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Era horrible

Un desastre

Un completo desastre

Gama-chan no estaba, había desaparecido en unos de sus entrenamientos en el campo del equipo siete, seguramente se había caído de su bolsillo ¿Pero como pudo perderla? Era un regalo de su Jiji, muy importante sin dudas, su primer amigo y compañero en sus días más solos aunque fuese tan solo una billetera.

Lo peor quizás podría ser eso, pero por supuesto que no era así, porque si solo fuese eso estuviese tranquilamente buscándolo con sus clones de sombras por toda la aldea.

Estaba nevando, una maldita tormenta de nieve estaba cayendo con fuerza afuera y tenía estrictas órdenes de su abuela que le prohibían salir de su apartamento

El destino los odiaba, podía creerlo con todo su ser y Gama-chan seguramente estaba enterrado en montones de nieve, tan frio y tan solo que de solo pensarlo le ennudaba la garganta... Para el, él daño que tenía por billetera que su Jiji le había regalado no solo era un objeto material.

Colocó su chaqueta naranja y cubrió sus piecitos con calcetines, para luego colocarse sus sandalias... Era arriesgado salir así, no tenía guantes, orejeras o incluso una bufanda, Pero acaso importaba? Dejaría la "comodidad" o a lo que el llamaba comodidad en su apartamento solo para ir a por su mejor amigo.

La nieve caía con fuerza, por lo que entendió las órdenes de Tsunade... Al dar el primer paso sobre el montón de ella se hundió levemente... Al parecer sus calcetas no habían servido de nada.

Sus dientes castañearon y luchó contra los  párpados que pedían cerrarse para proteger sus ojos de los copos que se arremolinaban gracias al viento que soplaba.

Caminó sin parar hasta llegar al campo de entrenamiento y comenzó a cavar con sus manitas en cada lugar entre la blancura que cubría el césped. Era un idiota. ¿Cómo la iba a encontrar en todo eso? Aún quedaba mucho terreno por cubrir, demasiado de hecho. Resopló frustrado apartando el cabello de su rostro, sintiendo sus manos rojas entumidas y su cabello completamente húmedo al igual que sus piecitos. __Maldita sea, dónde estás Gama-chan?!__ Gritó formando un puchero.

Se sentó en derrota en la nieve, formando un bonito corazón en esta ¿Cómo estarían Sakura y Sasuke durante la tormenta? Quizás podría ir a casa del teme y preguntarle por Gama-chan, o a Sakura... No, sin dudas a ella no, le podría dar un golpe y acabar en su cabeza doliendo por un día entero... Se levantó limpiando de su trasero los copitos, antes de enfundar sus congeladas manos en la chaqueta... No había logrado encontrar a Gama-chan por más que la Buscó debajo de la almohada, debajo de la cama, debajo de su nevera o dentro donde guardaba la leche rancia... Suspiró frustrado, su Jiji se enojaría su se enterara? Lo llamaría irresponsable como lo hacia cuando gastaba el dinero antes de pagarle al casero? O quizás le daría un coscorrón para luego invitarle un ramen como cuando solían reunirse en Ichiraku y el le contaba sobre las nuevas travesuras?

Por andar metido en sus pensamientos, no esquivó aquella roca que impacto en cabeza e hizo bajar una lenta gota roja caliente por su frente hasta manchar la nieve. Miró sorprendido al hombre que desde la entrada de su tienda lo miraba, sosteniendo en sus manos una escoba __No te acerques por aquí! Largo!__ Gritó. Sus palabras solo contribuyeron al doloroso nudo que guardaba en su garganta. Comprendía su odio hacia el... Pero también era un humano, un niño, el jamás le haría daño a alguien mucho más pequeño que e indefenso... Trataría de protegerlo... Entonces ¿Por qué los adultos eran tan malos? __Que no oíste?! Lárgate que no te queremos... Maldito monstruo__ aquel murmurllo llegó como daga a su pecho, por lo que corrió tan lejos como sus helados pues le permitieran, antes de caer de bruces al suelo mientras era cubierto por la espesura que bajaba del cielo

__Kakas'-sensei__ por supuesto, sus últimos momentos los pasaría pidiendo ayuda al hombre que siempre llegaba tarde? Pero que ironía no? Un completo idiota era. Quizás Sakura y Sasuke tenían razón cada que lo llamaban así, ni siquiera quería morir, sin embargo, ahí estaba, sintiendo su cuerpo tan pesado y sus párpados comenzar a cerrarse con amargura...

Antes de caer en el sueño que le consumía de a poco. Algo húmedo paso por su mejilla y pudo ver las botas suavecitas que a lo lejos se acercaban apresuradas... __Naruto!__ Sonrió ante la reconocible voz, no podía ser verdad ¿O si? __Naruto por qué saliste, maldita sea?__

__Kakas'-sensei__ El hombre tomo su pequeño cuerpo helado entre sus brazos, antes de cubrirlo con su gran abrigo de piel __Que cálido__ Murmuró

__Y tu me estás congelando, pequeño__

Papá por ¿días? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora