Ultima noche

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Tal vez pensó que ya todo valía un carajo y por eso tiró del brazo a ese bastardo y comenzó a comerle la boca como si su vida dependiera de eso. Tal vez pensó que era su última oportunidad de hacer lo que siempre quiso y por eso estaba ahí ahora, a horcajadas sobre el chico que le volvía malditamente loco desde que lo vio llegar al salón de su clase hace ya 3 benditos años, porque Kim Hongjoong podría haber sido sólo su nuevo compañero de curso, pero sus estúpidos encantos, su pasión irremediable por los estudios y por hacer las cosas de manera correcta, sus ojos intensos al dedicarle una mirada fugaz la primera vez que sus ojos se conectaron y su jodida retaguardia que podía apreciar gracias a los malditos pantalones ajustados que se empeñaba en usar lo mandaban cada día más al infierno porque "Eres mi único amigo real aquí, Seongwha".

- Dime que estás ebrio, por favor.- La voz del más bajo sonaba en su oído más ronca de lo normal, mientras sentía su trasero era aprisionado por las manos del que era solamente "su mejor amigo".

- ¿Es lo que quieres escuchar?- el hilo de su voz bordeaba entre un gemido y un susurro.
- Joder, Seonghwa.

- Dime que no te gusta y me detendré.
La rotación de las caderas del mayor creaba una fricción deliciosa e infernal que jodía Hongjoong en muchos niveles, obligándolo a contener la respiración y cerrar los ojos para no hacer ninguna locura como follarse a su lindo mejor amigo que tanto amaba y tan caliente le ponía, sólo porque el chico estaba pasado de copas.
- No me hagas hacer algo de lo que te arrepentirás.

- Sólo me arrepiento de no haberte montado antes. - Los ojos de Seonghwa estaban ardiendo, si eso fuese posible.
Era la última noche antes de separar sus caminos, Hongjoong había conseguido una buena beca en una prestigiosa universidad China y por otra parte, Seongwha seguiría el legado de su familia, entrando a una carrera de arquitectura para poder reemplazar a su padre en "PRKB", la empresa de la familia de la cual su hermano mayor había decidido desvincularse un poco para cumplir su sueño de vivir de la danza.
Hongjoong no estaba seguro de estar haciendo lo correcto, pero llevaba poco más de un año enamorado de su amigo, su único amigo de verdad, y eso le estaba jugando en contra, sin mencionar que desde que Seongwha comenzó a besarlo y meterle mano en el club, su autocontrol estaba desvaneciendose a cada segundo y tampoco le ayudó que el chico tirara de él hacia su auto, lo obligara a conducir hacia su recién inaugurado piso en un barrio universitario de Seúl y lo metiera a su cuarto mientras le quitaba el abrigo.

- Fóllame, Hongjoong.
Y sí, creía que se iba a volver loco con todo lo que estaba pasando, porque él no era un típico idiota que iba a clubes a ver qué trasero profanar el fin de semana y tampoco había tenido buenas experiencias sexuales gracias a su sublime torpeza al momento de moverse. Joder, era complicado.

- Seong...

- Cállate, joder. Sólo regalame esto. Por favor.

- ¿Tan desesperado estás?
Y creyó que la había jodido porque el tipo dejó de moverse y lo tomó por los hombros.

- ¿Disculpa?

- No lo malinterpretes. Mierda, no era lo que quería decir.

- Pero lo dijiste ¿crees que estoy desesperado?

- No, joder. Sólo... Esto es muy repentino. No quiero que lo hagas por lástima.

- ¿lástima?
La ceja del más alto se había alzado, sus brazos se cruzaron y sus cuerpos ya extrañaban mudamente el calor del otro que sentían hace unos segundos.

- ¿por qué sentiría lástima por ti? Explícate.

- Creí que tu... Que habías descubierto que, bueno, tu a mí... Ya sabes.

Reencuentro [HongHwa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora