Cuando llegaron al castillo lo primero que Jeongin hizo fue ir directo a la habitación, necesitaba un baño de espumas, además de esconder la caja que Loana le había dado.
Las palabras de la rojiza seguían resonando en su cabeza, no entendía porque lo había hecho sino se conocían, ¿Acaso no temió que fuera con el chisme a otro lado? Si hubiera sido otro, ya no viviría para contarla.
¿Quien se atrevería a negarle la vida a quien podría ser el futuro heredero de ambos reinos?
Recorrió de un lado para otro la habitación, buscando donde esconder las pastillas y tras varios largos minutos decidió sacarlas y guardar cada una en diferentes lugares, al ser tan pequeñas no había forma de que Hyunjin o alguien del castillo las pudiese encontrar.
-Jeongin...-llamaron detrás de la puerta, era Esme.
-Pasa, por favor.-le dijo una vez abrió la puerta, viendo la bandeja con comida y lo que parecía ser el licor que horas antes le habían regalado a Hyunjin.
-¿Hyunjin pidió esto?-preguntó, algo confundido.
-Así es, dulzura, deberías tomar un baño.-le sonrió.
-Eso iba a hacer, muero de sueño, solo quiero dormir muchas horas.-alegó con un mohin.-Me duelen las piernas de tanto caminar.
Esme asintió, aunque en el fondo deseaba decirle que esa noche haría todo menos descansar, prefirió ahorrarse sus palabras.
-Dejaré la comida aquí, ten una linda noche.-le dijo acercándose a la puerta.
-¿Por qué te vas tan pronto? Hoy casi no te vi...-suspiró.-¿Sabes si Felix estuvo todo el día aquí?-preguntó con sigilio.
-Dijo que tenia algunos pendientes que hacer así que fue al pueblo con su familia.
Jeongin asintió, algo triste por haberle hecho perder el tiempo sabiendo que tenía otras cosas por hacer.
Definitivamente era un mal amigo, aunque no sabía si Felix lo consideraba como tal, para Jeongin si lo era, podia sentir que Felix era diferente al resto.
-¿Mañana vendrá?
-Lo dudo, cuando va con su familia tarda hasta tres días en volver.-explicó.
-Si regresa antes me avisas, por favor.-pidió y dejó que Esme se marchara.
Un largo suspiro salió de sus labios resecos, su mano fue directamente hacia ellos, tocando con delicadeza y notando lo agrietados que estaban.
Se puso de pie y caminó hacia el baño, viéndose directamente en el espejo por largos minutos, de pronto una lágrima se paseo por su mejilla hasta caer en su abrigo el cual no tardó en desabotonar para hacerlo a un lado, sin esperarlo terminó quitando su ropa hasta quedar completamente desnudo.
Su mente le volvió a traicionar, aunque se le había vuelto una costumbre para Jeongin seguía doliendo. Sentía una tristeza profunda e inmensa, incapaz de ser calmada a menos que se pudiera retroceder el tiempo, sin embargo aquello era imposible, su vida debía ser así y para siempre, lo cual le deprimia aun más.
Todo se le había juntado.
Su vista bajo hacia su vientre y posó sus manos justo ahí, recordando el momento antes cuando la rojiza le dio las pastillas. Jeongin seguía debatiéndose el porqué las había tomado, sabiendo que se podía negar y no dar tal indicio de que de verdad no quería embarazarse o que si aquello sucedía, se iba deshacer de su hijo.
Su pecho dolió de solo imaginarlo y cerró los ojos con fuerza, intentando torpemente no llorar, pues no tenía excusa para dar si era descubierto o porque simplemente tampoco quería dar explicaciones.
-Yo no soy una mala persona.-se repitió con varios sollozos entorpeciendo su gesticulación.-¡Por Dios, en que estaba pensando!-se regañó.
Abrió los ojos de golpe y tomó la bata que estaba ahí, envolviendola en su frío cuerpo antes de salir corriendo a la habitación, para su mala suerte Hyunjin iba entrando con el ramo de flores que horas antes le habia dado.
La sonrisa de Hyunjin se borró cuando lo vio y Jeongin retrocedió al ver que intentaba acercarse a él.
-¿Qué pasó?-le preguntó suavemente, aunque Jeongin notó lo preocupado que estaba.-¿Te sientes mal?, ¿Algo te duele?-insistió.
Jeongin negó y formó un puchero pata después echarse a llorar.
-Q-quiero estar solo.-sollozó.
-No voy a dejarte solo.
-No sabes comprenderme.-le dijo en un susurro, con rabia.
Hyunjin apenas lo había escuchado, pero decidió no decir más, sabía que su esposo no estaba bien y discutir no era lo mejor en ese caso.
-Te prepararé una ducha de agua caliente y tomarás el té que nos obsequió May.
-No quiero.
Hyunjin lo escuchó pero decidio ignorar su peticion y caminó hacia el baño, mirando a su alrededor con atención, intentando encontrar algo por lo cual Jeongin estuviera así, encontrando únicamente su ropa en el suelo.
Preparó la tina con agua y espuma, para después volver a la habitación, viendo a Jeongin acurrucarse en la cama con las flores a su lado, ya con la intención de dormir.
-La ducha esta lista, déjame ayudarte.-se acercó a su lado y tomó con delicadeza su brazo, algo sorprendido porque Jeongin accedió por lo tanto le ayudó a ponerse de pie y sin decir más para no arruinar las cosas le ayudó a quitar la bata, viendo como resbalaba por su piel blanca.
Jeongin lo miró a los ojos por varios minutos, los cuales habían sido eternos para Hyunjin; quien se mantenia inerte, y después se acercó lo suficiente como para que sus respiraciones se mezclaran.
Las manos de Jeongin tomaron posesión de su rostro, de manera delicada e inspeccionó su rostro a detalle antes de juntar sus labios en un solo beso y después alejarse lentamente.
Sus manos desabotonaron su abrigo y después la camisa blanca que Jeongin había notado que Hyunjin siempre portaba. Sus dedos delinearon el abdomen de su pareja, admirado por la suavidad de su piel canela.
Por otro lado Hyunjin no sabía como actuar o siquiera si debía hacer algo, pues no entendía como habían llegado a ese momento, incluso pensó en que Jeongin estaba sonámbulo pero lo descarto de inmediato ya que era imposible que alguien en ese estado pudiese hacer algo así.
Jeongin volvió a besar sus labios, esta vez manteniendo sus bocas unidas a un ritmo suave que era dirigido por él mismo, volviéndose un tanto más apasionado cuando Hyunjin intento cambiar los papeles al notar que Jeongin se dejaba hacer.
Sus manos sujetaron su cintura con fuerza cuando sus lenguas bailotaron y los chasquidos hicieron eco en el baño, junto a ellos los gemidos que Jeongin soltaba cuando Hyunjin amasaba sus glúteos con posesividad.
El momento se sentía mágico para los dos, pues para Jeongin era una nueva experiencia, nuevas sensaciones y el tacto de Hyunjin era de cierto modo delicado, tanto que le desubicaba.
No supieron en que momento llegaron a la habitación hasta que Jeongin cayó a la cama y sobre él Hyunjin, quien le miraba con ojos brillantes mientras quitaba su ropa por completo.
Jeongin podía sentir sus mejillas rojas y sus manos temblorosas, ni hablar de sus piernas y su corazón que latía de manera desenfrenada por lo que estaba a punto de suceder porque estaba más que claro que pasaría y después de ello no había vuelta atrás, su destino estaría marcado para siempre.
Y un para siempre no estaba hecho para todos.
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Lord Hyunjin | hyunin ♡
FanfictionJeongin y Hyunjin; futuros reyes de Vincennes y Carcasssonne unen sus vidas por acuerdos que conllevan intereses de por medio, pero las cosas se ven un poco afectadas por las vidas tan diferentes que llevan cada uno. Dinero, poder, fama. ¿Podrá su a...