Ryousei Sarutobi [Naruto] oc!male

01.Kakashi Hatake

¡¿Sensei?!
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—Prueba el arroz, está riquísimo–el castaño agarró una porción y la colocó sobre el plato del Uchiha. Este aceptó a pesar de haberse llenado.– No puedo creer que Sakura haya dicho eso, pensé que era más...

–No hables con la boca llena.– regañó el pelinegro– Ella siempre fue fastidiosa, no te sorprendas. Y ese Naruto es un idiota.

–Pues ese idiota logró atarte de pies y manos, y te encerró.–tapó su boca en forma de burla al azabache logrando que este se moleste.

–No me lo recuerdes. Sigue siendo un perdedor, se hizo pasar por mí solo para gustarle a una chica.–rodó los ojos.

La realidad era que si el castaño no lo encontraba no hubiera podido liberarse tan fácilmente de las ataduras del rubio.

–Mhm, realmente le gusta ella.–meditó con un puchero en sus labios– Quizás si sigue esforzándose logrará enamorarla.

–¿Por qué te pones a pensar tanto en él? –frunció su ceño.– Hay cosas más importantes.

–¿Acaso ahora no me puedo preocupar por mí amigo? Pienso en otras cosas además de tí, Uchiha.–se defendió de forma arisca, hasta que se dió cuenta de esa última oración dicha.–a-ah no, eso...

–Entonces, ¿piensas en mí?–arqueó una ceja con un tono divertido poniendo nervioso al Sarutobi, nunca terminaba de acostumbrarse a ese lado blando del pelinegro.

–Ah si, pero no de esa manera, es decir, no es que no me parezcas guapo pero quitando el hecho que...–trató de salir del hollo en el se metió trabándose al hablar por el nerviosismo. No podía negar que se sentía atraído hacia el último Uchiha de Konoha, más no lo admitiría.–Agh, esto es ridículo.

–Tomaré eso como un sí.– rió suavemente, un brillo especial se vislumbró en aquellos ojos que siempre permanecían opacos.

Sintió por un momento que el mundo paró, y agradeció mentalmente el tener buena memoria para guardar en su corazón aquella imagen. Sintió sus mejillas caliente por lo que desvió la mirada hacia un costado tratando de detener aquel cálido sentimiento.

–Vamos al salón, debemos esperar a nuestro sensei.–habló el azabache levantando los cuencos ya vacíos y guardándolos en su mochila, luego se dirigió a la entrada.–¿Ryou?

–¿Qué? ¡Ah! Si, eso.–despertó de su trance para volver a la realidad siguiendo los pasos del otro.

Realmente no sabía cómo su corazón iba a soportar tanto.

(...)

–¡Naruto mejor siéntate!–regañó Sakura al rubio que se encontraba colocando el borrador del pizarrón sobre la puerta del salón.