SANEMI SHINAZUGAWA

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El tiempo está en su contra, su omega cree en él, sabe que llegará a tiempo y que todo estará bien

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El tiempo está en su contra, su omega cree en él, sabe que llegará a tiempo y que todo estará bien.

Sanemi Shinazugawa, no le falles.

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No podía sentir en absoluto el maldito cuerpo, estaba en peligro, lo sabía, y no solo yo, mi Giyuu, ese omega testarudo que prefiere medio morirse en una batalla antes de entonar un jodido llamado omega, todo para no dejar en duda su autonomía como pilar, ese jodido y hermoso idiota estaba llamándome con desesperación, y mi estúpido cuerpo no reaccionaba, ¡Carajo!

Mi lobo interno no dejaba de rasguñar y gruñir en mi interior, queríamos ir con Giyuu, saber que estaba pasando, ayudarlo, poder verlo seguro y a salvo, pero esos llamados me indicaban que estaba ocurriendo todo lo contrario.

Mi omega estaba en peligro y uno muy grave por no poder solucionarlo por sí mismo como siempre lo hacía.

En cambio, yo, en este momento me encontraba completamente inutilizable.

Por la forma en que parecía estar ubicado mi cuerpo, creo estar sentado en algún lugar, completamente encadenado, pues habían lugares que ejercen una fuerza como si se tratará de una cadena cuando intentaba tambalearme un poco en la silla para poder caer. Debía guiarme por mis sentidos pues tenía puesta una maldita venda y una mordaza, mi cuerpo seguía sin dar ni una maldita señal de respuesta a mis intentos por moverme como quisiera, debía tener algún tipo de sustancia paralizante circulando por mi cuerpo, eso estaba trabajando en contrarrestarlo con el flujo de mi sangre desde que reaccione, pero aún no era suficiente.

Fue entonces que lo escuche, pasos, alguien se acercaba, sus pasos eran lentos y yo podía casi sentir que los disfrutaba mientras la preocupación por mi zafiro me consumía, necesitaba llegar pronto con él.

Una ola de feromonas invadió la habitación en cuanto el sonido de la puerta abriéndose llegó a mis oídos, el lugar de mi encierro había sido completamente cubierto por un aroma omega, parecía algún tipo de olor floral, pero mi interés no estaba en ese maldito olor, sino en la posibilidad de poder salir, ya había logrado ubicar donde estaba la salida, no estaba a más de unos 8-10 metros de distancia de donde yo me encontraba, de pronto sentí a aquel intruso omega sentarse sobre mí regazo acercándose a oler mi cuello, aún con la dificultad de mi cuerpo di un movimiento brusco nada coordinado que terminó por empujar a quien tuviera encima al suelo, también me desequilibro pero eso no importaba, no soportaba que alguien que no fuera Giyuu tomará ese lugar sobre mí.

Alfa... — una voz femenina conocida me llamó, era una omega femenina ¿Porque me rechazas? — Genial, una loca

— ¡mmm-...! — esa maldita mordaza

— No, no debes disculparte, lo comprendo

En esta ocasión ni intente responder, al notar un poco más de control en mi cuerpo intente buscar una salida a mi situación, tenía a una persona en la habitación entonces no podía ser tan claro con mis avances para liberarme, debía ser cuidadoso.

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