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Agradecía a Kami que su flojera no lo hubiese hecho quedar en casa sin dudas, tenía estrictas órdenes que le prohibían salir Pero necesitaba ir por suministros o esa noche no tendría para la cena, y sin dudas fue un milagro que al menos una tienda estuviese abierta con ese clima tan horrible. Pero eso era una preocupación menos no? Se cubrió con una bufanda, grandes botas muy suavecitas, un abrigo de piel cómodamente grande, orejeras y guantes... Sin embargo, por su cabeza jamás llegó a cruzar la idea de encontrar a uno de sus estudiantes en el suelo casi enterrado por la nieve y sangrando por alguna parte de su cabeza ¿Por qué había salido? Por supuesto... Era Naruto, el chico más hiperactivo y en algún momento debió imaginarse que algo así sucedería ¿Quizás debía verificar que Sakura o Sasuke siguiesen en sus hogares? Tal vez no... Ellos si eran medianamente responsables ante la situación problemática del clima en Konoha.

Llegaron a su pequeña casa, donde dejo a Naruto en el sofá junto a su abrigo para subir su temperatura corporal mientras el corría al baño a por el botiquín de primeros auxilios.

Su cuerpo se sentía tan pesado, y aún así temblaba en consecuencia al terrible frío que entimecia sus manitas rojas. La banda emblemática cayó de su frente y fue cuando sintió las manos de su sensei quitando sus calcetas húmedas __Fue muy irresponsable de tu parte haber salido Naruto, pudiste haber muerto en la nieve o peor, dejar a tu cuerpo enterrado sin que nadie supiese hasta la primavera__ formó una boquita de pez y suspiró, tratando de tragar el nudo de lágrimas en su garganta

__Perdon... Sensei__ Kakashi suspiró, no había querido sonar tan severo como lo hizo, Pero realmente le preocupaba Naruto, mucho más allá que fuera su alumno, también era el hijo de su sensei, y de la mujer que tantas veces lo trato con el puro amor de una madre...

__No te preocupes Naruto... Ya estoy aquí__ se levantó y lo alzó en brazos para llevarlo junto a la calefacción. __Pakkun, trae almohadas y mantas por favor__ el canino asintió, antes de ir a por ellas y regresar para dejarlas en el lugar indicado... Cuando Kakashi dejo a Naruto en las mantas aún con el abrigo, se recostó a su lado para darle algo de calor, pakkun lo siguió, permitiendo descansar su cabeza en el estómago del niño, quien con su manita acaricio su pelaje

__Sensei... Cuando acabará la tormenta?__ preguntó casi dormido

__No se sabe aún Naruto, Pero sigue siendo peligroso salir... O podría pasarte esto de nuevo, comprendes?__

__Entiendo sensei__ afirmó, carraspeando un poco ante la incomodidad en su garganta... __Pero no soy una molestia? Digo... Tu nunca nos habías querido traer a tu casa__

__No te preocupes Naruto... No eres una molestia, eres mi alumno y soy responsable por lo que te pase... Ahora descansa si? Yo  cuidare tu sueño__ algo decaído por la respuesta, asintió en silencio acurrucandose aún más cerca... Porque al menos por esa vez, disfrutaría del calor corporal que una persona a la que el consideraba un padre podría ofrecer... Con un abrazo

...

Despertó quizás horas después tanteando para encontrar a Kakashi... Tenía frío, mucho, tal como cuando llegó, por lo que se acurrucó aún más en las mantas y abrió sus ojos con pereza para tallarlos... Su garganta dolía así desde hace un rato y su cabeza se sentía pesada, era como si no la pudiese despegar de la cómoda almohada, por lo que no trató de levantarse. Cerró sus ojos una vez más y Suspiró ¿Que estaba pasando? No podía recordar alguna vez en la que su cuerpo no quisiese responder Salvo cuando salía herido en alguna misión. Aún así, el no estaba herido, solo tenía algo de frío no? Entonces que era todo lo demás?

Miró a su alrededor buscando una vez más a su sensei ¿todo había sido un sueño? No, por supuesto que no podía. Maldita sea. No estaba en su casa y gracias a esa conclusión fue que verifico que de veras no era un sueño todo aquello ¿Pero por qué estaba tan solo aún? Una lágrima silenciosa surcó su mejilla hasta impactar en la cómoda manta que lo cubría... Se acercó un poco más a la calefacción y lloró.

Pasó al rededor de una hora antes que la puerta de la casa se abriera con un estruendo, gracias a Kakashi quien cubierto en grandes abrigos cargaba un botiquín recién surtido. Tuvo algunos problemas, a ese tipo de horas y gracias a la tormenta no había tiendas abiertas, y no tenía idea de dónde podría estar la hokage, ya que, en aquella torre solo había una loca borracha idéntica a ella que no podía ni siquiera despertar gracias a la cantidad de Sake que había bebido.

Se deshizo de los Abrigos al sentir la calidez de su hogar y camino apresurado hasta el gran bulto de mantas en el suelo. __Naruto despierta__

Papá por ¿días? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora