Había pasado casi una semana desde la ultima vez que vi a Katsumi, y esta vez no la estaba ignorando, es que ella no había venido a clases desde ese día. Intente que Yamaguchi le preguntara a Hinata o al rey, pero hacia demasiadas preguntas y lo mejor era que no.
Era lunes nuevamente, ya casi dos semanas que no venia, o al menos eso creía ya que al entrar al salon la vi sentada en su lugar de siempre, inesperadamente una sensación de alivio inundo mi cuerpo.
Quería acercarme a ella, preguntarle si estaba bien, si no había sido nada grave, lo más probable es que no me dijera la razón, y eso solo hacia que me molestara aun más.
—¿Estas bien? ¿Por qué no viniste estos días?—Yamaguchi, quien recién entraba al salon lo primero que hizo al verla fue correr a preguntarle, lo cual agradecía internamente, no estaba planeado o algo por el estilo, pero había sido algo que podía usar a mi favor.
Para mi buena suerte yo solo estaba un puesto detrás de ella, así que no hubo dificultad alguna para escuchar la conversación.
—Simplemente fue un pequeño accidente, pero todo bien, muchas gracias por preocuparte Yamaguchi—, ¿Eso era todo? ¿Esa era la gran explicación?
Durante lo que duro la hora clases se me hacia inevitable no querer acercarme y preguntarle más a detalle, sabía perfectamente del accidente en el gimnasio, pero era demasiado raro que algo así le pasara, quería preguntarle acerca de eso.
Cuando estaba camino a las practicas del club la vi, al fin la veía sola, toda la mañana había estado acompañada de alguien ya que se notaba que le estaba costando mucho caminar. Sin pensarlo mucho me acerque a ella.
—Hola enana.
Al escuchar mi voz se sobresalto por la sorpresa—Ah, eres tu,miope—se tranquilizó.
Inevitablemente la mire mal al escuchar ese tonto apodo—No me digas asi ¿Que fue lo que te paso? —Fingí no saber.
—Ah, un pequeño accidente con Tobio, nada grave—Le resto importancia.
Entramos al gimnasio, ella simplemente dejo la maleta que llevaba en la entrada para darse la vuelta y caminar nuevamente por donde veníamos.
—¿No te quedaras?
—No—. Una respuesta simple, no pregunte más, y mierda como me arrepiento.
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Katsumi.
No pensaba quedarme más a los entrenamientos, si había aceptado ser una de las managers habia sido por la insistencia de Tobio, no porque fuera algo que yo realmente quisiera.
Pisar el gimnasio era lo ultimo que quería.
Luego de ese dia pasaron semanas, semanas sin ver a los chicos o ver sus entranamientos. Ya me encontraba mejor, podia caminar bien, pero aun así me rehusaba a volver, incluso llegue a plantearme la idea de dejar por completo el club.
Me encontraba en el patio, tenia la hora libre hasta la siguiente clase. No tenia nada que hacer, asi que estaba con Hinata y Tobio viéndolos practicar, yo me dedicaba a observar y criticar de vez en cuando, o pasarles el balón cuando lo lanzaban lejos.
—Hinata, tienes que mejorar tus saques, son pésimos—Dije con total sinceridad.
—Hablas mucho para hacer tan poco—Esa maldita voz.
—Cállate Tsukishima—, pelear con él era lo ultimo que quería.
—¿Qué? ¿Te pones así por que sabes que es verdad? —Quería que se callara.
—Oye idiota, mejor cállate —Tobio se acerco hasta nosotros.
—¿Qué? Solo digo la verdad, supongo que la ultima vez fue solo mera suerte y por eso al final terminaste asi.
¿La ultima vez? ¿A qué se refiere? Me tomo unos segundos comprender a que se refería, pero cuando lo hice quería matarlo, me había visto, me había visto fallar, había visto el momento en que me caí...
—Lo viste...—Al contrario de la reacción que probablemente esperaban no me enoje, todo lo contrario.
Sentí como las lagrimas caían, nuevamente esa sensación de humillación me inundo.
Estaba tan confiada, de verdad pensé que nadie más me había visto, pero mierda, me confié y falle, falle y nuevamente me humille.
No dije nada, me puse de pie y comencé a caminar sin dirección alguna. Sentí que me tomaron de la mano, sabia que era él, intente soltarme de su agarre pero estaba decidido a no dejarme ir, lo cual me parecía estúpido teniendo en cuenta sus palabras ¿Es que no pensaba?
—Tsukishima, sueltala—esta vez fue Shoyo quien intervino, intentando liberarme del agarre del rubio.
Me dio una ultima mirada para luego soltarme, ¿era impresión mía o veía culpabilidad en sus ojos?
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Espero les guste!
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