Capítulo 6

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Estaba ansiosa y por más que lo intentaba no lograba concentrarme en las clases lo que me costó varios regaños de mis profesores, por suerte el examen logré hacerlo sin problemas. A las 4 estaba echa un manojo de nervios frente al armario intentando adivinar que ponerme. Después de 1 hora tirando ropa me decidí por unos vaqueros rotos de talle alto y un top con un ligero escote de corazón de color negro a juego con las zapatillas. Me bañé a toda prisa, salí me vestí y me apliqué una ligera capa de maquillaje que básicamente consistía en un poco de rimel, algo de rubor y algo de brillo de labios rosado. Mi pelo lo dejé suelto en un semirecogido. A las 6:55 mi teléfono vibró con un mensaje.

Joe: Ya estoy abajo espero que estés lista, si no tranquila tómate tu tiempo.

Yo: Si estoy lista, ya bajo.

Me eché un último vistazo en el espejo y bajé. Casi me da un infarto, al llegar a la entrada allí estaba Joe sobre su increíble moto, vestido con una camiseta de manga corta algo ajustada y una chaqueta de cuero negro encima y unos vaqueros ajustados.

—Hola— dije llamando su atención.

Sus ojos me recorrieron de pies a cabeza y sentí un escalofrío recorrer cada parte de mi cuerpo donde posaba sus ojos.

— Hola, estás muy guapa— contestó con una sonrisa— ¿estás lista?—
— Si claro—

Me tendió el casco y me ayudó a ponérmelo, subí a su moto y arrancó. Veinte minutos después aparcó frente a un local muy bonito que no conocía pero tenía toda la pinta de ser una heladería. Y al entrar lo confirmé. Era hermoso, con mesas de cristal y bancos rojos alrededor, la iluminación era tenue con luces blancas y ligeramente azules. Las paredes estaban decoradas con dibujos de helados y en algunas partes había un montón de firmas y nombres. La verdad que era muy acogedor. Tomamos mesa junto a una ventana uno frente al otro.

— Bien espero que te guste, ya te digo yo que es una de las mejores heladerías que vas a encontrar en la ciudad, pero si quieres podemos ir a otro lugar por mi no hay problema eh— dijo Joe algo nervioso mientras sus mejillas se teñían de ese bonito tono rosa.
— Está perfecto, el sitio es muy lindo y además amo el helado—
— Vale—.

Nos quedamos mirando sin saber muy bien que decir hasta que vinieron a tomar la orden y ambos elegimos la especialidad de la casa.

— Bien— dijo él rompiendo el silencio— ¿ qué edad tienes Emily?—
— Tengo 19 ¿y tú?—.
— No mucho mayor, tengo 21. Y dime, ¿cómo es estudiar medicina?—
— Pues es bonita pero muy agotadora, a veces da miedo sabes— comenté divertida.
— Y tú, ¿cómo se siente ser un futuro abogado?— pregunté curiosa.
— Se siente bien, es muy linda la profesión pero complicada—.
— Bueno ten más cuidado con tu moto porque tal vez un día tengas que ser tu propio abogado— ambos nos reímos y una vez más descubrí que su risa era encantadora.

Después de terminar nuestros helados y pagar la cuenta Joe me propuso un paseo por el parque y acepté encantada.

— Oye ¿te puedo hacer una pregunta?— preguntó mientras caminabamos.
— Si claro—
—¿Crees en al amor?— lanzó sin rodeos.
— Digamos que mi última relación fue un completo desastre así que mejor no respondo a tu pregunta. Y además siendo sincera aún no aparece la persona indicada, se que suena cursi pero es así—.
— Para nada, te entiendo. No pertenecemos a cualquier lugar, no cualquier persona tiene porque llenar nuestras expectativas y además yo también creo en eso de la persona indicada si te sirve de algo— dijo chocando su hombro con el mío y regalándome una bonita sonrisa.

— Mi turno, ¿ tú crees en el amor Joe?—.
— Siendo sincero no lo sé, jamás me he enamorado o al menos eso creo. No sé lo que se siente tener a alguien en tu mente cada segundo del día, no sé como es sentirse perdido mientras te encuentras en alguien más. Nunca he visualizado mi vida junto a nadie, nunca he deseado que el tiempo se detenga mientras miro a una chica a los ojos, nunca mi piel ha reclamado el contacto de otra... — dijo mirándome fijamente con una intensidad que me dejó sin aire y no me había dado cuenta que nos habíamos detenido, pero no quedó ahí, él continuó.

— Tal vez el amor si exista, pero no estoy seguro, aunque llevo algunos días cuestionándomelo—.

No sabía que responder a eso, estaba paralizada. No estaba segura de que era pero ese chico tenía algo que hacía que bajara todas mis defensas y eso era peligroso, mucho.

— No sé que responder a eso— dije sintiendo la boca seca.
— No respondas, solo piénsalo—.

Joe retomó la marcha dejándome con una maraña de pensamientos y una sensación muy extraña dentro de mi.

—¡Espera!— dije caminando rápido para poder alcanzarlo y casi cuando había llegado tropecé pero algo me impidió llegar al suelo. Los brazos de Joe me agarraron de la cintura y me atrajeron a su pecho.

— ¿ Estás bien?—
— Sí, estoy bien— balbucee como puede.

Estábamos cerca, demasiado, tanto que podía sentir su suave aroma y contemplar cada detalle de su rostro y fue como descubrí el pequeño punto negro parecido a una cicatriz que tenía junto a la nariz cerca de su ojo izquierdo. Sus ojos me miraban con intensidad y absorbían cada detalle de mi rostro mientras yo hacía lo mismo con el suyo. Mi atención se desvío a sus labios inconscientemente. Levanté la vista y me encontré con una expresión indescifrable en sus ojos.

— Creo que es hora de irnos— dijo en un susurro pero sin hacer ademán de soltarme.
— Si tienes razón— dije.

Ambos nos alejamos al mismo timpo y automáticamente extrañe el calor que emanaba de su cuerpo. Fuimos a por la moto e hicimos todo el trayecto en silencio. Llegamos a la facultad me bajé y le entregué el casco.

— Gracias por la noche, la pasé muy bien—
— Yo también la pasé muy bien, eres una gran compañía— dijo sonriendo.
— Hasta mañana Joe—
— Hasta mañana Emily— dijo y rápidamente me giré y comencé a caminar hacia la entrada pero me detuve al escuchar su voz.

—¡Espera!— me giré y lo vi sonrojado hasta el cuello, era una visión adorable—
—Si—
— No sé si te lo dije pero estás hermosa esta noche—.
— Gracias y si, ya lo habías dicho pero nunca está demás escucharlo— dije sonriendo.
— Bueno ahora sí, buenas noches Emily—.

Le dije adiós sonriendo y fui a mi habitación. Me cambié rápidamente y me metí en la cama. Había sido una noche increíble, Joe era un chico muy tierno y algo tímido, no podía dejar de darle vueltas a la conversación que habíamos tenido y sentía que se me escapaba algo pero no estaba segura de que. Nuestro contacto accidental me había revolucionado la mente y solo pensaba en la sensación que sentí al tenerlo tan cerca, algo me estaba causando ese chico y eso no era nada bueno y lo peor es que no sabía como evitarlo.

Hola mis amores!!!

Estos chicos me van a matar de la ternura. Al fin su primera cita 🥳.
¿ Qué opinan de este encuentro?
Déjenme sus opiniones en comentarios amo leerlos. Y no olviden votar si les gusta. Besitosss😘
                                Atte: Mily❤️

A un latido de distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora