En esta vida (BkDk) /BNHA/

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*Pipipipí... Pipipipí*

El sonido de la alarma de su celular invadió toda la recámara, frunció el ceño como suele hacerlo, despertar por las mañanas no era su momento favorito del día, y menos si sentía que no había descansado en lo absoluto. Se sentó en su cama, restregando sin cuidado alguno sus ojos, tratando de que estos se adaptaran y dejará de ver borrosa aquella habitación.

Desearía que los sábados volvieran a ser como en su infancia, un día más de descanso, pero lamentablemente tenía que ir a trabajar, aunque era un consuelo el pensar que el día de mañana podría descansar hasta lo que él quisiera.

Se levantó y tomó dirección hacía el baño, tendría que tomar una ducha de agua extremadamente fría para poder despertar por completo. Y así hizo, las frías gotas resbalaban lentamente por su ancha espalda, algo que lo hacía estremecer, pero lo ayudaba a estar más atento poco a poco, restregó fuertemente sus cabellos explosivos mientras se aplicaba el shampoo, solía ser conocido por su personalidad tosca, y sus actividades diarias no se salvaban de eso.

Cuando terminó de tomar su ducha, se dirigió a la cocina para preparar su almuerzo. Prendió la televisión para entretenerse con algo mientras se disponía a hacerlo, por lo que mientras cocinaba, escuchaba de los actos de violencia que habían pasado últimamente, ayuda a las escuelas o algún que otro político prometiendo cosas que seguramente no iban al caso.

"Lo mismo de siempre", pensó mientras colocaba un huevo volteado sobre un pan que había tostado anteriormente.

Tomó asiento en la barra de su cocina, bebió algo de jugo y se dedicó a ver sus redes sociales por un rato. Deslizaba velozmente, no había nada que llamara su atención, todo el contenido le aburría, o eso parecía, hasta que dio con una publicación que lo hizo temblar.

Un chico de cabellera negra y luces verdosas, sonreía tiernamente a la cámara, haciendo que el rubio sonriera de igual manera. El pecoso salía en una selfie con algunos de sus compañeros y amigos, estos posaban libremente dejando a la vista sus batas y quirúrgicos que llevaban puestos. Katsuki no pudo evitar observar un poco al fondo de la foto, donde se captaba claramente como el pecoso tomaba la mano de una chica castaña.

El humor de Katsuki calló por los suelos, aunque eso solía ser normal en él. Tomó rápidamente el último trago de jugo que le quedaba y se fue a lavar los dientes, tenía que concentrarse. Cuando acabo con su rutina matutina, agarró el maletín que solía llevar a su trabajo y se dirigió a su cochera para poder irse a trabajar.

Manejó mientras tomaba el volante con algo de fuerza, aquel recuerdo de la estúpida publicación que había visto algunos minutos atrás aún seguía molestándolo.

"Es tu culpa", se repetía una y otra vez mientras aceleraba poco a poco, intentando llegar a su destino lo antes posible.

Izuku Midoriya, el pecoso que ocupaba los pensamientos del rubio a menudo, era el amigo de la infancia de este, ni siquiera recuerda como se conocieron, esta seguro que fue en pañales, ya que no había momento de su vida en el que Izuku no estuviera a su lado.

Eran inseparables de pequeños, vivían cerca, por lo que el parque próximo a ambas casas era el punto de reunión de ambos. Solían quedarse hasta tarde jugando a los héroes o cualquier cosa que a los pequeños se les ocurriera, no importaba que fuera, ambos se diviertan con la compañía del otro, para Bakugou no había persona más importante que Izuku y para Izuku, no había nadie más importante que Bakugou.

O eso pensaba el rubio, hasta que un día para otro empezó a tener inseguridades sobre si mismo. Siempre quiso ser alguien exitoso, resaltar sobre los demás y demostrar que era la persona más genial que había pisado aquella tierra, pero, por alguna razón se comenzó a sentir menos que Izuku. No sabía porque, pero ver al pecoso alcanzarlo poco a poco, lo hizo sentir que ya no era especial.