Parte 2, final.

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Se había levantado por la mañana después de soñar por milésima vez lo que había ocurrido esa noche y lo que le seguía después. Hace 7 años le perseguía lo mismo, aunque había tratado de olvidarse de todo lo que podía relacionarse a Kim Hongjoong y ese intento de relación a distancia que terminó un par de meses después de que el menor llegara a China por lo tortuoso que se había vuelto el no tenerse cerca.

Había sido un hijo de puta al decirle "Si cuando vuelves a Corea sigues sintiendo lo mismo por mí, podríamos intentarlo, pero creo que es más sano para ambos el darnos la oportunidad de conocer a otros que sí puedan estar a nuestro lado" como si fuese fácil para él, como si el haber cumplido su puñetero sueño de ser follado por el chico y pasar la noche entera desnudo junto a él no hubiese significado nada para su sistema. Joder, a quién engañaba, le dolió como la mierda, pero creía que mantener una relación por teléfono y videollamadas era posesivo y él prefería que Hongjoong pudiese encontrar a alguien con el cual no sea necesario confirmar el cariño que sentía por el otro con sexo o algo así, porque así se veía a él mismo. Por eso decidió cortar todo tipo de comunicación con el tipo, tratar de centrarse en sus estudios, buscar en los clubes algún chico al cual follar de vez en cuando y llorar mucho porque nadie era como Kim Hongjoong , su querido Hongjoong.

-Buenos días, jefe.
Fue lo primero que escuchó al entrar a "PRKB" con cara de pocos amigos gracias a ese bendito sueño que había vuelto a aparecer.

- Choi.-Ni siquiera se molestó en corresponderle a la sonrisa que su subordinado le estaba dedicando.

- ¿Mala mañana?

- He tenido mejores.
Había llegado a su oficina y recibido los papeles que su secretario tenía esperando por él. El nuevo contrato  con una pequeña empresa de moda del extranjero a la cual debía diseñar personalmente su nueva sucursal en Seúl, junto a su equipo de diseño. No era por nada especial,  se decía a sí mismo, era netamente porque sentía un gran interés por el mundo de la moda y joder, no tenía que ver que era una empresa que se había originado en China y que el antiguo amor de su vida se había ido a ese país a estudiar diseño de modas, habiendo tanto campo de estudio y prestigio en el maldito país en el que vivían. Mierda, eso no tenía nada que ver.

- Reunión en media hora. - La cabeza de Choi San se asomaba por la puerta después de dar el característico golpeteo que tenía el secretario cuando le hacía esa clase de recordatorios, para luego retirarse con la misma velocidad de entrada. Era una especie de alarma humana del que francamente, estaba realmente agradecido. Decidió que era una buena idea beber un café frío para enfocar su mente en el trabajo y actuar como el jóven y recién ascendido presidente de la compañía de su familia, agrupar el papeleo y echarles un último vistazo para tener todo completamente bajo control mientras se tragaba un par de pastelitos para disimularle a su estómago no haber desayunado esa mañana por quedarse en su cama pensando en lo que no fue y no será.
Creyó que la reunión iba decentemente bien a pesar de recibir la noticia de que uno de los encargados de logística de la empresa con la que estaba reuniéndose por primera vez, había tenido un contratiempo laboral y venía con un retraso que ya estaba llegando a la hora y pico, pero decidió dejarlo pasar y no estresarse a pesar de que no todo estaba completamente en orden y había un asiento vacío.
Y todo se fue a la mierda al final, porque el asiento vacío fue ocupado después de una hora y cuarenta minutos más tarde y además esta vez, para sorpresa de todos los presentes, el diseñador faltante, un tal  Son Mingi, venía acompañado de un torpe, delgado, bien peinado y sexy compañero imprevisto de lentes de marco grueso y expresión seria que tenía como jodido nombre Kim Hongjoong. No sabe si fue su aura, pero Seonghwa se quedó mudo por cinco segundos cuando miró al tipo y terminó de reconocer al hombre, tratando de disimular su pequeña pausa cerebral con un "por favor, señor Choi, traiga una silla para el caballero" Porque joder, el tipo ni siquiera se había molestado en mirarlo a la cara en cuánto llegó y tampoco quiso saber el por qué. Estaban en PRKB, joder, y obviamente él llevaba las letras del puto negocio de su familia que el otro bastardo debería recordar ¿había quedado en el olvido o Kim seguía siendo un idiota torpe y despistado y no sé daba cuenta de que tal vez el señor Park fue reemplazado por el señorito Park? En fin, no fue hasta que pidió la silla que el alto se dignó a reconocer la voz del presidente, abriendo sus ojos como platos, en señal de sorpresa. El mayor decidió disimular la mezcla de sensaciones que estaba experimentando y suprimió también cualquier tipo de pensamientos relacionados con el intruso que acompañaba al sujeto retrasado.

Reencuentro [HongHwa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora