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King's Landig se encontraba en una gran fiesta y algarabía, por la celebración del nacimiento del príncipe Joffrey Velaryon, el cuarto vastago de la princesa Rhaenyra Targaryen, una celebración que no pasaba desapercibida por los pobladores de king's lansdig y de todo el reino, de nobles y lores, de ricos y pobres, todos se encontraban expectantes de ver al niño, de ver si tenía rasgos Targaryen o Velaryon, todos tenían curiosidad de si la princesa se había atrevido a tener otro bastardo y por esta misma razón el rey decidió que el bebé solo se presentaría hacia unas pocas familias, en una cena privada.

La princesa se encontraba arreglándose, llevaba un hermoso vestido negro con rojo y detalles dorados, con unas alas de dragón bordadas el las costuras de los hombros, un traje digno de una princesa Targaryen, y en las mangas se encontraban unos caballitos de mar, también bordados en honor a la casa de su padre, llevaba de pelo suelto, ya que ella nunca disfruto del contacto físico de no ser alguien que ella aceptara, por lo tanto la mayoría de las veces ella se vestía sola y solo necesitaba ayuda cuando el vestido contaba con un corset y necesitaba de ayuda para ser ajustado, para acompañar ese vestido llevaba un collar con el símbolo de su casa, sin duda alguna la sangre de dragón era espesa en la princesa heredera.

Sin embargo, a pesar de que se encontraba ya lista para ir a la cena la princesa se encontraban sentada divagando y repitiendo la misma frase en alto valyrio, una y otra y otra vez, para nadie era un secreto que la pequeña princesa había heredado algo de sus antepasados y a pesar de no ser una soñadora la princesa tenía ciertas visiones qué las reflejaba en frases sin sentido y en alto valyrio.

-¿Ella se encuentra bien leya?- preguntó una preocupada Rhaenyra mientras entraba en el cuarto de su hija.

-Esta bien su majestad, pero se encuentra en esta situación desde hace un buen rato ya-.

La princesa camino hacia su hija arrodilladose frente a ella,naranja escuchar lo que decía.

-Zaldrīzoti se vōljesi jāhor lilagon hen tubī- repetía su hija sin parar.

Dragones y cuervos danzaran desde hoy.

-Rȳbagon naejot issa, issa hāedar,Rȳbagon naejot issa elēni se māzigon rūsīr issa, māzigon rūsīr Muña-

Escúchame mi niña, escucha y sigue mi voz, vuelve con mamá.

La princesa estuvo otro momento divagando sin decir nada hasta que volvió a la realidad y miro a su madre con los ojos llorosos he inmediatamente la abrazo, de todo lo que existía en el mundo a ella le encantaban los abrazos de su madre.

-No se que me sucedió madre, simplemente volvió la oscuridad y no supe que hacer-

Rhaenyra sostenía a su hija acariciando su espalda mientras está sollozaba, la princesa con cuidado rompió el abrazo con su hija para unir su frente con ella.

-No te preocupes mi amor, discutiremos eso después, ahora debemos ir al salón, la cena ya esta por empezar, no te preocupes por nada y además tienes que lucir la tiara qué te dio tu abuelo- dijo mientras tomaba la tiara y la depositaba en su cabeza, para despues limpiar las lagrimas de su hija.

-¿Sabias de la tiara?-

-claro que si lo sabía, tu abuelo me preguntó que la tiara sería de tu agrado- respondió la duda de su hija con una sonrisa -ahora que te parece si vamos para que tu padre y hermanos dejen de esperar-.

La princesa no contesto, solo tomo la mano de su madre con una sonrisa y juntas marcharon hacia el salón en donde se llevaría a cabo la cena.



-ʙʀᴏᴋᴇɴ ᴄʀᴏᴡɴ- | 𝓑𝓮𝓷𝓳𝓲𝓬𝓸𝓽 𝓑𝓵𝓪𝓬𝓴𝔀𝓸𝓸𝓭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora