𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒: "Pelear por mí"

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-¿Tenemos algo esta semana? -Preguntó México distraído mientras se limaba las uñas

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-¿Tenemos algo esta semana? -Preguntó México distraído mientras se limaba las uñas.

Estábamos sentados en la cafetería en completo silencio, cada quién demasiado enfocado en sus propios asuntos como para levantar un tema de conversación.

Generalmente ninguno de nosotros habla salvo que sea para responderle a México o reírnos de alguno de sus crueles comentarios, es como una especie de regla no escrita dentro de los MCB.

Ojo que no me estoy quejando, mientras menos tenga que realmente compartir con ellos mucho mejor para mí, pero igual fome.

-Sim, (Sí) -Respondió Brasil dándole una mordida a su sándwich -o exame de biologia amanha (exámen de biología mañana).

-Chinga tu madre -Exclamó México soltando la lima y frotándose la sien. Colombia le dedicó una mirada impasible -Ya me cargó el payaso ¿Cómo chingados se me fue a olvidar el pinche exámen?

-Todavía podi' estudiar -Le recordé con indiferencia revolviendo sin mucho interés los fideos en mi plato -Teni' toda la tarde.

México sonrió.

-Tienes toda la razón Chilito, -Contestó ahora más calmado levantándose de la mesa. Brasil y Colombia lo siguieron de forma casi automática. Yo, por mi parte, permanecí sentado -¿Tú eras bueno en biología, verdad? Me vas a hacer el resumen para hoy, antes de las cuatro.

"Conchatumare" pensé resistiendo el impulso de saltarle encima y enterrarle un tenedor en el ojo.

Tomé aire y asentí con resignación tratando de poner mi mejor sonrisa, después de todo quién me manda a meterme en conversaciones que no me importan.

México desordenó mi pelo al irse, Brasil y Colombia caminando tras él, y me quedé solo en la mesa. Suspiré con pesadez al recoger mi mochila del piso.

¿Cuánto me iba a demorar haciendo esa wea de resumen? Me comenzó a doler la cabeza de solo pensar en las células eucariotas, procariotas y no sé qué otras mierdas más.

-Que paja... -Murmuré comenzando a sacar mi estuche de la mochila.

-Che, disculpá que me meta, -Escuché una voz animada decir tras de mí - pero en serio tenés que dejar de hacer todo lo que esos chabones te dicen, te van a terminar aplastando un día de estos.

Me dí la vuelta para ver quién me estaba hablando y me topé con un chico al que jamás había visto antes.

Estaba apoyado en uno de los pilares de la cafetería, justo a un lado del basurero, con un libro abierto entre sus manos. La gabardina negra que tenía puesta no hacía más que acentuar el celeste de su rostro y lo verde de sus ojos.

-¿Disculpa? -Pregunté desconcertado.

Un atisbo de sonrisa se dibujó en sus labios y cerró el libro.

𝐇𝐄𝐀𝐓𝐇𝐄𝐑𝐒 | countryhumans ver!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora