El siervo humilde I

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<<Un Gran hombre de Dios no es el que hace grandes cosas. Los pequeños hombres se vuelven grandes hombres de Dios haciendo cosas pequeñas>>

-¿Quién es ese?-preguntó el Caudillo.
-Todavia no lo se-respondió Anciano Líder-lleva viniendo un Mes. Va y viene, entra y sale. Llega, canta un poco en el campo de entrenamiento, regresa y pide palomas para enviar mensajes al Rey. Luego vuelve a salir.
-¿Dices que pide nuestras palomas?-volvió a preguntar el Caudillo.
-Sí, todos los dias.
-¿Y las palomas regresan con mensajes?
-Sí, siempre regresan con respuesta.
-Y cuando sale de la ciudad, ¿a dónde va?
-A nuestros campos, está cuidando unos pequeños brotes que sembró.
-¡Unos brotes!-exclamó El Caudillo sobresaltado-, pero, ¿quién se cree que es? El no puede sembrar en mis campos. Llámalo inmediatamente, con ese hay que hablar.
Anciano Líder va y regresa con Mensajero.
-Que el Rey bendiga y prospere al Caudillo de este pueblo, ¿en qué puedo servirle?-preguntó Mensajero.
-¿Quién es usted?-preguntó el Caudillo tratando de reprimir su sobresalto ante el saludo cordial de Mensajero.
-Me llamo Mensajero, y soy siervo de nuestro Rey, puesto también a su servicio, Caudillo.
-Me informan que ha estado usando nuestras palomas, ¿es eso cierto?
-Sí, me gusta comunicarme con el Rey cada día.
-Y usted que es siervo del Rey como dice ser, ¿no tiene acaso una paloma propia?
-Sí, desde luego que la tengo, pero desde que entré al pueblo la envié con un mensaje para el Rey y aún no ha regresado.
-Tal vez se ha extraviado, o la habrá atacado algún arcón-dijo Anciano Líder con frío desdén.
-Sería imposible-respondió Mensajero.
-¿Por qué?-preguntó Anciano Líder.
-Porque las palomas del Rey nunca se extravían y no se dejan atrapar por arcones. Ellas nos unen al Rey y a nosotros mismos. Cada paloma es como una sola, provienen del Rey y son el Rey mismo. Trasladan sus Palabras y al leerlas de sus alas, las entendemos, y se adhieren a nuestro corazón y mente para siempre. Decir otra cosa sería ofender al Rey y a su emisario.
-A menos que esa Paloma perdida no sea del Rey-contestó el Caudillo con frialdad-, o no haya sido enviada al Rey, porque hasta donde tengo entendido, han sido las nuestras las que han regresado a tí con sus mensajes.
Mensajero no dijo nada, abrió los ojos como platos y los volvió a cerrar.
-Señor Caudillo, he venido a servir, dígame, ¿qué debo hacer?-respondio con la cabeza gacha.
-Para empezar, debes esperar recibir tu propia paloma, esta vez, que provenga del Rey ¿Es que no vez que las nuestras son demaciado pequeñas para volar? Se canzan en el vuelo y tardan mucho en regresar. Muchas veces no llegan a su destino y regresan sin mensaje. Debes tener consideración con este pueblito tan pequeño y sus escasas y pobres palomas.
-No se preocupe Caudillo, conseguiré mi propia paloma del Señor.
-Y otra cosa más, deja de sembrar y cultivar en mis campos, solo yo sé que semillas se deben de sembrar en esos campos, y a quien dársela según los tiempos del Rey.
-No lo haré Cuadillo, le ruego me perdone.
-Bien. Pareces un buen hombre, si te sometes a mí como tu Caudillo y comes de mi trigo llegarás a ser un verdadero gran hombre del Rey.
-Pensaré en todo esto Caudillo, ahora, si me lo permite, quisiera retirarme.
-Aun no. Debes saber que antes de servir en nuestro pueblo y servirte de el, primero tienes que ser parte de el. Por lo tanto debes de ganarte tu hospedaje entre nosotros al pasar por la escuela de granos y luego sumergirte en las aguas del Rey, solo entonces serás un poblador de Ganado.
-Señor Caudillo, me sumergí en las aguas del Rey hace más de 20 Años, desde entonces le sirvo al Rey.
-No mientas, porque la paloma personal del Rey me ha hablado y me ha revelado la verdad. Ni siquiera tienes paloma, y quieres que te crea. Has lo que te digo, no seas rebelde.
-No lo seré, puede estar tranquilo.

Mensajero sale de la presencia del Caudillo cabizbajo y triste, y sale de la ciudad hasta los campos de Ganado.
<<Oh mi Rey, ¡qué tristeza más grande! Tus ovejas se pierden porque no tienen pastor.
El siervo que llamaste ha ocupado tu lugar.
Parece haber olvidado que tú paloma reposa en el corazón de tu pueblo, y sale volando hasta tu presencia con el clamor de tus justos.
Las palomas de este pueblo no provienen de tí, son plagas disfrazadas que el opositor a vendido a cambio de la ignorancia.
Tu desde tus balcones has podido mirar mis acciones. Y sabes que solo he podido valerme de tí, y de unas pocas palomas genuinas, que brotan de los pechos de los niños del pueblo>>

-¡Mensajero!, ¡Mensajero!-gritaba un joven a lo lejos.
Mensajero se voltea y ve a Apasionado de Dios.
-Apasionado de Dios-, ¿qué haces fuera de la ciudad?
-Me voy contigo-dijo el joven decidido.
-¿Irnos?, ¿a dónde?
-A donde el Rey nos lleve, allí estaremos.
-¿Dejarias todo por seguirle?, casa, familia, tus vienes, herencia, sueños.
-Estoy dispuesto a ir a mi casa celestial, convivir con mi familia en la Corte del Rey, valerme del sustento de Rey, mi herencia está en los Cielos, mi sueño, es conocerlo de frente.
Mensajero sonrió.
-Ah, muchacho. Gracias doy al Rey por conocerte. Pero es aquí a donde el Rey me envió, y no pienso volverme hasta que Él me de una contra orden.
-¿Qué debo hacer entonces?
-Servir, y ser obediente, el Rey nos dirá que hacer en su momento.

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⏰ Última actualización: Jul 11 ⏰

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