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Las gotas de agua que caían perfectamente coordinadas desde las nubes hasta el asfalto aquella mañana, golpeaban fuertemente las ventanas de la habitación del rubio rizado que se estremecía en su cama negado totalmente a asistir a la universidad ese día.

Han Ji-Sung, un estudiante universitario de 20 años sin nada extraño o algo que lo haga destacar como brillantina de los demás. Estudia Diseño Industrial en la universidad de Seúl, cursando el último semestre del año, una vez lo finalice podrá de decir que le quedan solo dos años para graduarse de la universidad.

JiSung siempre fue alguien extrovertido, nada tímido y muy responsable. Sus amigos lo describen cómo alguien dedicado y sobretodo muy hermoso. El rubio vive con sus padres y su hermano de dos años, Jooyoung, otro rubio muy parecido a JiSung en la familia.

Se levantó de la cama y se puso sus pantuflas para ir escaleras abajo, hasta que escuchó el llanto de su hermano al final del pasillo. Suspiró y caminó hasta allá tallando sus ojos, abrió la puerta y se encontró con Jooyoung en su cuna llorando.

—Jooyoung-ah, ¿qué tienes?—lo levantó en sus brazos y acarició su rostro empapado.

JiSung bajó al primer piso con Jooyoung en sus brazos, encontrándose allí con sus padres ya listos para ir a trabajar.

—Mamá, papá, Jooyoung estaba llorando desesperado.—extendió al rubio de dos años a su padre y caminó hasta la cocina bostezando en el camino.

Debía prepararse cuanto antes para ir a la universidad, le tocaba clase a primera hora y cómo estaba casi acabando el semestre, estaba más que seguro que le pondrían algún proyecto que hacer.

Eso lo tenía nervioso.

El diseño era algo que le gustaba mucho, pero Diseño Industrial no era algo que le encantaba. Es decir, ¿No es mejor el diseño gráfico? Eso pensó antes de investigar mucho mejor y saber que le convenía Diseño Industrial. No estaba totalmente satisfecho con la carrera pero no le desagradaba.

Se preparó un café con mucho hielo y leche en su vaso especifico para eso y subió a su habitación para prepararse.

—¿Ustedes creen que nos ponga a hacer manualidades de 4to grado de primaria?—preguntó esparciendo el champú por su cabello en la ducha. Estaba en una llamada con sus amigos, quienes desde su casa también se preparaban. Por obvias razones tenía la computadora encima del retrete apuntando hacia la puerta.

—Esa señora nos pondría a hablar con el presidente si fuese maestra de ciencias políticas y nosotros sus estudiantes.—exclamó Jeongin. Todos rieron.

Un rato más tarde, cerraron la llamada porque algunos ya iban de camino a la universidad. JiSung terminó de ponerse su crema en la cara dando pequeños golpecitos. Suspiró satisfecho luego de haber acabado de arreglar su cara.

Se puso unos pantalones jean holgados algo claros, una camisa holgada por igual con una parte de la prenda dentro del pantalón y la otra por fuera. No se olvidó de abrigarse con un blazer marrón largo y calentito.

Terminó de definir sus rulos, tomó su bolso al hombro con todas sus cosas dentro y bajó al garage de su casa tomando su auto. Un bmw blanco que le obsequió su abuela cuando se graduó de la secundaria.

—Let's go!—encendió el motor y se puso en marcha hacia la universidad.

Se detuvo en el semáforo y mientras esperaba que cambiara notó un pequeño taller con una tienda de artesanías justo al lado. Se sorprendió bastante, pues nunca la había visto ahí.

—¿Esas son tazas?—quiso ver mejor pero la luz verde del semáforo y las bocinas de los autos detrás de él lo hicieron regresar la vista al camino. Arrancó con esa tiendita en la cabeza.

Forma del amor - MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora