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Seokjin no recuerda la fecha exacta en que comenzó a desear a ese hombre, pero si recuerda la primera vez que lo vió en unos premios recibiendo el triunfo a Mejor Actor Revelación y es como si hubiera desbloqueado un personaje que ahora comenzaba a ver en todos lados, era su tipo. Sería el tipo de cualquiera, de hecho. Al principio sentía admiración por él, por la carrera que estaba construyendo, después comenzó a sentir ternura por su manera de ser ante el público, después recuerda haberlo visto de protagónico en un drama donde se hizo muy consciente de lo hermoso que era, pero incluso más consciente de sus labios, cuando se removió en su cama viendo como besaba a la protagonista, jamás pudo dejar de pensar en ello. Kim Seokjin deseaba tomar esos labios y darle un beso de verdad, uno que los dejara sin aliento a ambos, porque no había manera de que esa boca no fuera bien besada algún día. Y entonces se volvió su platónico, pero nunca forzó un encuentro con él, se manejaban en el mismo medio, se habían saludado vagamente algunas veces pero nunca establecieron un diálogo y Seokjin estaba bien con eso porque no estaba seguro de poder controlar su cuerpo alrededor del chico.

Por eso agradecía que en el camerino donde los habían asignado estuviera lleno de staff, había llegado temprano junto a su manager el Señor Lee, así que sin perder tiempo ya se encontraban maquillándolo cuando se abrió la puerta y entró Kim Taehyung algo tímido saludando a los chicos que trabajaban arduamente alrededor.

—Buenos días, sunbae. —Saludó al mayor igual de tímido haciendo una exagerada reverencia que Seokjin pudo ver a través del espejo y meneó su mano para decirle que no era necesario hacer eso.

—Buenos días, no seas tan correcto conmigo. —Pidió con una sonrisa, sobre todo porque odiaba sus primeros años donde actores con más años de trayectoria lo obligaban a ser exageradamente respetuoso, solo para humillarlo.

Taehyung tomó asiento aún lado de él donde le indicaron para comenzar a maquillarlo, sus manos estaban en su regazo donde jugaba con sus dedos, Seokjin se tuvo que controlar para no llevar su mano hasta ahí y calmar su nerviosismo.

—¿No viene nadie contigo? —Preguntó interesado el pelinegro.

—Sí, viene mi manager es solo que se quedó afuera hablando con los directores. —Dijo intentando no mover mucho su rostro, pues estaban pintando sus ojos.

—No te sientas tan nervioso, pensé que ya estarías acostumbrado a todo esto.

—¿Has visto el cast? Hay actores con trayectorias impresionantes, algunos con los que nunca he trabajado y creo que nunca voy a perder esta emoción. —Seokjin sonrió, el rubio estaba hablando con él por primera vez en sus vidas y no podía estar más maravillado de tener su atención.

—Tu eres uno de esos actores. Exageradamente bueno en todo lo qué haces. —Elogió el pelinegro soltando una risita y las personas que lo escucharon alrededor estaban en total acuerdo.

—Yo no... bueno pero es que es imposible no emocionarse.

—Siempre creí que eras un hombre muy seguro de ti. —Soltó por lo bajo. —Bueno, por lo que podía ver en redes.

—A veces puedo serlo. —Las mejillas del rubio estaban encendidas por sus palabras. —Pero en este momento no. Usted para mi también representa mucha admiración.

—¿Yo?

—Tiene una trayectoria casi excelente, no hay un drama suyo que no tenga éxito en estos días, lleva más de 20 años en el medio y viene construyendo su carrera desde que era un adolescente. Así que yo podría decir que es imposible no sentirme tímido en su presencia, cuando acepte no sabía que usted estaría aquí, me enteré antes de abrir la puerta del camerino porque vi su nombre pegado en la puerta. —Todo esto lo decía aún viendo al frente, ambos viéndose un poco en el reflejo del espejo. Escuchar eso claro que había inflado el ego de Seokjin, solo porque se lo decía ese chico. No cualquiera podría tener ese efecto en su persona.

—¿Cómo sabes tanto de mi?

—Lo tuve que estudiar en la escuela de actuación. —Mencionó simple el rubio y así como le había subido el ego se lo bajo hasta el infierno.

—Oh, ya veo. —Forzó una sonrisa y no dijo nada más, dejando que manos siguieran trabajando en su persona.

JinTae Au • AccidentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora