Avaricia | FreenBecky

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Pov: Freen

—Espero que caiga tan rápido como lo hizo el último —dijo Khalan mientras tomaba otro trago de su lata de cerveza.

Estaba sentada sobre sus piernas, él apretaba mi cuerpo contra el suyo. Ambos hablábamos de lo mismo de siempre, nuestros planes... o más bien los suyos.

—Solo quiero acabar con este trabajo, estoy muy cansada de fingir —dije a lo bajo, pero era de esperarse que mis palabras no pasaran desapercibidas por él.

Al inicio noté algo de molestia en su mirada. Hizo que me acomodara para poder verlo a la cara por completo, y por unos segundos el ambiente se sintió muy tenso, hasta que habló.

—Bien, si es lo que quieres.  —¿Había escuchado bien? —Podemos decir que este será el último trabajo que hagas.

Lo miré confundida, muy confundida. ¿Cómo podría ser posible? Pensé que se enojaría y diría que esto era lo único que teníamos. Su respuesta me tomó por sorpresa, y me sentí atrapada entre el deseo de creerle y la confusión.

—¿Qué quieres decir? ¿E-es una broma? —pregunté con cautela.

—Digamos que he estado haciendo negocios con ciertas personas. Después de llegar a un acuerdo con ellos, las posibilidades de que ya no tengamos que estafar a más gente son muy altas.

—¿Ciertas personas? —Esta conversación me estaba llenando de más dudas cada vez.

—No tienes que preocuparte de eso ahora. Déjamelo a mí. Pero prometo que podremos ser felices, tú, yo... y tal vez algún niño corriendo por la casa.

Su aliento contra mi cuello hizo erizar mi piel, su mano recorría delicadamente mis piernas. El ambiente cambió de repente, y la tensión se transformó en algo más íntimo. El calor de su cuerpo contra el mío me hacía sentir segura y deseada, aunque las palabras que había pronunciado aún resonaban en mi mente.

Necesitaba algo de su contacto, así que no pregunté más sobre a qué se refería. Decidí bajar la guardia y seguir sus caricias. Sus dedos exploraban mi piel con una suavidad que contrastaba con la intensidad de sus palabras. Me perdí en el momento, dejando que mis preocupaciones se desvanecieran, al menos por un rato.

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El sonido de mi teléfono se escuchó en toda la habitación, Khalan también comenzó a hacer ruidos de molestia. Con pereza, estiré mi mano hacia la mesita de noche. El nombre de Robert estaba escrito en la pantalla.

—Hola, querido —dije con cansancio en la voz. Aún tenía sueño.

—Freen, cariño, ¿aún sigues durmiendo? —Despegué por un momento el teléfono de mi rostro para ver la hora, eran cerca de la una de la tarde—. Perdóname.

—No, no te disculpes. Lo que pasa es que anoche... me quedé leyendo un poco, no medí el tiempo y me fui a acostar más tarde —expliqué de prisa, pero con seguridad.

—Espero que el libro valiera la pena. Bueno, solo quería saber si tenías planes para hoy.

El único plan que quería era el de estar todo el día en mi cama, incluso si Khalan decidía quedarse.

—No, ¿por qué?

—Planeé que podríamos ir al club con Becky y jugar algo de tenis, así ustedes podrían conocerse más.

La sola mención de su nombre hizo que mis mejillas comenzaran a cosquillear. Entonces, la imagen de la cena volvió a mí. Pensar en su piel clara, sus ojos tan expresivos y sus labios carnosos pintados de un tono rosado suave solo provocaba que quisiera lanzarme hacia ellos y juntarlos con los míos, poder compartir su lápiz labial con solo un beso. Mi mente vagaba, recordando cada detalle de su figura, la manera en que se movía y la sonrisa que iluminaba su rostro. Sentía un deseo intenso, una extraña atracción que no podía ignorar.