Conozco a alguien - Maho Nishizumi

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Siempre era la respuesta que daba cuando me preguntaban asuntos de suma importancia. Problemas con tanques, conozco a alguien. Transporte entre escuelas, conozco a alguien. Necesito opinión de un experto, conozco a alguien. Aunque ellos no lo conocieran, yo lo hacía, esa era la certeza con la que contaba.

Ciertamente no era por gusto. Solamente nos conocíamos. Cosas entre familias. Pero, desconozco cuándo fue que su voz se emitió en mí cabeza con gran sonoridad. Qué había pasado, qué hacía latir tan rápido este corazón mío, más que el afecto hacía mí hermana. No lo sabía.

Tal vez fue finalizando escuela media cuando sucedió. No lo sabía. Él hablaba y yo escuchaba, esta vez sin teléfonos; frente a frente. Ya nos habíamos visto, así era. Nos conocíamos desde hacía mucho, una década quizás. Él había ganado, yo perdí por segunda vez ante su habilidad.

No nos veíamos en demasía. A lo mejor en los encuentros y en tiempos de necesidad para Kuromorimine. Cuándo fue que él se ganó el derecho de estar dentro de uno, más contra mí. Fue conglomerado tercer hombre del deporte, lo felicité. Volvieron a preguntar por cosas de tanques, conozco a alguien.

Cuando lo de Miho solo sentí que el único conocido era él. Estuvo allí. Gritó con fuerza su opinión y yo solo pude asentir con firmeza las palabras de mamá a mí preciada hermana. Sabía de mí condición. La conocía muy bien. Eran cosas de familias. Tal vez allí fue cuando lo supe, que solo lo llamaba para escuchar esa voz.

Fue el único. No había nada más. Nadie lo conocía. Yo sí. Aunque todos dieran por sentado los sentimientos míos, él los daba por falsos. Tenía razón, yo tenía el afán de dar un grito vagabundo. Quería gritarle al mundo tantos callamientos por ser heredera, y él siendo también uno los daba. Preguntaron por una conferencia con los Shimada o Nishizumi, conozco a alguien.

Ahí surgió todo. Al aceptar esta condición, dejándome de mentir a mí misma y tener la certeza de que ese grito estaba en su voz. No había palabras, solo acciones. Estas solo eran en dueto; por primera vez, en mucho tiempo, sentí felicidad.

No importó ser el tercer hombre reconocido en el deporte para ello. Siquiera que hubiese ganado dos veces con su habilidad a la heredera. Él existía con sus sentimientos. Nadie lo conocía como yo. Nos amabamos durante la noche y extrañabamos en el día; el instante con su voz y rostro era felíz. Ciertamente, conozco a alguien.

Pero, no fue más sino que preguntaran. Conferencia con los Nakamura, no tengo contacto. A estos respondía él. Cuándo fue que se ganó el derecho de tomarme de la mano en las oscuras y frías noches. Cuándo fue que se ganó el derecho de tocar mí cuerpo como si le perteneciera. Eso sí lo sé con certeza. Fue cuando, agonizante de la pérdida de la cercanía de mí hermana, él fue el único que conocía. Nos amamos durante el tiempo diese, fue nuestra gran rebelión.

Ahora, rodeada de su tierno calor, con certeza, puedo decirlo.

Conozco a alguien, y ese alguien me conoce.

Cantos de pájaros de primavera - Colección de Girls und PanzerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora