Obanai Iguro mide un metro sesenta, todo el mundo ya sabía que su novia sería más alta que él, no es muy difícil y nadie se esperaba que fuese tan alta, dos centímetros más baja que Uzui Tengen, un gigante incluso entre los hombres.
Cosa que para una mujer japonesa es casi imposible pues la mayoría son bajitas,ella era conocida por tener un odio hacia los hombres y el por odiar a las mujeres, no es la pareja que esperas que se conforme, y si lo hace no duran mucho.
Pero en realidad contra toda expectativa son una pareja feliz, el detallista, protectivo, ella amorosa, consentidora, ella se encargaba de mimarlo con comida y abrazos, subió unos kilos y todo, se veía más sano y feliz.
Ella es muy buena horneando pasteles y cocinando cualquier comida, al principio él solo la acompañaba. No le gustaba comer con su pasado, se sentía lleno con solo ver a las personas de su alrededor comer, pese al esfuerzo de los Rengoku y de sus amigos el solo comía una vez al día y tampoco es comiera mucho, al saber eso ella básicamente lo obligaba comer, no tenía opción .
Cuando ella por fin se decidió a tener su primera vez con él, Obanai entró en pánico decidido a hacer que esa noche fuese especial, pues él sabía que ella había sido abusada sexualmente en el pasado .
Que ella se quisiera entregar a él significaba mucho y es un gran paso para su relación, él vivía solo y algo alejado de la ciudad, asi que por el ruido no había problema, el tampoco era virgen pero sus relaciones sexuales tiraban mas al sadismo, sabia como hacerla sentir bien pero no seguro de hacerla sentir amada.
Su familia le había dejado una gran fortuna y muchas empresas, vendió la casa principal y se mudo un tiempo con los Rengoku, tras un tiempo se compró una casa a las afueras de la ciudad y un carro para poder desplazarse mejor.
Como cada quince días le compró un arreglo floral y también un paquete de chocolates, lo mejor para su princesa, la fue a buscar a su casa con las rosas en una mano y el chocolate en el otro.
——Hola amor——Ella se agacha para darle un beso, toma las rosas y el chocolate.
——¿Nos vamos ya?——Él pregunta, su sonrisa disimulada por su tapa boca, ella asiente y se sube en el carro, y van hacia la casa del pelinegro, una finca bastante grande,no más entra en las escaleras que conduce hacia su cuarto como él había decorado junto a Mitsuri y Sanemi.
——Ven te hice la cena, vamos a comer luego iremos a la cama.
Él mismo había cocinado, sirvió el vino y la cena estaba tibia para que ambos pudieran comer cómodamente, al fin llegó el momento tan esperado cuando ellos entre besos fueron hasta la habitación.
Sus labios no permanecían separados mucho tiempo, mientras se besaban se iban quitando la ropa, cuando estaban desnudos, Obanai empezó a darle besos en el cuello, pequeñas mordidas mientras ella suspira.
——No te preocupes que yo te voy a cuidar.
Toma sus manos y las besa, él seguía esparciendo besos y mordidas, iba bajando poco a poco, adorando sus grandes pechos que para nada cabía en sus pequeñas manos, pone sus manos en sus muslos y las abre, acerca su rostro hacia su entrepierna y hace una lamida antes de empezar a estimularla lentamente con su lengua y sus dedos.
Ella empezó a apretar un poco y puso su mano en su cabello y él se separó de su parte más íntima.
——Tranquila, estarás bien——Le dio un beso en el clítoris antes de darle un beso en su muslo y seguir estimulando hasta que ella se vino en su rostro.
——¿Te sentiste bien amor?
——Si si, por for no pares——Y eso hizo él, tomó su miembro y lentamente lo introdujo en su novia, cuando por fin estuvo adentro espero hasta que ella se acostumbrara, ella envolvió sus piernas alrededor de su cintura.
——Muévete——Al principio lo hizo lentamente y fue aumentando el ritmo la velocidad y la fuerza.
——¡No pares! ¡Por favor no pares!——Cuando sintió que se iba a acercar al orgasmo estímulo al clítoris de su novia hasta que ella tuvo un segundo orgasmo y Obanai quería venirse afuera pues no se había puesto un condón pero ella no se lo permitió y tuvo su orgasmo dentro de ella.
——¿Estas bien amor?——Pregunta el a la mujer que estaba por debajo de él.
——¿Podemos hacerlo de nuevo? Pero esta vez rudo, como lo hiciste con todas esas mujeres en el pasado.