Capítulo II: El Primer Viaje

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La habitación se disuelve a mi alrededor mientras me sumerjo más profundamente en mi sueño. El aire se vuelve liviano, casi etéreo, y me encuentro de pie en un terreno que desafía todas las leyes de la física que conozco. Las montañas flotan a mi alrededor, suspendidas en un cielo de colores imposibles, y un río de estrellas serpentea a través de ellas, brillando con una luz suave y acogedora.

Me siento ligera, sin la carga de las preocupaciones cotidianas, y doy un paso adelante. Mis pies no tocan el suelo; en su lugar, siento que estoy caminando sobre una bruma suave y densa que me sostiene. Cada paso es un descubrimiento, y la maravilla del paisaje me envuelve completamente.

A lo lejos, diviso una figura que se mueve lentamente entre las montañas flotantes. La curiosidad me impulsa a acercarme, y a medida que me acerco, distingo a una persona con ropas que parecen estar hechas de la misma materia que el cielo estrellado.

—Hola —digo, mi voz sonando extraña en este nuevo mundo—. ¿Quién eres?

La figura se gira hacia mí, y me encuentro con unos ojos que reflejan el universo.

—Soy una viajera, como tú —responde con una sonrisa—. Me llamo Lyra.

—¿Dónde estamos? —pregunto, maravillada por el entorno que nos rodea.

—Estamos en un lugar que solo existe en los sueños —explica Lyra—. Un refugio para aquellos que buscan escapar de la realidad, aunque sea por un momento. Aquí, nuestras imaginaciones son las que crean y moldean todo lo que ves.

Asiento, comprendiendo intuitivamente lo que dice. Siento una conexión inmediata con Lyra, como si nuestras almas se hubieran encontrado antes en algún rincón perdido de nuestras mentes.

—¿Puedes mostrarme más?

Lyra asiente y extiende su mano hacia mí.

—Ven, hay mucho por explorar.

Tomamos vuelo, suspendidas en el aire, y volamos juntas a través del vasto paisaje onírico. Cada lugar que visitamos es más sorprendente que el anterior: bosques de árboles cristalinos que emiten música cuando el viento pasa a través de sus ramas, océanos de nubes donde nadan criaturas fantásticas, y ciudades suspendidas en el vacío, construidas con luz y sombra.

Mientras recorremos estos lugares, siento que algo dentro de mí se despierta. Mi capacidad para soñar y crear se expande, y me doy cuenta de que este mundo no solo es un escape, sino también una fuente de inspiración y fuerza para mi vida cotidiana.

Finalmente, volvemos al lugar donde nos encontramos por primera vez. Lyra se detiene y me mira con seriedad.

—Recuerda, Maru, que aunque este mundo es maravilloso, también debes enfrentar y encontrar la magia en tu realidad. Los sueños son una guía, no un reemplazo.

Despierto en mi habitación, la luz del amanecer colándose por la ventana. Aún siento la calidez y la maravilla de mi sueño, y una nueva determinación brota en mi interior. Hoy, veré el mundo con ojos diferentes, buscando la chispa de lo extraordinario en lo ordinario.

La realidad soñada de Maru ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora