Una vez dentro del coche de Atlas, yo me senté en el asiento del copiloto, no por elección propia. Stella quería hablar con Liam y ponerse al día, así que yo tenía que aguantarlo, como si no tuvieran tiempo de hacerlo.
Ellos dos estaban a lo suyo sin prestar atención a nada que no fueran ellos. Miré de reojo a Atlas para verlo concentrado conduciendo, así que me limité a mirar por la ventana antes de que se diera cuenta de que lo estaba mirando. Tampoco quería que pensara que era una acosadora.
—¿Quieres que ponga música? —me preguntó unos minutos después y le miré desconcertada por eso, ni sabía por qué, pero bueno, era rara.
—Claro —murmuré con una pequeña sonrisa y él asintió, encendiendo la radio.
—Le gusta Taylor Swift, como dato curioso Atlas —miré mal a Stella antes de volver mi vista a la ventana, medianamente sonrojada. No es que le dijera a todo el mundo que me gustara Taylor Swift, porque sabía o al menos estaba demasiado segura de que a nadie le interesaría, así que me lo guardaba para mí misma.
Además, había muchas canciones con las que llegaba a identificarme. Tenía un talento esa mujer, porque es como si hubiera agarrado mi diario y lo hubiera leído para crear varias de sus canciones y sabía que no era la única que lo pensaba.
—Entendido —pude notar un tono divertido en su voz. Le miré de reojo para verlo buscar algo en el teléfono sin perder la vista a la carretera.
De pronto se empezó a escuchar los primeros acordes de "Daylight", una de mis canciones favoritas y si estuviera sola, estaba segura de que la cantaría a todo pulmón, pero me negaba a hacerlo en estos momentos, con dos personas que ni siquiera conocía.
—¡Es tu canción favorita Leah! —bufé tapándome la cara avergonzada, ¿qué demonios hacía mi mejor amiga?
—Cállate Stella —susurré.
—Pero si es la verdad, no sé por qué te avergüenzas tanto —la miré.
—Mejor sigue hablando con Liam por favor —ella volteó los ojos y yo me limité a ver de nuevo por la ventana, pensando en porque demonios había aceptado esta beca del demonio. Yo no estaba segura desde que llegué de que fuera una buena idea.
Lo único que quería era volver a mi hogar de una vez por todas, pero aquí me encontraba, en un coche de un desconocido que me había puesto Taylor Swift y con una amiga locamente enamorada, aunque ella lo negara.
—Eres insoportable Leah —me mantuve callada siguiendo a lo mío. Ni siquiera tenía hambre y quería ir a nuestro supuesto apartamento para dormir.
Al llegar, yo fui una de las primeras en salir del coche, me mantuve un poco alejada y en silencio. Liam y Stella comenzaron a caminar, yo simplemente me quedé en mi lugar, incluso consideré la idea de volver a entrar al coche.
—¿Estás bien? —asentí sin verlo.
—Lo mejor es que me quede en el coche —me acerqué para abrir la puerta, pero estaba bloqueada.
Él había bloqueado las puertas.
—Vamos —me giré para verle.
—No me apetece comer y sinceramente prefiero ir de una vez a ese dichoso apartamento para poder descansar —él no dijo nada y simplemente se limitó a mirarme—. ¿Puedes dejarme por favor entrar de nuevo en el coche?
—No, ahora andando —no iba a seguir sus órdenes. ¿Quién se creía que era?
Le miré desafiante y me senté en el frío suelo.

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Un Amor Inesperado en Estambul ©
Teen FictionDonde Leah viaja a Estambul. O Donde los caminos de Atlas y Leah se cruzan.