Episodio 4: La Historia de Harry

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El silencio se hizo de repente en la sala de Grimmauld Place número 12, era tan espeso que casi se podía tocar. Regulus estaba sentado frente a Harry, su mente aún asimilando la idea de que había pasado tanto tiempo desde que abandonó el mundo, y de que el joven frente a él, que apenas parecía haber alcanzado la adultez, había sido quien había acabado con la amenaza que había consumido toda su vida.

— Así que… —comenzó Regulus, tratando de mantener la compostura—. ¿Cómo exactamente... terminó todo? Necesito saberlo.

Harry asintió, comprendiendo la necesidad de Regulus de conocer cada detalle.

— Después de que desapareciste, —comenzó Harry—. Voldemort consolidó su poder. Fue... una época oscura, más de lo que cualquiera podría haber imaginado. Tomó control del Ministerio de Magia, y el miedo se apoderó de todo el mundo mágico. Había cacerías de magos nacidos de muggles, desapariciones, y asesinatos constantes.

Regulus sintió una punzada de dolor en el pecho. Todo su sacrificio, todo lo que había hecho, no había sido suficiente para detener la locura de Voldemort. Había fracasado, y su fracaso había traído una oscuridad aún mayor sobre el mundo.

— Pero nunca dejó de haber resistencia, —continuó Harry, con una nota de esperanza en su voz—. La Orden del Fénix continuó luchando, incluso cuando todo parecía perdido. Sirius, mi padre, y otros arriesgaron sus vidas una y otra vez para proteger a los que no podían protegerse.

El nombre de Sirius resonó en el aire, y Regulus cerró los ojos por un momento, sintiendo una mezcla de orgullo y tristeza. Su hermano siempre había sido un luchador, alguien que nunca aceptaría la derrota.

— En el fondo, Voldemort temía algo, —dijo Harry, con una expresión de determinación en su rostro—. Sabía que no era invencible. Había fragmentado su alma en varios objetos, llamados Horrocruxes, para asegurar su inmortalidad. Pero no contaba con que alguien pudiera descubrir su secreto.

— Horrocruxes, —repitió Regulus en voz baja, comprendiendo al fin el alcance de la locura de Voldemort—. ¿Cuántos eran?

— Siete en total, —respondió Harry—. Uno de ellos fue destruido por Dumbledore, otro por nosotros, y otros fueron destruidos en la batalla final. Fue un proceso largo y peligroso, y muchos murieron en el intento. Pero al final, los eliminamos todos.

Regulus asintió lentamente, dejando que la información se asentara. Había algo irónico en todo esto. Su sacrificio, aunque fallido, había sido uno de los primeros pasos para descubrir los Horrocruxes.

— La batalla final tuvo lugar en Hogwarts, —continuó Harry, su voz volviéndose más baja, como si recordara algo doloroso—. Fue una noche de caos y pérdida. Muchas personas murieron, pero al final, Voldemort fue derrotado. Fue un duelo directo, y él no pudo resistir más cuando su último Horrocrux fue destruido.

Regulus notó la sombra en los ojos de Harry, como si las memorias de esa noche estuvieran grabadas a fuego en su alma. No pudo evitar sentir una conexión con el joven frente a él; ambos habían enfrentado la oscuridad, aunque en épocas diferentes.

— Y así, terminó, —dijo Harry, soltando un suspiro pesado—. El mundo mágico no es perfecto ahora, pero es libre. Hemos pasado los últimos años reconstruyendo, tratando de hacer las cosas mejor de lo que eran antes. Hay esperanza, Regulus, algo que no teníamos antes.

Regulus se quedó en silencio, mirando al joven que había escuchado su historia. La guerra había pasado, y aunque las cicatrices eran profundas, había un nuevo mundo que él apenas comenzaba a entender.

— Supongo que nunca imaginé que las cosas pudieran cambiar tanto, —dijo Regulus finalmente, con una mezcla de asombro y tristeza—. Pero me alegra saber que mi sacrificio no fue en vano.

Harry lo miró con una expresión que mezclaba respeto y gratitud.

— No lo fue, —dijo con sinceridad—. Fuiste una de las primeras piezas en este rompecabezas, Regulus. Sin tu valentía, quizás no estaríamos aquí hoy. Y por eso, estamos en deuda contigo.

Regulus esbozó una leve sonrisa, algo que hacía tiempo no experimentaba. Tal vez, después de todo, había esperanza para él en este nuevo mundo.

— ¿Qué sigue ahora? —preguntó, con una chispa de curiosidad en su voz.

Harry sonrió, como si la pregunta lo animara.

— Ahora, te ponemos al día con lo que ha cambiado y encontramos tu lugar en este mundo. Hay mucho por hacer, y creo que puedes ser parte de ello.

Regulus asintió, sintiendo un nuevo propósito comenzar a arraigarse en su interior. Había sido arrancado de su tiempo, pero el futuro aún estaba abierto para él. Con un nuevo sentido de determinación, decidió que estaba listo para enfrentar lo que viniera. Juntos, él y Harry comenzaron a hablar de lo que vendría, mientras el pasado y el presente se unían en una nueva esperanza para el futuro.

El Renacer de Regulus: Un Viaje al FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora