Una pequeña Dahyun estaba nerviosa luego de que su madre la haya dejado dentro del kinder. Estaba con sus compañeritos en una ronda sentados en la gran alfombra que el lugar tenía.
La pelinegra miraba desorientada al suelo sin querer tener algún tipo de interacción con sus compañeros. Pero, no corrió con esa suerte.
— Hola, me llamo Sana.— Una ruidosa y aguda voz habló cerca del oído de Dahyun, asustandola al instante.— Lo siento, ¿Te asusté?
Dahyun giró su cabeza hacia la voz de aquella niña y al verla no se sintió más nerviosa, era como si a esa niña ya la conociera desde toda la vida.
Era un sentimiento raro, pero cálido.
— N-No te disculpes, me llamo D-Dahyun...— La pelinegra desvío su mirada de Sana quien la miraba curiosa y emocionada por querer conocerla más.
— Bonito nombre Dahyun, ¿Quieres ser mi amiga?— Dahyun volvió a ver a Sana al escuchar eso, nunca antes había escuchado aquella palabra.
— ¿Amiga? ¿Qué es eso?— Dahyun miró confundida y curiosa a Sana, quería saber que significa y si era buena idea aceptar la propuesta de la castaña.
— Bueno... Es como si fueras mí hermana aunque no lo seremos, ¿Entiendes?— Sana tampoco sabía su significado, pero estaba muy ansiosa de querer tener a Dahyun de amiga como para querer saber su verdadero significado.
La pelinegra lo pensó un tiempo, ella tenía un hermano mayor por lo que creía que era lo mismo que una hermana. Su hermano era cariñoso y amable con ella, así que pensaba que Sana también lo sería.
— Está bien, seré tu amiga Sana.— Respondió Dahyun luego de un rato, no lo había dicho con la misma emoción que tenía Sana. La castaña apenas escucho el asentimiento chilló contenta y se abalanzó a Dahyun para abrazarla.
La pelinegra se asustó levemente pero dejo hacerse por Sana quien seguía chillando feliz y ansiosa por tener a Dahyun como amiga. Pero la diversión no duro por mucho tiempo, la maestra las regaño a ambas por hacer mucho escándalo.
A Sana no le daba mucha importancia lo que le decía su maestra, pero Dahyun parecía como si fuera a llorar en cualquier momento por sus ojos cristalinos.
La castaña al notar eso se disculpó con la maestra y abrazó fuertemente a Dahyun para que no llore.
— P-Perdon, no llores porfavor...— Habló Sana aún aferrada a la pelinegra casi en la misma situación, ambas a punto de estallar en llanto.
Pero... ¿Qué más se podía esperar? Apenas eran unas niñas de 3 y 4 años.
Ambas pequeñas se mantuvieron juntas durante todo el transcurso del tiempo, hicieron divertidas actividades juntas y no se separaron en ningún momento.
A la hora de la salida ninguna se quería despegar de la otra. Las madres de cada una acordaron juntarse en el fin de semana ya que ese día era viernes y no podían tomarse un tiempo para llevar a las niñas al parque.
Dahyun y Sana se dieron un fuerte abrazo antes de despedirse, ambas madres mirando con ternura aquella escena de sus pequeñas hijas abrazándose una a la otra.
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— ¿Cuál era el nombre de tu amiga Dahyun?— Preguntó la señora Kim mientras conducía hacia el parque.
Dahyun bajo su cabeza e hizo un lindo puchero mientras abrazaba fuertemente sus piernas en los asientos traseros del auto.
— Se llama Sana mamá...— Dahyun respondió cerrando los ojos nerviosa, siempre tenía vergüenza hablar sobre Sana, pero no sabe el porqué.
— Bueno, te dejaré con Sana y su madre hasta mañana porque me surgió una reunión de último momento, no creo poder recogerte.— Habló tranquila la señora Kim sabiendo cual sería la reacción de su hija.
Dahyun se sorprendió y se mantuvo callada durante lo que restaba de viaje, pero su madre trataba de tranquilizarla y calmarla explicándole que solo irá a jugar y a dormir.
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— ¡Dahyun!— Otra vez aquella voz ruidosa y aguda invadió los oídos de Dahyun. Sana estaba corriendo desde la punta del parque hasta donde estaba Dahyun apenas la vió.
La pelinegra apenas estaba saliendo del auto de su madre hasta que vió a Sana correr hacía ella, volvió a sentirse nerviosa cuando la castaña estuvo frente a ella.
— H-Hola Sana...— Habló Dahyun casi inaudible para la audición de Sana que estaba frente a ella.
— Dahyun, ¡te extrañé!— La castaña volvió a abalanzarse hacia Dahyun tirándola al pasto verde del parque.
Mientras que Dahyun estaba desconcertada, Sana estaba feliz y contenta de poder volver a abrazar a la baja.
— Cariño ya me tengo que ir, que te diviertas.— La señora Kim se acercó a Dahyun y plantó un beso en su cabeza antes de irse en su auto hasta desaparecer de la vista de ambas niñas.
Sana se había despedido de la señora Kim al igual que lo hizo Dahyun y cuando se fue arrastró a Dahyun hasta los toboganes.
La alta estaba escalando y trepando arriba del tobogán mientras que la baja estaba asustada por la gran altura en la que estaba Sana.
— ¡S-Sana!
— Está muy alto... B-Baja de ahí...— La castaña no le hcía caso a la pelinegra al subir más alto del tobogán, casi en la punta.
— Sana baja de ahí arriba, o si no, no comerás pizza.— Amenazó la señora Minatozaki al ver lo preocupada que se encontraba Dahyun, casi pálida del horror de ver a Sana en la punta del tobogán.
Sana hizo pucheros y a quejidos fue bajando del tobogán hasta volver con Dahyun, quien apenas tuvo la oportunidad, abrazó fuertemente a Sana sorprendiéndola al instante.
— N-No me dejes nunca más sola...— Dijo Dahyun aferrada a Sana aún temerosa y horrorizada, pero se concentraba en no soltar a la castaña en ese momento.
— L-Lo siento... Nunca más te dejaré sola Dahyun.— Respondió la alta correspondiendo al abrazo mientras cerraba sus ojos por la culpa que sentía de hacer sentir mal a la baja.
— ¿Me lo prometes?— Preguntó la pelinegra levantando su vista para mirar a la castaña, quería saber si lo que decía era verdad y no le estaba mintiendo.
— Te lo prometo.— Sana abrazo más fuerte a Dahyun y ambas sonrieron al inconsciente, todo observado por la señora Minatozaki quien no perdió tiempo y les tomó una foto con la cámara de su teléfono.
...
Holaaa :)
Esté es mi primera historia, sé que este capítulo es corto. Pero, mañana ya empiezan mis vacaciones así que tendré más tiempo para escribir más capítulos.
En el siguiente aparecerán todas: Mina, Sana, Momo y Dahyun. Seguramente también aparezca alguna que otra integrante.
