Solo cometimos un error

193 16 22
                                    

Un pequeño rayo de luz comenzaba a asomarse por la ventana, la calurosa mañana de verano se comenzaba a hacer notar.
Ambos estaban dormidos, su cansancio era demasiado, la alarma sonaba frenéticamente y fue Esteban quien la pago con total disgusto. Con toda la pereza del mundo abrió los ojos y vio a la morocha recostada en su pecho aún en un profundo sueño, una pequeña sonrisa se asomó en su rostro de solo ver lo hermosa que se veía con su cabello todo despeinado y la paz con la que dormía.
Pero un golpe de realidad lo hizo dudar de si lo que paso había sido lo mejor, el imaginarse un reclamo o el más mínimo arrepentimiento de la mujer que tenía sobre su pecho lo hacía sentirse abrumado. Aunque eso no fue motivo para arrepentirse, había pasado años soñando con ese encuentro, con volver a tenerla entre sus brazos, besarla hasta que no le quedarán más fuerzas.

Poco a poco fue despertando, no dijo ninguna palabra, solo lo miro... estaba intentando acomodar sus ideas, tenía recuerdos un poco confusos de la noche anterior.
A su mente solo venían recuerdos incompletos, una discusión que habían tenido en la mañana, después una cena en el restaurante de siempre, vino, risas... y por último los recuerdos algo borrosos de ambos besandose mientras entraban en la habitación.
Se maldijo internamente al darse cuenta que habían hecho el amor. Se reprochaba como podía haber sido tan estúpida y haberse entregado a el.

_ Buenos dias... cómo dormiste? Las palabras del moreno la sacaron de su estado de trance.
_ Creo que se nos hizo demasiado tarde! Dijo ignorandolo completamente. Pero al intentar levantarse de golpe cubriéndose con la sábana un fuerte dolor de cabeza le recordó que las copas de ayer aún permanecían en ella. _ Auchhhh!
_ Bueno por lo que veo alguien no se levantó con buen ánimo, pero si con un dolor de cabeza brutal heee.
El moreno no quería atormentarla con preguntas si bien quería saber que había pasado la noche anterior sabía que no era el momento. Aunque para el estaba más que claro lo ocurrido entre ellos, el miedo de que ella le reclamé seguía presente.
_ Y por cierto hoy es sábado mi amor, te lo digo por si vas a poner como excusa el pretexto de que tenes que ir a tu dichosa oficina para salir huyendo de la cama...
La ojiverde seguía intentando ordenar sus ideas, si no le hubiera dicho eso probablemente ya estaría terminado de arreglarse para ir por su café mañanero, una pastilla para la cruda y salir rumbo a intentar terminar la nota del diario que estaba escribiendo. Pero como toda orgullosa que era no iba a dar su brazo a torcer.
_ Primero que nada no me digas "amor". Segundo claro que sabía que era sábado. Y tercero yo no voy a salir huyendo.
Pero lo que si te voy a dejar claro es que esto no se va a volver a repetir.
_ Ya Marcia por Dios... deja el pleito. -Se sentó en la cama para intentar abrazarla- Anoche quedó más que claro que nos seguimos amando, que aún nos necesitamos el uno al otro... hicimos el amor!
_ No es cierto - intento sacudir su cabeza en señal de desaprobación pero en lugar de eso una mueca de dolor se apoderó de su cara, así como también un insulto interno por el maldito dolor de cabeza.
_ No me puedes decir que no, si acabas de despertar entre mis brazos... -intento abrazarla pero fue en vano -
_ A ver! Que te quede claro Esteban! - se levantó cubriéndose con las sábanas - entre nosotros ayer lo único que pasó es que tuvimos sexo. Nada más que eso! Nos dejamos llevar ambos lo necesitábamos y bueno es normal que con las compas que teníamos encima nos hayamos pasado de la raya. Pero esto no se va a volver a repetir. - sentenció la morocha mientras entraba al baño dejando al pelinegro completamente confundido.

_ De verdad no quieres nada de desayunar? - le extendió una taza de café que inmediatamente fue rechazada- si quieres te preparo algo...

_ No gracias estoy bien.-miraba su celular con preocupación - Ya me tengo que ir.

_ Lo siento olvidé que te esperan en casa. - dijo con ironía y se dió vuelta para prepararse unas tostadas- la puerta está sin llave, puedes salir cuando quieras.

El susurro del corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora