STARVING ARTIST (aizawa shota)

SIETE

Te miraste al espejo. Tenías que ser sincera, te veías bien. Tú vestido de color índigo abrazaba tus curvas con fuerza mientras que tus tacones de aguja con cordones acentuaban tus piernas. No sé esperaba que tuvieras ese aspecto, ya que normalmente vestías una bata cubierta de pintura.

"¿Qué estoy haciendo?" Murmuraste para ti misma.

Salir con Hizashi parecía un acto de auto sabotaje. Tenías sentimientos evidentes por Shota, pero desde que él te dijo tan descaradamente que no sentía lo mismo, pensaste que una noche de fiesta no podía ser tan mala, incluso si Hizashi tenía motivos ocultos. Además, apenas podías mirar a Shota a los ojos.

FLASBACK

Te frotaste los ojos mientras entrabas a la cocina. Todavía tenías los ojos enrojecidos por el llanto. Te detuviste en seco cuando viste que Shota había preparado el desayuno y puesto la mesa. El corazón te dió un vuelco, pero rápidamente desestimaste las emociones.

"¿Qué es esto?" Te quedaste mirando la mesa. Parecía que había hecho panqueques y cortado fruta que colocó en un tazón grande. Había dos tazas de café junto a los platos.

"Mi disculpa" Shota fio un paso adelante y paró frente a ti, la vergüenza se reflejaba en sus rasgos. "Me emborraché mucho y tuviste que cuidarme y..."

"¿Recuerdas algo de lo que pasó anoche?" Le interrumpiste.

"En realidad no, no recordé mucho después de acostarnos en tu sofá cuando llegamos aquí." Estaba mintiendo, aunque no se notaba.

"Está bien." Frunciste el ceño y pasaste junto a él para sentarte a la mesa. "Vamos a comer para que puedas irte a casa".

Shota quería actuar como si no tuviera idea de tu actitud, pero simplemente no pudo. Los acontecimientos de la noche anterior se repetían en su cabeza como un disco rayado. El sonido del portazo de tu puerta y el sonido de tus sollozos ahogados desde el interior de tu habitación estaban grabados en su cabeza como música podrida.

Ustedes dos se sentaron y comieron juntos, en silencio. Miraste fijamente tu plato y te concentraste en comer. No podías mirarlo. Tal vez estabas siendo dramático, pero dolió demasiado.

FIN DEL FLASHBACK

Suspiraste. Hizashi estaría allí en cualquier momento. No le pareció un tipo puntual, pero a las siete sonó el timbre, como había prometido. Inhalaste profundamente y abriste la puerta.

"¡Hizashi!" Le sonreiste al rubio alto. Llevaba el pelo recogido en un moño y vestía pantalones ajustados con una camisa de seda de manga corta y botas. Su camisa no estaba abotonada del todo, dejando al descubierto su pecho muy tatuado. Tenía un aspecto increíblemente bueno y, por un momento, te olvidaste por completo de Shota.

Para Hizashi fue todo lo contrario. Al verte con ese vestido diminuto y esos tacones altísimos, todo lo que realmente podía pensar era en la forma más rápida de llevarte a la cama.

"Wow t/n, te ves muy bien."

"Tú tampoco te ves tan mal", dijiste con una risa suave.

Extendió su brazo y tú te uniste a él con los codos mientras caminaba hacia su auto. Entraste en el asiento del pasajero y te volviste hacia él.

"¿A donde vamos?"

"Te gusta la música, ¿verdad?"

"¿No lo hacen todo el mundo?"