Prólogo - Decisiones

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"Una guerra que es más antigua que el tiempo mismo. Dos entidades que imponen su voluntad sobre las mentes débiles, encerrados en cuerpos de piedra por el sacrifico del tercer hermano. Radiant y Dire, tan opuestas como el agua y el aceite, tan benévolas como crueles por igual. Su conflicto no es una batalla entre el bien y el mal. Es una guerra constante por la supremacía, con el único y verdadero objetivo de acabar con su contraparte para reclamar el flujo del universe bajo su dominio. Agua y fuego. Vida y muerte. Ambas y ninguna."

Miles de millones de batallas han sido libradas por los minions de estas entidades. Tantas, que el propio infinito es cada vez más exacto para contarlas. Así como infinitas son las realidades donde estas dos voluntades sin piedad luchan sin descanso. Lo héroes, como llamaron a aquellos que no respondían a su voluntad, tuvieron sus propios motivos para unirse a tal contienda, ignorantes que ellos mismos son partes del bucle infinito en el que existen. Y solo la llegada de un nuevo ente... Una anomalía, podrá decider el curso de esta lucha. 

O al menos eso profetizan los más antiguos de otros tiempos y realidades.

Sin embargo, tales problemas no podían importarle menos, a un peculiar ser que caminaba despreocupado por el bosque, ignorante de las grandes fuerzas que batallaban sin constantes, en el eterno campo de batalla que era su hogar. 

Su aspecto era curioso en muchos sentidos. Un cuerpo forjado por la naturaleza misma. Su abdomen y extremidades, parecían un sinfín de raíces entrelazadas, que le dotaban de un aspecto humanoide. Sobre su pecho, creía una proliferante flora verde, que cubría sus pectorales y hombros, y crecía por detrás de su cabeza como una capucha natural de hojas frescas. Tenía rostro, pero nunca antes lo había visto, y solo sus dos ojos azules embuídos en magia eran visible bajo la oscuridad que dicho manto de ojos creaba. Topado con dos cuernos cual ciervo, los cuales se estiraban a pocos centímetros de su cabeza. 

Sobre sus caderas, colgaba un cinturón de cuero, y unos pantalones de igual material cubrían sus piernas hasta la altura de sus pantorrillas

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Sobre sus caderas, colgaba un cinturón de cuero, y unos pantalones de igual material cubrían sus piernas hasta la altura de sus pantorrillas. Pieles de las criaturas que había cazado para comer, con la afilada espada que portaba sobre su cintura. Una espada cristalina de color verde. Imposible de romper o magullar. Una arma que es tan antigua como su primer recuerdo. Aquella vez que abrió los ojos por primera vez. 

Sus memorias antes del despertar son difusas. Sombras y luces. Gritos y sonidos extraños. Caos que no era capaz de entender, como si la tierra misma se abriese bajo sus pies, al mismo tiempo que lluvia de fuego caía desde los cielos. Sueños sin sentido que no era capaz de entender. Sin embargo, desde ese día, lo recuerda todo a detalle. 

Su primer recuerdo era de él mismo, despertando de lo que parecía ser un letargo eterno. Su cuerpo se alzó pesado sobre el suelo, mientras se despegaba de la prisión de raíces que estaban unidad a él mismo contra la superficie. Su mente dolía como el infierno, incapaz de comprender que estaba pasando, dónde estaba, o quien era. 

Su mirada se alzó, y vió a miles de sus semejantes con paso apurado, dirigiendo su marcha hacia un lugar en concreto, pero no sabía por qué. Entes como él, pero que no parecía cuestionarse la situación como él lo hacía. Pero que no le respondían a pesar de sus esfuerzos por interactuar con ellos. 

Dota 2 Fanficción - La Última Batalla (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora