Canción de Cuna

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Agradecía que las paredes del dormitorio fueran insonorizadas, el pequeño Damián reía con tanta energía que Alastor sentía envidia, nunca fue un demonio que necesitara tanto tiempo de descanso, pero desde que tuvo a su bebé, sentía que su energía necesitaba restaurarse aunque sea un poco.

—Vamos pequeño, tenemos que descansar —Lucifer mecía al pequeño por toda la habitación, este le había dicho que sería buena idea que se acostara a dormir, pero le era imposible.

La imagen frente a él era una que sin duda recordaría el resto de su existencia, la ternura y devoción con la que su esposo trataba al pequeño príncipe era un gran recordatorio de que hizo una buena elección para el padre de su hijo.

—No creo que así vaya a lograr dormirlo, su majestad, incluso podría decir que está más despierto que antes. —Su sombra no pudo evitar ir y acurrucarse sobre Damián, quien la reconoció de inmediato y rió más fuerte.

—Tendremos suerte si logramos dormir aunque sea un poco, mañana tenemos que irnos al anillo de Belfegor y dudo que cansados podamos ser algo productivos —Desde que Lucifer había vuelto a sus obligaciones como rey, estaban más ocupados que nunca. No sé quejaba, prefería verlo ocupado y activo, a volver a sus inicios con un Lucifer depresivo y aislado.

—¿Qué haremos con este príncipe? —Se puso en pie para verlo de cerca y acariciar las mejillas rojas que tanto amaba de su pequeño— Eres un pequeño bribón, pero tengo una idea.

Jalo a su pareja para que lo siguiera hasta su nido y entre las mantas de seda lo recostaron, dejando a su pequeño en el centro, lo custodiaba su sombra, quien le daba besos en las mejillas y sonreía con ternura.

Invocó su piano y con destreza comenzó una melodía suave, le recordaba a su madre, quien lo cuido día a día, su amor y ternura. Quería ser igual a ella y poderle dar a su hijo el universo completo.

Grata fue su sorpresa, cuando las luces de la habitación tuvieron solo un brillo leve y pequeños destellos dorados flotaron. Su mirada se dirigió a Lucifer, quien creo la ambientación.

No paso mucho tiempo cuando su bebé comenzó a cabecear.

Su corazón se derritió de ternura, cuando estuvo seguro de que su pequeño dormía, dejo de tocar.

—Nunca te había escuchado tocar esa melodía. —Lucifer lo abrazo, lo necesitaba en serio aquel abrazo— Es hermosa.

—Mi madre solía tararear esa canción todo el tiempo cuando era pequeño. —se acercó a su nido para acurrucarse cerca de su bebé, siendo delicado de no despertarlo.

—Ahora se la puedes transmitir a Damián. —Con eso en mente, su sonrisa se ensanchó, dispuesto a dormir, las luces se apagaron por completo.

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Y pues, aquí está el antepenúltimo capitulo de esta serie, estoy muy feliz de haberlo podido completar.

Pequeño y dulce como está historia ✨😊
Espero les haya gustado 💚

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⏰ Última actualización: Oct 02 ⏰

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