Hoy era el día más importante en los últimos años de su novio,y cuando por fin su relación se haría pública.
Ese fue el pensamiento con el que Iván se despertó desde las 4 de la mañana,tomando toda la fuerza de voluntad que fuera necesaria para salir de entre los fuertes y musculosos brazos que rodeaban su cintura,los brazos de su amado Rodrigo,de aquel chico por el que daría la vida si fuese necesario (aún que perfectamente sabe que sería al revés).
Tomo sus pantuflas y dió un beso sobre la frente de su adorado novio para salir con dirección a la cocina de aquella mansion donde se hospedaba como el año pasado,el recuerda que durante el año pasado le fue difícil esconder su relación de los demás, especialmente estando en la misma casa y respirando el mismo aire que su novio durante una semana entera.
Rodrigo odiaba con todo su corazón escuchar la maldita alarma que le indicaba despertarse, pero al ver la fecha en el calendario de la pared su corazón dio un vuelco y sonrió, definitivamente hoy era de los mejores días de su vida en años, podría hacer lo que quisiera. que tanto le encantaba y aún más,tener al hombre de sus sueños a su lado apoyándolo en todo momento,hablando de su novio,¿Dónde estaba?. Removió sus brazos entre las sábanas tratando de encontrar el delicado cuerpo de su pareja, sin éxito alguno supuso que éste había sido aún más madrugador que él mismo, suspiro y una risa se formó en la comisura de sus labios.
— ¿Duermes bien, cielo? — Pudo escuchar la puerta abrirse y dejar ver al chico de largas pestañas entrar a la habitación, fue cuestión de segundos para que esté se tire en el pecho de Rodrigo como todo un mimado.
—Hubiese dormido mejor si no me hubieses dejado desde tan temprano solo,che,¿Dónde estabas amor?—
Acercó al chico aún más hacia su pecho,acariciando su espalda y jugando con aquellos rizos revoltosos característicos de él.
— Bueh,es que no podía dormir bien por la ansiedad...— se acurrucó en el suave abrazo que compartían ambos y mantuvo contacto visual con el bahiense,teniendo un tono de voz de preocupación. —No quiero que te pase nada,me da miedo que te lastimen.—
Ezequiel odiaba que la gente se preocupara demasiado por él, pero si venía de Raúl era algo de lo que jamás se enojaría. Soltó un suspiro y besó la frente de su novio con dulzura,murmurando palabras cariñosas y con un tono de voz que se mantenía suave,sin querer alarmar al santafesino.
— Nada de que preocuparse, sabés que lo voy a cagar a trompadas ahí arriba, o dudarás de eso, ¿ah?—.
— Si tú lo dices... — Escuché el teléfono vibrar en aviso de un nuevo mensaje, decidí abrirlo y se separó del abrazo. — Che, dice rob que ya está todo listo para irnos, solo falta que te cambies. —
—Tss,que me chupe la pija mejor.— Iván se limitó a reír ante el comentario de su novio,antes de que ambos salieran de la habitación.