Capítulo 10

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Por primera vez en mi vida estaba ansiosa por el regreso a clases y es que Joe y yo habíamos quedado esa misma noche para vernos así que sí, estaba de los nervios y al parecer no lo disimulaba nada bien.

— Oye, ¿qué te ocurre?, estás muy rara hoy— comentó Alex con curiosidad.

— ¿A mi?, nada, ¿qué iba a pasarme?— respondí sonriendo.

— ¡Venga Emily no le mientas, si que te pasa y mucho!— exclamó Alice a mi lado,— ¿ le cuentas tú o yo?—.

— ¿Contarme el qué?— preguntó Alex.

— Bueno verás, te lo resumo— respondió Alice sin darme tiempo de abrir la boca— aquí la niña un día como cualquier otro casi fue atropellada por un loco en una moto que le pareció encantador y que el día que salimos la vió y se ofreció para traerla y a partir de ahí no han dejado de hablarse y hoy han quedado, así que ahí tienes el motivo de tanta alegría—.

— ¡Alice!— protesté— eso no es así—.

— ¿Ah no, y cómo entonces?— dijo cruzándose de brazos.

— ¡Chicas ya basta!— gritó Alex. ¿O sea Em que estás saliendo con un chico y no me habías dicho nada?— preguntó mirándome a mi e ignorando a Alice por completo.

Lo miré un tanto avergonzada por haber pasado todo este tiempo sin decirle nada.

—La verdad que me encantaría regañarte por eso pero es que me parece increíble, que al fin hayas decidido echar un polvo, solo recuerda la regla de oro: Nunca te enamores—.

— ¡Alex!, por Dios ni siquiera nos hemos besado y ya estás pensando en sexo— respondí con una mueca.

— Solo digo la verdad, necesitas descargar ese estrés que te cargas y las hormonas acumuladas no ayudan— dijo levantando los brazos de forma inocente.

— Ustedes son imposibles— dijo Alice dando media vuelta y alejándose de allí.

Salí corriendo tras ella seguida por nuestro mejor amigo que no paró de hacerme preguntas en todo el día. Lo adoraba pero a veces se me olvidaba lo molesto que podía llegar a ser.

Joe y yo habíamos quedado para las siete así que a las 5:30 comencé a ducharme y arreglarme. Decidí usar un vestido que llevaba años sin ponerme. Era algo ajustado en la parte superior y más suelto en la de abajo, de manga corta,  era de color azul turquesa. Me puse unas botas negras de tacón y recogí mi cabello en un moño alto con algunos mechones sueltos en la parte delantera, y cómo siempre apliqué una ligera capa de maquillaje. A las siete en punto Joe me envió un mensaje que estaba abajo y echa un manojo de nervios bajé las escaleras y lo vi afuera. Estaba impresionante, usaba una camisa negra recogida sobre los antebrazos y un pantalón vaquero ajustado, su pelo estaba despeinado apuntando en mil direcciones distintas y madre mía, estaba guapísimo.

— Hola, Emily. Estás increíblemente hermosa— dijo recorriendo cada parte de mi cuerpo con esos hermosos ojos.

— Hola Joe, tú también estás muy guapo— dije avergonzada —.

— Vaya gracias— respondió sonriendo mientras ese hermoso tono rosa aparecía en sus mejillas.

Joe me llevó a la misma heladería que la primera vez que nos vimos, charlamos de todo un poco, y descubrí algo de él que no sabía y era su increíble sentido del humor. No podía parar de reír con sus ocurrencias. Luego me propuso llevarme a un lugar especial. La verdad estaba encantada, era él chico más dulce, atento y tierno que había conocido jamás así que acepté con gusto. Caminamos un poco hasta el parque y me llevó a un sitio algo apartado junto a un árbol de magnolias blancas.

— ¡WOW! Es hermoso Joe— dije deleitándome ante tanta belleza.

— La verdad es que sí, es hermoso— comentó mirándome a los ojos con una intensidad que me obligó a apartar la mirada.

— Ven— me tomó de la mano y una descarga recorrió mi cuerpo.

Su piel era increíblemente suave y sus manos aunque algo delicadas eran tibias y se sentían fuertes. Tomamos asiento uno junto a otro, un poco cerca porque el banco era algo pequeño.

— Joe yo... yo quiero pedirte disculpas, el otro día me porté como una niña— hablé para romper el silencio y porque sentía que le debía una disculpa.

— No pasa nada, no te preocupes—.

— Joe yo... ehh yo— las palabras se me hacían un nudo en la garganta pero las obligué a salir— Joe, yo... creo que me gustas— solté al fin y nunca pensé que un par de ojos pudiesen brillar con la intensidad con que lo estaban haciendo los suyos en ese momento.

— Pe... pero tú, tu me dijiste que...—

— No fuiste el único que sintió algo la primera vez que nos vimos— lo interrumpí. Desde ese día no dejo de pensar en ti, cada detalle que me cuentas me gusta aún más y me hace querer descubrir todo lo que aún no sé de ti— repetí las mismas palabras que me había dicho aquel día en el parque—, cuando hablamos esos minutos pasan a ser la mejor parte de mi día, he intentado controlarlo, juro que he intentado reprimir mis sentimientos pero no puedo, y tengo miedo, tengo muchísimo miedo. Juré que jamás volvería a enamorarme porque no quería que volvieran a hacerme daño y sin embargo aquí estás tú tirando todos mis esfuerzos por la borda con tan solo respirar— espeté, soltando todo lo que me daba vueltas en la cabeza hacía días.

— !Joder Emily!— dijo pasándose las manos por el pelo.

Antes de que pudiera darme cuenta Joe puso sus labios sobre los míos envolviendolos en un beso suave y dulce. Al instante reaccioné y le devolví el beso. Me rodeó la cintura con sus manos y yo lo atraje hacia mi tomando su cara entre mis manos. De un momento a otro nuestros labios marcaron un ritmo muy distinto del inicial colisionado en un beso cargado de anhelo y deseo. Nos separamos unos centímetros y ambos sonreímos.

— Emily, ¿quieres ser mi novia?— preguntó Joe, sonrojado.

Me separé bruscamente sorprendida por su pregunta.

— ¿Estás hablando en serio?— cuestioné emocionada.

— Nunca había hablado más en serio en mi vida— respondió Joe sonriendo.

— Pues si Joe, claro que quiero ser tu novia,— respondí eufórica volviendo a juntar nuestros labios en otro beso.

Entre beso y beso llegó la hora de marcharnos pero antes Joe tomó una de las flores del árbol y la colocó detrás mi oreja.

— Emily se que es pronto para esto, pero ten por seguro que borraré casa fantasma de tu pasado y te haré la mujer más feliz de este mundo hoy y todos los días que pasemos juntos— dijo Joe dándome un dulce beso en los labios.

Al llegar a la escuela me dolía tener que separarme de él, había pasado una noche increíble y lo que se suponía que sería una disculpa terminó conmigo siendo la novia del mejor chico que había conocido jamás.

— Buenas noches Joe, ha sido una noche increíble—.

— Tan increíble que ahora soy el novio de la chica más hermosa que haya visto jamás— me sonrió y me acercó a él para darme un casto beso de despedida.

Subí a mi habitación sientiendo tanta alegría que pensé que iba a explotar. Después de unos meses horribles volvía a sentir, volvía a sonreír, estaba con el chico más maravilloso que hubiese conocido nunca y eso me hacía feliz y me aterraba a partes iguales, porque la vida era cruel. Esa noche marcaba un antes y un después en mi vida, nunca volvería a ser la misma y el tiempo se encargó de demostrarmelo.

Hola mis amores!!!

Diossss esperé este momento con ansias y al fin ha llegado 🥳🥳. ¿Qué opinan de este encuentro?

Estoy tan feliz como la misma Emily jjj. Espero que este capítulo les haya gustado y los haya enamorado tanto como a mí. No olviden dejarme sus votos y comentarios con sus opiniones, amo leerlos y me hace muy feliz. Besitosss 😘

                 
                              Atte:Mily❤️

A un latido de distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora