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Mis días favoritos sin duda eran los días que te tocaba clase de educación física, sinceramente amaba esos días.
Podría haber tenido un día de mierda pero con solo verte desde lejos o ver tu sonrisa hermosa me alegraba el día; aunque no fuera yo la dueña de ella o la causante, me encantaba cuando sonreías aunque esas sonrisas no iban dirigidas a mí.

¿Que tenía que hacer para que te fijaras en mí?

¿Que me hacía falta para gustarte?

La verdad es que nunca lo entendí y nunca lo entenderé
¿Acaso no era lo suficientemente bonita para tí?

Lo que nunca fuimos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora