Parte final

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— Úneteles.

Severus lo vio incrédulo por su respuesta, soltó su mano negando con la cabeza.

— No lo haré, no quiero.

— Debes hacerlo Sev, así podríamos saber cuáles serían sus planes, podríamos vencer a Voldemort y acabar con todo su séquito de una vez por todas.

— Eso me incluiría a mi si me uno a él.

— No, yo me encargare de protegerte en todo momento, al convertirme en auror podré estar si algo se presenta y podré velar por ti, y estoy seguro que Dumbledore también te cuidará si algo sucede. — James volvió a sujetar las manos de Severus, dando leves caricias a estas.

El Slytherin estaba dudoso de la último, o bueno, estaba seguro de que ese hombre solo velaría por él mientras le fuera útil.

— Yo, no sé si deba hacerlo, tengo un mal presentimiento.

El Gryffindor se acercó a él y le abrazó, ocultando el rostro del azabache en su pecho.

— Tranquilo, yo te protegeré pase lo que pase, —se separó ligeramente de él y sujeto su rostro entre sus manos.— y apenas acabemos con todo esto, vámonos a un lugar, ese que solo nosotros conocemos.

Severus sonrió ante esas últimas palabras, sabía a qué lugar se refería.

— Está bien, lo haré.—asintió levemente y unió sus labios con los de James.

[...]

Casi tres años después de unirse a las filas de Voldemort sentía que su vida era consumida día con día. Sus manos están manchada de sangre ajena, su cuerpo tiene más cicatrices de las que puede contar y ni hablar de las pesadillas que recorren su mente apenas logra dormir un poco en las noches.

Los únicos que sabían que era un espía eran Dumbledore, Lily, Remus, Black y James, esté ultimo se veía igual de agotado que él. Debían mantener su relación en secreto, tuvieron que fingir terminar para poder ganarse la confianza de los mortifagos que se encontraban en Slytherin. Todos los planes que tenían tuvieron que ser retrasos hasta que todo se calmara.

Mientras James vivía en el valle de Godric, Severus seguía viviendo en la Hilandera, la casa de sus peores pesadillas cuando su padre se encontraba ahí. Pero ahora solo era un lugar donde podía dormir unas leves horas antes de partir a otra misión encomendada por el señor oscuro. A pesar de intentar mantener estable su relación, eran pocas las veces que se veían y cuando lo hacían solo discutían sobre planes para poder vencer a la oscuridad.

Severus estaba cansado, y se lo decía a James, pero este hacía oídos sordos y le pedía que brindara más información sobre lo que planeaban los mortifagos. Sabía que detrás de esa insistencia estaba el viejo excéntrico de Dumbledore, y James creía que lo que ese viejo decía era una orden que debería seguir sin rechistar.

Esa era otra razón de sus peleas. El que creyera todo lo que decía el Director de Hogwarts, se dio cuenta que las palabras de ese hombre valían más que las de él. Así que para evitar seguir discutiendo dejó de visitar la casa de su pareja, y por eso logró notar que si él no lo buscaba Potter no lo hacía. Pasaron semanas sin verse si no fuera porque Dumbledore lo mando a llamar para que le informara sobre los últimos detalles que estuvieran planeando los mortifagos.

Al terminar la reunión se despidió de Lily, Remus y Black, deseándoles suerte para la próxima emboscada que tenían planeada, la cual esperaba fuera una que lograra debilitar o matar a Voldemort.  Gracias a Regulus lograron conocer de la existencia de los horrocrux, y con ayuda de Lucius consiguieron eliminar casi todos, a excepción de una, Nagini, la fiel serpiente del señor tenebroso.

Somewhere only we knowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora