ꛊ 𝓝 : ﹙𝗡𝗼𝘃𝗲﹚ ᘡ

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𝟭𝟭:𝟬𝟭 𝗔𝗠
Me desperté primero, algo tarde de hecho pero entendible por la hora en la que llegamos. A mi lado estaba Santi, aún durmiendo, muy cerca de mí, abrazándome de hecho. Corrí su brazo como pude para levantarme de la cama, salir de la habitación y dirigirme a la cocina. Ahí me puse a ver que había para comer, ya era casi el mediodía así que sería más que nada el almuerzo.

Cociné unos simples fideos con tuco, algo típico, no sano pero rico para después de una resaca. Obviamente me había tomado una pastilla, y dejé una al lado del plato de comida de Santi, luego de poner la mesa. La comida ya estaba lista así que fui a despertarlo, normal, solo lo llamé y luego de quejarse se levantó.

Comimos, él tomó su pastilla pero no hablamos, mirábamos la televisión. Al terminar él lavó los platos y luego se sentó a mi lado en el sillón, pero muy cerca, cosa de que lo mire. También me miró con una gran sonrisa dibujada en su rostro, yo solo lo miré confusa, no entendía que quería o que le pasaba.

¿Qué pasa? — Me digne a preguntar.

¿No vamos a hablar? — Preguntó él curioso sin borrar su dichosa sonrisa.

Hablá — Mencioné esperando a que lo haga, yo no sabía que decir y él me ponía nerviosa para hablar así que quería escucharlo primero.

¿Te gusto? — Preguntó él con una sonrisa pícara, ahora acercó más su rostro poniéndome aún peor.

No — Me limité a responder luego de dudarlo, los nervios me hicieron responder eso pero en realidad sabía que me pasaba todo lo contrario pero no me salía decírselo así que la había cagado.

Ah.. Bueno — Su rostro cambió por completo a uno triste y respondió con desilusión desviando la mirada, haciendo que me sienta mal.

No supe que decirle, las palabras no me salieron, me puse muy nerviosa y no quería arruinar la linda amistad que teníamos, aunque por boluda lo había perdido ¿Por qué mierda no digo nada? Habla, decile que te vuelve loca, decile que darías todo por él, decile todo lo que pensas y sentís, no te calles por miedo ni nervios...

[...]

Todo volvió a como era antes, aunque no quise eso. Pasaron unos 4 o 5 días desde ese momento que no puedo sacarme de la mente, Santiago no me hablaba ni tampoco me animaba a hablarle, sentía que me odiaba ¿Cómo no? Después de lo que le dije. Obviamente hablé ésto con Germán, me dijo todo lo que Santi le había dicho y me sentí más arrepentida aún.

Me enteré que no salía de su casa, no iba a entrenar y en la radio andaba triste, deprimido, se veía más flaco así que seguro no comía y sus ojeras lo mataban. Yo también, me había deprimido por completo, no dormía ni comía por más que Ger me insistía. Mi hermano me dijo que le hablara, que dentro de unos días se iban de viaje junto a Tomás a Madrid y luego a Londres, no lo vería hasta dentro de dos semanas.

Yo lo pensé, obvio que lo pensé pero con tan solo pensar en escribirle me temblaban las manos así que Ger me ayudó, mejor dicho, él lo hizo por mí. Al enviar el mensaje pude ver que él lo vió al instante, su respuesta bajó mis nervios y pude responderle por mi cuenta.

 Al enviar el mensaje pude ver que él lo vió al instante, su respuesta bajó mis nervios y pude responderle por mi cuenta

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Me preparé y tapé mis ojeras como pude, aunque mis ojos se veían de todas formas llorosos. Ger me acompañó y en la puerta se despidió con un abrazo que necesitaba mucho. Cuando se fue, tardé pero me decidí por tocar la puerta, mis manos volvían a temblar, al igual que mis piernas o todo mi cuerpo.

Él abrió, estaba como me lo imaginaba, como lo pensé y como me dijeron que estaría. Aunque si, estaba más flaco de lo que pensaba, sin duda le había afectado mucho, verlo así hacía que me arrepienta cada vez más. El primer impulso que tuve fue el de acercarme y abrazarlo, lo abracé con todas mis fuerzas, no pensaba soltarlo, no quería.

Obviamente correspondió el abrazo, al rato nos separamos y él cerró la puerta para volver a mirarme. No nos movimos, nos quedamos a un lado de la puerta, frente a frente, estábamos cómodos así. Yo trague saliva, pensando en que decir o como explicarle la boludes que hice.

Decilo como te salga, yo te voy a entender — Me calmó él al notar que me costaba hablar.

Te mentí Santi — Suspiré y bajé la mirada para no sentirme peor — Si me gustás, me encantas, me volves loca, por algo te besé. Ese día me puse nerviosa, no supe que responderte y lo respondí por impulso. Perdón por hacerte pasar éstos días malos, no paré de pensar en vos y te vine a hablar porque Ger me dijo que se van en unos días y no quería que te fueras con una mala impresión de mí — Hablé por fin, soltando todo lo que tenía pero aún así sin mirarlo.

Gene — Posó sus manos con delicadeza sobre mis mejillas para levantarme la cabeza así lo mirara — Jamás pensé ni pensaría mal de vos así que no te preocupes, entiendo tus nervios y está bien. Vos a mí me también me volves loco, lo que sea que te haya dicho Ger, lo cambio porque encontré a la chica perfecta ¿Cómo podría engañarte a vos? — Habló él con una sonrisa que me calmó, me hizo sentir genial.

Entonces ¿Todo está bien? — Pregunté curiosa con un tono dulce.

Si me dejás ser tu novio si — Sugirió él esperando una respuesta de mi parte.

Te dejo ser mi novio si comes — Mencioné con una sonrisa. Él dejó un beso tierno en mis labios y se dio la vuelta para entrar en la cocina conmigo detrás.

¿Qué COMEMOS? — Preguntó remarcando la palabra ya que notó que tampoco había comido.

Lo que quieras San — Respondí tiernamente mientras me sentaba en la mesada.

Vos sos la chef acá — Mencionó recordando, aún esperando una respuesta.

No importa eso, comamos cualquier cosa, mientras esté con vos me da igual — Dije con una tierna sonrisa la cuál el besó nuevamente.

Sos muy tierna — Mencionó él con una gran sonrisa.

Se estaba por alejar pero lo agarré del brazo para jalarlo haciendo que quede frente a la mesada donde yo estaba. Sin más lo besé de forma apasionada, fue un beso largo, mientras yo acariciaba los pequeños rulos de su nuca y él acariciaba mis muslos apoyados en mencionado lugar. Nos separamos por falta de aire y nos decidimos por la comida.

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𝙔𝘰𝘶 | 𝐒𝑎𝑛𝑡𝑖𝑎𝑔𝑜 𝐑𝑜𝑑𝑟𝑖𝑔𝑢𝑒𝑧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora