Heat Waves } daerin

VI

— ¡Hyein! —gritó Danielle observando la ventana de su mejor amiga, la chica abrió—. ¿Qué quieres, idiota? Es de madrugada.

— ¿Nos escapamos? Minji, Hanni y Yunjin nos invitaron.

— Neh —Hyein estuvo a punto de cerrar su ventana, pero a Marsh se le ocurrió algo que la haría replantearse la situación.

— ¡Irá Eunchae!

— Salta por la ventana, espérame abajo —dijo Hyein y Danielle saltó por la ventana, por suerte, ninguna tenía dos pisos en su casa, sin embargo, eran grandes, tenian dinero las chiquillas.

Danielle esperó un ratito afuera y luego Hyein saltó de su ventana, ambas caminaron a las 3 y algo de la mañana hasta la casa de Eunchae, ellas vivían en un country, así que tuvieron que salir del country para ir de Eunchae. Escaparse mucho no les servia porque quienes controlaban la entrada y salida de la gente registraban a que hora salían las chicas, pero bueno, era divertido.
Caminaron un par de cuadras hasta llegar al centro, luego entraron a la casa de Eunchae, era una reunión BASTANTE grande.

— Hola.~ Llegaron un poco tarde, ¿no? —dijo Yunjin.

— Vivimos en Country, recuerda —dijo Marsh.

— Ay ellas, tienes dinero —bromeó Kim—. Obvio.

Hyein y Marsh se sentaron en la ronda.

— Les comunicamos que Chae y yo salimos —dijo Yunjin, todas sonrieron—. ¿Desde cuándo?

— Anoche.

Danielle aguantó la risa.

— ¿Tú qué?

— Pense que tardarían más en comunicarlo.

— Al menos y tengo algo importante que comunicar —dijo Chaewon en un tono sumamente serio.

— Tú siempre con tus comentarios innecesarios eh, Danielle —siguió Yunjin igual de seria que su novia.

Danielle alzó las cejas.

— Dani, si estarás con tus comentarios pasivos agresivos, vete.

Marsh estaba en shock, no lo dijo en mala manera.

— Oigan, lo dije porque ya se notaba desde antes que se tenian ga-

— Ya deja de querer justificar tu envidia, Danielle, vete nomas —dijo Hanni, Marsh rió nerviosa.

— ¿Es un chiste?

— No, vete, no queremos tus malas vibras aquí —exclamó Yunjin, la acababan de echar. Danielle se levantó, tomó su chaqueta y se fue azotando la puerta.

No volvería a su barrio, no tenía ganas, en eso, Haerin salió detrás de ella.

— Hey, vente, vámonos juntas —dijo Kang, Danielle alzó las cejas—. ¿Qué?

— Que vamos, yo si creo que no lo dijiste con mala intención, ¿vamos a hacer una pijamada a mi casa? —dijo ella con una sonrisa, Danielle devolvió su sonrisa.

— Claro, pero a las 5 debo volver a mi casa.

— A las 5 estarás en tu casa.

Danielle sonrió y abrazó a Kang—. Gracias, Hae.

— De nada, vámonos —y se fueron caminando abrazadas.