Arya Zünder creyó que lo tenía todo controlado, pero eso estaba por cambiar. La verdad sale a luz ante sus amigos.
Una guerra está por venir y nadie está listo para enfrentarla.
Traiciones, desamores, confusiones, verdades y caos están por venir.
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1 de septiembre, la fecha que Albus había anhelado que llegara en todo el verano, solo porque significaba que volvería a ver a Arya. Fue el primero de su familia en despertar, su emoción por verla de nuevo era muy notaría.
— Eres un tonto enamorado — dijo James.
Albus lo miró, su hermano lo estaba observándolo desde la puerta de su habitación y parecía que llevaba tiempo en ese lugar. — ¿Qué?
— Llevo más de diez minutos llamándote para que vengas a desayunar y ni siquiera escuchas por estar pensando en Arya — se quejó James.
— Yo no estoy pensado en Arya — respondió.
— Entonces, ¿por qué aun no has podido elegir tu ropa? — encaró James. — Normalmente no tardas en vestirte.
Era cierto lo que decía su hermano, rara vez se preocupaba por su ropa, pero hoy era diferente. Quería verse bien para Arya. — Ya vete James — respondió avergonzado.
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El camino hacia la plataforma nueve y tres cuartos fue algo ruidosa, su hermana Lily no dejaba de poner canciones de Taylor Swift, James no paraba de hablar con sus padres de quidditch y de su futuro como jugador profesional, y al final estaba él callado y observando a su familia.
— Al, ¿estas emocionado por ver a Arya de nuevo? — preguntó su madre.
— Por supuesto que esta emocionada mamá — respondió James. — No viste como se tardó en vestirse.
— James no respondas por tu hermano — regañó su padre.
Estaba bastante emocionado por verla, pero jamás se lo diría a sus hermanos o sus padres. — Un poco...
— Mi dulce niño enamorado, no tienes que avergonzarte por estar emocionado — dijo Ginevra emocionada.
— Mamá, papá, ¿han pensado sobre el tema del tutor? — dijo Albus.
Quizás era mala idea sacar el tema en ese momento, pero no vería a sus padres hasta las vacaciones de invierno y esta sería su última oportunidad.
— Hijo, aun no tenemos una respuesta — respondió Harry.
Habían pasado casi dos semanas desde que hablo con ellos y aun no tenía una respuesta. Su madre no veía muy al gremio por culpa de su abuela y su padre no le importaba mucho. — Solo quiero saber si tengo su permiso, en el futuro seré el lord Black y quiero prepararme, ¿no pueden entender eso?
— Albus, no tienes que prepararte para tener el título de lord Black — respondió Ginevra.
— Tengo que prepararme para estar a la altura del apellido Black, conocer sus tradiciones.
