Eran tan amigos que metieron la pata al mismo tiempo, esas eran las verdaderas amistades.Recapitulemos.
Todo empezó en una conferencia en la universidad sobre educación sexual y planeamiento familiar. Iba a llegar la Primavera y con ella la época de apareamiento, así que consideraron adecuada una conferencia del tema. Al finalizar la reunión, les dieron a cada uno una cajita de condones patrocinadas por el Gobierno.
Los amigos empezaron a bromear sobre el hecho, burlándose de la segura baja calidad de esos productos y que nunca podrían usarlos.
Pero bueno, en un momento de calentura te olvidas de tus promesas.
Y así es como llegamos a este momento.
Toey estaba completamente en shock viendo las pruebas de embarazo de los cuatro presentes ahí. Pruebas de embarazo positivas. POSITIVAS. ¿Era esto acaso una broma del destino? Si era así, era una broma de muy muy mal gusto. El pequeño omega tenía pequeñas lágrimas en sus ojos, tenía miedo.
Fang se dejó caer en el sillón mientras su mente procesaba todo. Quería tener cachorros pero más adelante, cuando Tan y él tuvieran trabajos estables, un lugar donde vivir. Ya saben, lo básico.
Phum tenía la vista perdida, recordando cuantas veces le gritó a su papá que nunca sería un Alfa que tuviera cachorros para un enigma, que aunque Peem lo hubiera marcado nunca dejaría de luchar por sus sueños, que jamás cometería el error de dar cachorros cuando era nadie. Maldita sea, su padre tuvo razón...se convirtió en una incubadora.
Pun simplemente puso su mano en su vientre plano, encantado de la idea de tener un pequeño cachorro. Estaba enlazado con Chain desde secundaria y ahora tendría a su cachorro, su omega interior no podía estar más feliz.
Lejos de ahí estaba Beer, estaba en su apartamento. Dormía mientras abrazaba por la cadera a su omega, Kluen, quien estaba tejiendo para calmar un poco su aburrimiento. Estaba en su sexto mes de embarazo y tenía que estar en reposo por unos días, había intentado salir de cama pero Beer se lo impidió todas las veces que lo intentó.
Kluen dejó de tejer para ver a su acompañante, no era nada pero iban a tener un cachorro por cosas del destino. Sonriente empezó acariciar los cabellos del alfa, su aroma lechoso se impregnada en el contrario, algo que le gustó.
Podia marcar territorio.