¡Lo olvidaré!

Capitulo 2

—¡Ey, Laurita! ¿¡Vas a mover tu trasero o te vas a quedar ahí toda la tarde!? No tengo todo el puto tiempo del mundo, debemos terminar esta mierda— Mi mente estaba cansada, mi cuerpo entumecido, había pasado la noche en el sofá de Valentina, una compañera de universidad, la cual, había sido lo suficientemente comprensible para dejarme dormir en su casa. No había dormido bien y mi mente seguía vagando en los acontecimientos del día anterior —¿Crees que te pondré en el trabajo si no ayudas? Porque no lo haré —Carlos, ni siquiera había prestado atención a lo que me decía, no tenía fuerzas para pelear con él, daba igual lo que hiciera o dijera, en este momento quería solamente tranquilidad, debíamos terminar el trabajo para mañana, y faltaban algunas partes para completarlo. De haber sabido que me tendría que ir con él, lo habría hecho sola
—Tienes razón, ¿Qué hace falta?—dije, arreglando mi postura y viendo lo que había en el word; “Sanidad en alimentos perecederos” Leí, —Tengo un libro se referencia en mi casa, seguro que nos sirve —Su rostro cambio de fastidio a sorpresa, debía de estar impactado por no seguirle el juego esta vez.
Desde el primer año, Carlos ha sido un dolor en el culo, nunca nos hemos llevado bien, es el típico estudiante universitario que no se esfuerza mucho y tiene buenas calificaciones, no entra a clases y se la pasa entre chicas, bebiendo con sus amigos, o haciéndose un nuevo tatuaje en algún rincón de su cuerpo, era espantoso, jamás me han gustado los tatuajes, pero debo de admitir que los suyos tenían un buen diseño, aunque me siguen desagradando.
—¡En estos tres años, por fin dices algo servible Laurita!— sonrió con burla; el desagrado era mutuo claramente, sabía que odiaba que me llamarán con mi nombre en diminutivo, lo seguía haciendo, este día, odiaba aún más, estaba demasiado sensible por todo, no tenía la culpa, pero aún así, me las desquite con él
—Siempre digo algo que sirve, pero tienes tan poco cerebro que te cuesta entenderlo, ¡Felicidades! En estos tres años, por fin has utilizado tu cerebro de hormiga—dije con Sarcasmo —Lo termino yo en mi casa y te lo mando, así lo revisas —dije, me levanté bruscamente, recogí mis cosas y me fui, sin escuchar lo que debía de decir
Caminaba a la parada de autobuses, esta vez, no me iría con Julián, ni tampoco con Jocelyn, prefería, irme en un autobús y viajar, distrayendo me con cualquier cosa que mirase. Por suerte, esta noche estaría ocupada terminando el trabajo que yo solita me había puesto, pero no importaba, sería bueno para distraer mi mente.
Al llegar a mi casa, me encerré en mi cuarto y trabaje en mi computadora arreglando la tarea, al final de las 8:30 pm había terminado, le mandé el documento por WhatsApp a Carlos para que lo revisara y vi que tenía mensajes de ellos, “¿Dónde estás?” “Te hemos estado esperando”, “¿Ya vienes?”, “Mierda Laura, estamos realmente preocupados” “ya nos ha dicho mamá, que estás en casa, a la próxima avisa” esos mensajes inundaban mi WhatsApp, y algunas llamadas perdidas, había olvidado que lo tenía en silenció, no sabía que poner, pero, debían de tener una respuesta, solo puse “lo siento, estuve estudiando” , Carlos no había respondido y solo se veía dos palomitas celestes, al parecer lo había visto, con eso me conformaba, así que, de inmediato me fui a la cama.
En medio de la noche, pude escuchar risas en el cuarto de al lado, me despertó, sabía que eran ellos, una vez más, mis lágrimas se asomaron en mis ojos, aunque mi hermana sabía de mis sentimientos, no podía culpar la, pero dolía, dolía demasiado, si tan solo no fuese con mi hermana ¿Por qué tuvo que ser ella? De todas las personas
No pude evitar llorar toda la noche, hasta quedarme dormida. A la mañana, escuché como Jocelyn golpeaba mi puerta para despertar, mi cara estaba demasiado hinchada para poder abrir la puerta, tuve que mentir “me suspendieron la clase de las 7, así que váyanse primero, iré después” patética, realmente patética ¿Ahora también faltas a clases Laura?, ¡eres una estúpida!, me dije