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HOTEL EN ESPAÑA
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Era una tarde plácida cuando Checo, en su cuarto de hotel, se preparaba con esmero. Vestía un elegante pantalón que acentuaba su esbelta figura, una camisa blanca que resaltaba su bonita cintura y una delicada pajarita. Mientras se peinaba con esmero su hermoso cabello ondulado. Al mirarse en el espejo, una leve sonrisa se dibujaba en su rostro.

Checo, un joven Omega, había llegado desde México, donde el arte había sido su pasión desde la niñez. Sus padres siempre le apoyaron, y con esfuerzo y dedicación, se convirtió en uno de los artistas más destacados de su país. Aquella noche, había sido invitado a una convención de arte en España. Se sentía emocionado, pues era su primera vez conociendo a artistas de otras categorías.

Mientras Checo se contemplaba en el espejo, un pequeño mechón de cabello cayó sobre su frente. Lo recogió y lo llevó hacia atrás, inmerso en sus pensamientos. La ansiedad le rozaba el alma, pero su abuela siempre le había dicho que lo nuevo era una puerta a la aventura. Sumido en sus pensamientos , su teléfono sonó de repente, y con un pequeño salto, lo tomó en sus manos.

-¿Quién será? -murmuró Checo, observando la pantalla.

Era su querido amigo Carlos Sainz. Una sonrisa se dibujó en sus labios.

-¿Qué pasa, Carlitos?

-¡Apúrate, cabrón! No soy tu chofer para esperarte tanto -respondió Carlos con su habitual tono de broma.

-Voy, voy -dijo Checo, con voz apresurada, recordando que Carlos iba a recogerlo.

Carlos era uno de sus mejores amigos, un pianista apasionado por la música, a quien había conocido en un bar en México. Desde ese encuentro, donde Carlos tocó el piano con una pasión desbordante, se convirtieron en amigos inseparables. Carlos le había invitado a una exhibición de arte en España, y aunque Checo se sentía nervioso, no pudo resistirse a la insistencia de su amigo.

Checo tomó sus cosas, guardó su billetera y llaves, y se miró una última vez en el espejo, acomodando nuevamente el mechón rebelde. Salió de su cuarto de hotel y al llegar a la puerta, vio un hermoso McLaren 600 de color negro. Carlos tocó la bocina con impaciencia.

-¡Entra rápido que llegamos tarde!

Checo soltó una pequeña risita, abrió la puerta y se acomodó en el asiento.

-Ya veo por qué te tardaste tanto. Te arreglaste lo mejor posible para conseguir un alfa, ¿no? -dijo Carlos con voz coqueta, dándole un pequeño codazo en el hombro.

Checo rió suavemente.

-No digas tonterías, Carlos. Tú eres el único que quiere acostarse esta noche con un alfa.

-Obvio, bebé -respondió Carlos, mirándose al espejo con una sonrisa coqueta.

-Vamos, rápido, avanza -instó Checo.

Carlos encendió el motor y partieron a máxima velocidad hacia la convención de arte. Checo miraba por la ventana, sus pensamientos danzando con las palabras de su amigo. ¿Quién sabe? Quizás esta noche un alfa se interesaría en él. La posibilidad, envuelta en la magia de lo desconocido, hacía latir su corazón con una mezcla de esperanza y expectativa.

BUENAS gracias a los que apoyan o tienen fé en esta historia 😿💗Besos a los que me tienen fé Chauwi

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Besos a los que me tienen fé
Chauwi

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