Cap 3 | Confianza.

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Milk se había despertado tarde, apenas pudo levantarse de su cama para comer algo. Cuando salió de su tienda de campaña vio a Yam entrenar. El jamás lo había visto haciendo ejercicio antes. Milk fue a la bolsa de pan que guardo cerca de la fogata y tomó un pan, dio un mordisco antes de mirar nuevamente a Yam, para no incomodarlo dejo de observarlo. 

Milk estaba sentado en un tronco mientras terminaba su pancito. Cuando Yam terminó de entrenar fue hacia Milk, por primera vez en muchos años él quería acercarse a alguien por cuenta propia. - Que haces? - Milk levantó su mirada para responderle a Yam. - Estoy comiendo pan, estabas entrenando? - Yam se sentó cerca de milk y sacó un pan, dándole un gran mordisco. - Yo entreno desde muy temprano o hasta muy tarde, normalmente lo hago cuando nadie puede verme. - Yam dijo, con la boca llena de pan. - Por qué lo haces cuando nadie te ve? - Milk preguntó genuinamente, Yam respondió con algo de confusión. - Porque no me gusta que me observen mientras entreno, me incomoda. - Milk se dio cuenta de que su pregunta fue demasiado estúpida. Yam solo lo miró enojado y se fue a ordenar sus cosas para el viaje.

Milk prefirió hacer lo mismo que Yam, yendo a su tienda de campaña a ordenar sus cosas. Él sabía que a Yam le haría bien el viaje, incluso sonreía al pensar en lo relajado que estaría. 

Ambos estaban llegando al puerto. - Milk, ¿estás seguro de que ese tal "Mango" es una galleta confiable? - Yam le preguntó a Milk, inseguro por la ingenuidad de su compañero. 

- ¡Claro que sí! - Milk dijo animado, las dos galletas ya estaban bastante cerca del puerto. El sonido de las olas y las gaviotas formaban un ambiente tranquilo en la mente de Yam, Milk notó esto y prefirió no hablar con él para dejarle disfrutar el momento. 

Cuando ambos llegaron al puerto empezaron a buscar a Mango, lo encontraron después de un tiempo. Cuando Mango vio a Milk y a Yam los saludo con su brazo mientras se acercaba a ellos felizmente. - Milk y su compañero, ¿están listos para el viaje? - Milk emocionado respondió: - ¡Por supuesto! - Yam susurrando maldijo a Mango por ni siquiera preguntar por su nombre. Mango notó la tensión de Yam. - Oye amigo, no te preocupes, este viaje será relajante. - Yam se enojó aún más. - No soy tu amigo. - Esa respuesta desmotivó a Mango. 

Ya era hora de abordar, Yam se sentó en un borde del barco para observar el mar y Milk se sentó junto a él. Mango comenzó a remar. - ¡Prepárense, este viaje será uno muy largo! - Milk contento dijo: - No te preocupes Mango, nosotros podemos soportarlo. - 

Tres horas de viaje, Milk quería hablar con Yam pero sabía que probablemente se enojaría si le hablaba. Observando detenidamente Milk noto que Yam estaba sereno... Tan tranquilo como las mismas olas y el viento, el jamás lo había visto en este estado. 

Luego de pensarlo bastante finalmente habló. - Yam, ¿qué te está pareciendo el viaje? - Yam lo miró, nuevamente sorprendido de que Milk se interesara en él. - Bastante bien, he estado viendo a los peces pasar... es relajante. - Milk sonrió. - El mar también me suele relajar, aunque me da algo de miedo lo que se puede ocultar en las profundidades... - Yam lo miró algo extrañado, ¿Milk teniéndole miedo al mar? - Eso es normal para alguien que no ha estado en los fuegos del infierno, ardiente como el sol y sofocante como gas toxico. - Milk no supo que pensar de lo que acababa de decirle, Yam tenía una pequeña capa caliente en su masa... Milk pensó en que simplemente odiaba el calor y el verano, no tomándole más importancia al asunto para no incomodar a Yam. 

Yam continuaba observando el profundo mar, él estaba realmente disfrutando las vistas y ver a los animales. - ¿Sabes? Sigo sin confiar en Mango. - Milk pensó: "El confiara en alguien?" - Dudo que Mango este tramando algo. - Yam suspiró. - No me refiero a eso, creo que no le agrado. - Milk no supo que responder, era algo bastante común que Yam no les agradara a otras galletas. - ¿Por qué piensas eso? - Yam volteó a mirar a Milk. - ¿Viste lo grosero que él es conmigo? No me pregunto por mi nombre, me trata como tonto... creo que ni siquiera quiere que este aquí. - 

- ¿Le dijiste tu nombre? - Milk pregunto, tratando de entender a su amigo. - ¿¡Eso que tiene que ver!? Él es un grosero. - A Milk se le hizo difícil ignorar la ironía del enojo de Yam, aun así, intento ayudarle. - ¿Qué tal si le dices tu nombre e intentas hablar con él? Podría ser un buen primer paso. - Yam no había pensado en eso, el normalmente solo eliminaba cualquier posibilidad de ser amigo con cualquier galleta que le resultara grosera o que se notara que no le agradaba. 


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⏰ Última actualización: Oct 18 ⏰

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