~El inicio de todo~

"El Reinado Infernal: Entre el Lujo y la Sobrepoblación"

Después de su destierro al Infierno, Lucifer se sumió en una profunda melancolía. Sentado en su trono, contemplaba el reino oscuro que ahora gobernaba. "¿Cómo llegamos a esto, Lilith?", suspiró, mirando a su compañera.

Lilith, con su mirada firme y decidida, se acercó a él. "Lo sé, mi amor. Pero estamos juntos en esto. Vamos a hacer de este lugar algo grandioso, algo que refleje nuestra grandeza."

Con el tiempo, se casaron en una ceremonia que resonó en todos los rincones del Infierno, celebrando su unión con un festín opulento. Los siglos pasaron y su reino prosperó, lleno de riquezas y lujos que solo ellos podían disfrutar. Sin embargo, no todo era fácil.

"Lucifer, los niveles están alcanzando su límite. La sobrepoblación está causando tensiones", informó Lilith un día, preocupada por el creciente número de almas que inundaban su dominio.

Lucifer frunció el ceño, pensativo. "Debemos encontrar una solución. No podemos permitir que el caos se apodere de nuestro reino", respondió, reflexionando sobre cómo manejar la situación.

Juntos, idearon nuevas políticas y planes para gestionar la creciente población infernal. A pesar de los desafíos, su amor y determinación nunca flaquearon. En cada esquina del Infierno, su influencia era indiscutible, marcando una era de esplendor y poder que resonaría a lo largo de los siglos.

Sin embargo, un día de tragedia llegó. El hermano de Lucifer, el arcángel Miguel, descendió al Infierno determinado a enfrentar a su hermano en una batalla a muerte. El choque entre los dos fue desgarrador, y ambos salieron gravemente heridos, pero Lucifer sufrió las peores heridas.

Lilith corrió hacia Lucifer, angustiada por el estado de su amado. "Lucifer, no puedo perderte", murmuró, sosteniéndole la mano con fuerza mientras él luchaba por recuperarse.

El Infierno se sumió en un período de incertidumbre mientras Lucifer sanaba lentamente de sus heridas, y las tensiones dentro y fuera del reino aumentaban. A pesar del conflicto con su hermano, Lucifer y Lilith se aferraron el uno al otro, determinados a mantener su reinado y enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.