𝗶𝘃. 𝘁𝗵𝗲 𝗳𝗶𝗿𝘀𝘁 𝗱𝗮𝘆

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: 𓏲🪐 ๋࣭ ࣪ ˖✩࿐࿔ 🌷

Chiara se despertó aquella mañana tras el sonido de su alarma. Rápidamente, los rayos de sol se filtraron por las cortinas de su habitación, dándole directamente en la cara. Resoplando, Chiara se levantó de la cama y se sentó.

Era su primer día en el estadio con su nuevo equipo. Los nervios que recorrían a Chiara de pies a cabeza se mezclaban con la adrenalina, y su corazón latía con fuerza, como si estuviera a punto de salir disparado de su pecho en cualquier momento.

Una vez todo el sueño desapareció de ella, Chiara se levantó de su cama para ir hacia su vestidor para ponerse su nueva equipación, la del FC Barcelona. Se puso los shorts azules y la camiseta blaugrana que se ajustaron a su cuerpo con perfección.

A medida que se colocaba las zapatillas y preparaba su mochila, incluyendo su botella de agua y sus zapatos de entrenamiento, no pudo evitar detenerse frente al espejo. Allí, en su reflejo, se vio a si misma llena de incertidumbre y desconfianza, aunque por un pequeño instante, una sonrisa ligera pero decidida apareció en sus labios. Iba a demostrar a todo el equipo de lo que era capaz y demostrar que tanto Joan Laporta como Hansi Flick no se habían equivocado al ficharla. Finalmente, Chiara se hizo una coleta y salió de casa.

Mientras caminaba hacia el Camp Nou, Chiara se sumió en sus pensamientos, haciendo que todo el bullicio de la ciudad pasara desapercibido para ella.

Al llegar al estadio, Chiara se detuvo para admirar el campo que tenía frente a ella. En comparación con el estadio del AS Roma, el Camp Nou parecía un castillo a su lado. Cerró los ojos por un segundo y respiró hondo, dejando que el aire de llenara sus pulmones, como si con ese suspiro estuviera absorbiendo toda la energía que necesitaba para seguir adelante.

Un miembro del staff la recibió en la entrada, y mientras caminaban por los interminables pasillos del estadio, Chiara no podía evitar observar cada rincón. Los pasillos estaban llenos de fotografías colgadas en las paredes y trofeos guardados en vitrinas.

Finalmente, llegaron al vestuario femenino. Cuando el miembro del staff abrió la puerta, un montón de rostros curiosos se giraron hacia ella expectantes. Entonces, Hansi Flick, el entrenador, se acercó a ella.

—Chicas, esta es Chiara Porcarioli, nuestra nueva incorporación —dijo Hansi rompiendo el silencio expectante que se había formado—. Estoy seguro de que aportará mucho al equipo en la liga, sobretodo desde las últimas lesiones de nuestro equipo.

Las jugadoras se levantaron y comenzaron a acercarse para saludarla. Chiara sintió una oleada de calidez rodearla cuando se vio rodeada de nuevas caras. Andrea Giménez, una de las jugadoras del equipo, fue la primera en darle la mano.

—¡Bienvenida, Chiara! —exclamó mientras Chiara estrechaba su mano con ella nerviosamente—. Hemos oído mucho sobre ti últimamente.

Chiara, aún con el corazón a punto de salir de su pecho, logró devolverle la sonrisa. El alivio que sintió fue inmediato, todo parecía más fácil en cuanto vio las caras de sus nuevas compañeras con sonrisas en sus rostros.

—Gracias, es un honor estar aquí —respondió Chiara mientras sus labios formaban una sonrisa torcida—. Tengo muchísimas ganas de comenzar a jugar en este equipo.

Las demás jugadoras empezaron a bombardearla con preguntas, queriendo conocer más sobre su trayectoria, por lo que Chiara no tuvo más remedio que contarles cómo llegó hasta aquí. Les contó cómo desde pequela pasaba horas jugando en los parques de Roma a la pelota, de cómo los entrenadores locales la vieron y cómo empezó su carrera en Italia.

—El fútbol femenino en Italia no es tan conocido, y aunque me fue bien allí, siempre sentí que había algo más —siguió contando Chiara mientras las demás jugadoras escuchaban atentamente—. Así que cuando Laporta me quiso fichar, vi esa oportunidad para poder destacar más allá de Italia.

La conversación fluyó hasta que Hansi Flick hizo una señal para que se reunieran en el campo ya que se acercaba el momento de conocer al equipo masculino. Los entrenamientos que antes se hacían por separado, es decir, por un lado el equipo femenino y por otro el equipo masculino, se habían convertido en entrenamientos en conjuntos, una novedad por ajustes de horarios debido al inicio de la Liga. La idea de entrenar con los jugadores del equipo masculino hizo que Chiara se emocionara más por entrenar.

Al entrar al campo, su mirada recorrió todo el césped, donde el equipo masculino ya había empezado a calentar, corriendo por alrededor del campo. Fue entonces cuando su mirada se cruzó con una cara conocida. Pedri, el chico con el que se había tropezado el día anterior, estaba allí, con la camiseta número 8 del FC Barcelona puesta.

Pedri se despidió un momento de Gavi y Ferran Torres, los jugadores con los que estaba corriendo para calentar y rápidamente se acercó a Chiara.

—No sé por qué, pero tenía el presentimiento de que te volvería a ver —dijo, dibujando una sonrisa de lado mientras trataba de recuperar la respiración de tanto correr.

—La verdad, yo también —respondió ella riendo levemente.

—Así que a lo que venías era a jugar en el Barça, ¿no? —le preguntó Pedri.

—Exacto, aunque te advierto de que no he venido a hacer amigos en el campo —bromeó ella, cruzándose de brazos—. Vine para ganar.

—Eso ya lo veremos —respondió Pedri con una sonrisa retadora mientras se alejaba de ella hacia Gavi y Ferran cuando el silbato de Hansi Flick sonó.

Hansi Flick decidió organizar equipos mixtos, lo que significaba que Chiara tendría la oportunidad de mostrar su talento no solo frente a sus compañeras, sino también frente a los jugadores masculinos.

Cada equipo su puso en una de las dos porterías para empezar a practicar con los penaltis. Gol tras gol, Chiara demostró que estaba capacitada para jugar en el equipo femenino. Tras dos segundos en los que Chiara miraba desafiantemente al portero, finalmente corría directa hacia la pelota para chutar y lograr un gol de escuadra, de volea o de tacón. Eran unos disparos tan precisos que el propio Hansi no pudo evitar sonreír.

Cuando la vio recuperando el aliento al final de la fila de los futbolistas, Hansi se acercó a ella.

—Chiara, esos goles han sido espectaculares. Creo que podrías encajar bien como delantera derecha —dijo Hansi, observándola con atención—. La jugadora titular está lesionada, y necesito ver cómo te desenvuelves en esa posición en el partido de prueba que vamos a organizar.

Cuando llegó el momento del partido, Chiara fue colocada como delantera derecha. Desde el primer toque, demostró que era más que apta para ocupar aquella posición.

Con agilidad, esquivó a Héctor Fort en una jugada rápida, y al girar el balón hacia la derecha, rodeó a Pedri con un movimiento fluido antes de disparar a la portería. El gol fue impecable, y los aplausos de sus compañeros resonaron en el campo mientras algunas de las chicas se acercaban a ella para felicitarla.

—Buena jugada —Pedri, ligeramente sin aliento, se acercó a ella sonriendo—. Pero no te lo pondré tan fácil la próxima vez.

—Eso espero —respondió Chiara, con una sonrisa confiada—. Me encantan los desafíos.

ᯓ★ 𝗺𝗮𝗱𝗱𝘀𝗰𝗹𝗶𝗻𝗲

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⏰ Última actualización: Oct 30 ⏰

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𝗳𝗲𝗲𝗹𝘀 𝗹𝗶𝗸𝗲, 𝗽𝗲𝗱𝗿𝗶 𝗴𝗼𝗻𝘇𝗮́𝗹𝗲𝘇 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora