, pero no podía, solo podía recordar su perfume, que inmediatamente pise mi aula invadió mis fosas nasales. Tuve la esperanza de verlo ahí, pero era inútil pensar eso, era una idiota por pensar eso.

Mi teléfono vibro encima de mi mesa y no le preste atención, ignoraba todo lo que me sacaría de mis pensamientos, por qué no quería dejar de recordarlo, pero vibro una vez más y para mí fue raro, nadie me escribe más de una vez. Decidí abrir el mensaje y era de un número desconocido, lo abrí y en el chat decía:

"Te prometo regresar y no te dejarte"













BLANCO Y NEGRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora