Desde que te conocí cada día a tu lado es un regalo del destino, una bendición que no dejaré de agradecer. Desde el momento que entraste a mi vida, supe que nada volvería a ser igual. Tú presencia ilumina mi camino y tú amor llena mi corazón.
Cuándo miro atrás, veo todos los momentos preciosos que hemos compartido; las risas compartidas, las lágrimas consoladas y los sueños tejidos juntas. Cada uno de esos momentos ha sido maravilloso para mí.
Eres mi roca, mi calma en medio de la tormenta, en tus abrazos encuentro paz y en tu mirada la promesa de que mañana será mejor.