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Pov: Freen

—¡Un brindis por mi hermosa novia! —dijo Khalan, levantando una botella de cerveza. Todos lo seguimos, levantando nuestras propias botellas. —Gracias a ella se completó otro trabajo y podemos disfrutar del botín.

—¡Salud! —dijimos todos al mismo tiempo, con sonrisas y risas resonando en la espaciosa sala.

Había sido un trabajo muy fácil, un viejo solitario que necesitaba la compañía de alguien y estaba más que dispuesto a darle todo su dinero a cambio de un poco de atención y afecto. Solo hizo falta un par de cenas, unas cuantas noches compartidas y un encanto superficial para que el anciano firmara los papeles que transferían su riqueza a nuestras cuentas. Fue demasiado fácil, y me hacía preguntarme si la gente realmente entendía el valor del dinero.

Vi cómo todos disfrutaban de la celebración, una pequeña familia de estafadores unidos por la avaricia. Heng y Nam, mis mejores amigos desde que comencé en este negocio, animaban a Faye, quien estaba bailando al ritmo de la música junto a Charlotte. Sus movimientos estaban llenos de sensualidad, también de una alegría contagiosa. Billy, tratando de evitar una risa escandalosa, conversaba animadamente con Khalan, compartiendo bromas sobre el último trabajo.

Si no fuera por Khalan, no sé dónde estaría hoy. Probablemente hubiera tenido el mismo destino que ella...

Esa pérdida fue el catalizador que me empujó hacia esta vida. Una vida donde el dinero es poder y seguridad.

Tomé otra botella y salí hacia la piscina de la casa, dejando atrás el bullicio de nuestra pequeña fiesta. Me senté al borde, dejando que mis pies descalzos se sumergieran en el agua fría. La vista era impresionante, el cielo teñido de tonos anaranjados y púrpuras mientras el sol se escondía en el horizonte. El reflejo del atardecer en el agua era hipnótico, y por un momento, pude olvidar la constante carrera por más dinero y disfrutar de la belleza del momento.

El viento fresco de la tarde acariciaba mi rostro, trayendo consigo un breve respiro de paz. Pero en el fondo, sabía que esa paz era efímera. Mi vida estaba construida sobre una base de engaños y traiciones, y aunque el dinero me había dado una libertad que nunca antes había conocido, también me había aislado de cualquier conexión genuina.

La vida que llevaba era un constante recordatorio de lo que había perdido y de lo que estaba dispuesta a hacer para nunca volver a sentir esa pérdida. Pero mientras observaba el atardecer, no pude evitar preguntarme si alguna vez encontraría algo que llenara el vacío que el dinero no podía llenar.

—Freen, cariño, ¿te encuentras bien? —preguntó Khalan, sentándose a mi lado. Su presencia siempre era reconfortante, aunque hoy su mirada estaba un poco turbia por el alcohol.

Me dirigió una mirada profunda antes de inclinarse para darme un beso, un poco más agresivo de lo habitual debido a todo lo que había estado tomando.

—Sí, solo quería disfrutar de la vista, —respondí, tratando de admirar la tranquilidad que el paisaje me daba.

—Uhm, es una increíble vista, sí, pero no te distraigas, te necesito atenta para el siguiente objetivo. —Su tono era suave pero firme, me recordaba que nuestra vida siempre estaba en movimiento, sin tiempo para grandes pausas.

Un trabajo acababa y comenzaba uno nuevo. La verdad era que eso me mantenía ocupada y alejada de mis pensamientos tristes, los recuerdos dolorosos que intentaba dejar atrás con el paso de los años.

Khalan sostuvo mi rostro en sus grandes manos, su toque era cálido y familiar. Llenó mi cara de besos, haciéndome sonreír por el cosquilleo que sus labios dejaban.

—Bien, detente, —dije entre risas, empujándolo suavemente. —¿Cómo se llama?

Khalan me devolvió una sonrisa cómplice.

Avaricia | FreenBeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora