Capitulo 1: Inicio de todo

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-Tomura… has estado más impulsivo que de costumbre-

Kurogiri seguía en la entrada del callejón, vigilando. Le había pedido salir del bar, para tomar aire fresco, y unos tipos me habían reconocido. Ahora solo eran parte del polvo que se llevaba el viento.

-Maldición…Dabi-Gruñi- ¿Por qué decides irte hoy? Justo un día antes del ataque a  USJ…-

-¿Ya estas mas tranquilo?- pregunto Kurogiri

-Solo un poco- respondi- pero mejor vámonos-

En realidad no quería regresar, en el bar me sentía muy encerrado y aburrido pero era lo mejor para un villano tan conocido. Kurogiri abrió el portal de vuelta a casa, y fue relajante reconocer el olor a carne quemada de Dabi.

-Al fin regresas- saludé- ¿Y los nuevos reclutas que prometiste?

-Vienen mañana- Respondió. -Creo que es lo mejor que pude obtener.  Solo quedaban los más inútiles, y los idiotas del Hassaikai no la ponen fácil. ¿En que momento pensaron que el ya había cumplido su condena? Solo fueron 5 años. Si hubiera sabido que vender ese tipo de drogas era tan rentable, lo hubiera hecho desde el principio.

-Chizaki nos odiara más por eso. ¿A cuantos quemaste?-

-Solo a uno, me parece. El otro huyó por los tejados-

-Ahora va a hablar- me quejé reacomodándome en el sillón- solo espero que sensei no tarde más…- murmuré.  Esa era la única razón por la que no me subía a mi habitación.

-Como si el cerebro de pájaro pudiera hacer algo, se volvió mas cobarde desde que le arrancamos las manos- respondió Dabi.-¿Tienes hambre?-

-Quiero fresas con crema- murmuré
Kurogiri y Dabi se quedaron sorprendidos por eso

-Tenia entendido que no te gustaba la fruta- Dijo Dabi

-Solo ponle mucha azúcar y no saben tan mal- respondió- ve ya-

Narra Dabi

Salí arrastrando a Kurogiri hacia el bar, que era otra habitación.  En parte para hablar con el, y también  para obligarlo a llevarme al supermercado, por que si algo tenia claro, era que no había ni una sola fresa en toda la cocina. Ningún tipo de fruta en realidad. Solo todo tipo de enlatados y comida instantánea. Éramos villanos, saber cocinar era demasiado pedir, y Kurogiri no estaba diseñado para hacer cosas más complejas que un sándwich o un cóctel, lo cual solo servia para cubrir las apariencias y explicar por qué vivíamos en un bar.

-Tu siempre estas con el- le dije a Kurogiri- explícame que ha pasado-

-Ha estado más inquieto… quiere salir todo el tiempo, come demasiado y a veces lo escucho vomitar- dijo

-¿Desde cuando hace eso?

-Empezó hace una semana, justo cuando se enojó por que no había suficientes reclutas y el tenia que encargarse de todos los pedidos de sensei- dijo - después se puso a llorar por que ya no había cheetos picantes-

Ambos nos pusimos a pensar. Mis teorias iban del lado de una infección estomacal y enfermedades mentales  hasta que Kurogiri volvió a hablar.

-Hace un mes escuché demasiados ruidos raros en su habitación y no pararon en toda la noche…- lo bueno de que fuera un nomu es que no entendía ese tipo de cosas si no se las explicabas directamente.

Mejor me cubrí con la capucha  y me puse las gafas de sol. La parte sin quemaduras estaba empezando a sonrojarse…

Agradeci que Shigaraki estaba hablando con All for One en ese momento, por que aquello me daba más tiempo para pensar en como decirle sobre el error que habíamos cometido ese día.

-Llevame al supermercado.  Tengo que ir a comprar lo que me pidió, o se va a enojar-

-Cubrete- respondió

Regrese a la sala de tv, evitando hacer ruido mientras Tomura estaba en su llamada. Subí a mi habitación y me quite mi gabardina, para ponerme una sudadera con capucha, y lentes oscuros.

-¿Ya has terminado? - pregunte

-Dime rápido que quieres- pregunto

-¿Puedo traer fresas congeladas?

-No, solo saben a hielo

-Esta bien

No quería ir tan lejos, pero aquí cerca no vendían fresas frescas.

Salimos a la calle. Era un mal barrio, lleno de delincuentes,  perfecto para escondernos, y donde muchos eran villanos de poca monta. Aún era muy temprano para abrir el bar, pero en la noche había algo más de movimiento, y esa era la manera de obtener dinero para sobrevivir.

Kurogiri abrió el portal, y al salir de nuevo,  estaba en una calle vacía, a unas calles del supermercado.

Perdón por todos los muertos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora