³ Doble personalidad

598 42 19
                                    

- tiempo sin verte solecito - se paró frente a mí con una gran sonrisa -

- vaya manera de convencer al debil de Cinco - dije llegando al lugar de electricidad - felicidades eres muy eficaz - dije con ironía -

- ¿celosa solecito? - cuestionó con burla -

- basta, no me llames así y no, no son celos, es desconfianza, a ti - aclaré con firmeza - 

- rió a carcajadas - por favor _______, dime, ¿cómo es que un viejo verde como Cinco logró tener a una mujer como tú, tan joven y corajuda - Lila sonrió con malicia -

- te recuerdo que tengo 49 y parte de su carácter me lo debe a mí -

- bueno ¿por qué tanto odio? somos amigas, ¿no? -

- por Dios - entre risas - tu y yo dejamos de ser amigas desde que atentaste contra mi vida y la de Cinco, a traición - dije mas seria

- _____ ya olvídalo, solo seguía órdenes - justifica con cinismo -

- claro - murmuré cabizbaja - sabes qué, tengo cosas que hacer - dije dispuesta a retirarme -

- hey, hey no lo hagamos más complejo - dijo tratando de detenerme - ven con nosotros -

- me reúso a estar cerca de alguien como tú - di la vuelta para verla con enojo -

- está bien, entonces se lo pediré a tu querido esposo - concluyó burlando la última parte -

- fruncí mi ceño y abrí un poco mis ojos - cómo sabes que... -

- _______, ¿decidiste acompañarnos? -

Pensé 'mierda'. Fue inevitable no mirarlo de arriba a bajo notando su traje perfectamente ceñido a su cuerpo, ese que solía excitarme cuando hacia trabajos para la comisión con su debida apariencia de 58 años y aun como un adolescente se ve incluso mejor de lo que pensé

- ni lo pienses amorcito, prefiero irme a buscar el hombre que prometí - sonreí falsamente y el soltó un fuerte y pesado suspiro -

- tu te lo pierdes, solecito, tu media naranja y yo nos divertiremos - dijo poniendo su brazo alrededor de sus hombros -

Gruñí haciendo que mis uñas se entetraran en mis palmas, odio que me llame "solecito", odio que haya vuelto y odio que se acerque a mi esposo

♔♔♔

Quedarme en el hotel no fue tan buena idea, los Sparrow llegaron y posiblemente no con intenciones de hablar, fue cuestión de segundos para que se desatara una guerra entre ellos gracias a un 'atentado' de Stanley, el prodigioso hijo de Lila. Quería ayudar pero en realidad lo vi innecesario, solo me dediqué a fumar un cigarro observando desfe el balcon, no era asunto mío hasta que con intención de irme me di la vuelta pero choqué con alguien

- oh Ben... perdón, yo -

- ¿qué haces en esta pocilga, preciosa? - me miró con sospecha -

- ¡_______, aléjate de ese maldito! - gritó Diego a lo lejos peleado con un cubo flotante -

- no eres una de ellos ¿verdad? - levantó su ceja -

- ah no pero...-

- eso es un punto a favor - repentinamente me acercó a él tomando mi cintura - acepta salir conmigo un día de estos - y levantó mi mentón para hacerme mirarlo a pesar de mis nervios -

- yo...-

- _________ - reconocí su voz, su tono -

- ay no...- murmullé por lo bajo -

Extraños CelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora