III: ¿Quiénes son para juzgar?

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Serkan se despertó esa mañana en una cama que no era la suya pero le gustaba, sobretodo por la razón que lo despertó, un beso de su mamá. Para el pequeño de 5 años eso era raro, generalmente lo despertaba la niñera abriendo la cortina con violencia para que entre el sol y su mamá ya estaba abajo, impoluta, maquillada y cambiada.

Esa mañana no, esa mañana los labios de su mami en su rostro fueron lo que lo saco de los brazos de Morfeo. Aun adolorido sonrió y la miro, aquellos ojos marrones que para él eran todo se chocaron con sus verdes agotados sacándole una sonrisa.

- Buen día mi dormilón, mi osito pelirrojo, ¿Cómo estas? – Le dijo abrazándolo con amor

- ¿Ya no estamos en el lugar feo? – Preguntó

- No, ya no mi amor. Mira, afuera hay campo, verde, plantas. El sol, aire limpio. – Y le señalo la ventana

- Es todo hermoso, muy hermoso. Alp tenía razón, un día seríamos libres –

- Aun no somos del todo libres bebé, de momento debemos estar aquí a salvo, un poco ocultos pero por lo menos si somos libres de golpizas y dolor. ¿Te sientes mejor? Aunque sea un poquito – Pregunto tocando su frente

- Si, dormí cómodo, ¿Te golpee mucho? Cuando tengo miedo golpeo al dormir. –

- No, no mi amor, casi nada. Dormiste muy calmado, tranquilo y quieto. –

En eso la puerta se abrió y dejo entrar a Kemal junto con Alp quienes traían una bandeja con el desayuno para todos, lo apoyaron en la cama y el hombre se acerco a ambos para controlar que no tuvieran temperatura.

- ¿Cómo amanecen los pacientes? – Pregunto

- Mejor, me duele menos todo. ¿Qué le metió tú mamá al té? ¿Morfina? Dormí cómo un bebé –

- Además de amor, vaya uno a saber. ¿Y el mini paciente? –

- Duele menos todo, ya no tengo fiebre, no le pegue a mami o a Alpy al dormir. Y mi mami me despertó con un beso, supongamos que si –

- Bien, ahora di la verdad. Algo le pasa, esta mintiendo, le conozco la cara. Ahora, se honesto, ¿Dónde duele? – Pregunto Alp

- Dijo el que se esta tocando la muñeca desde ayer y se hace el bobo –

- Acuson – Y le saco la lengua

- Mmmmm – Serkan le devolvió el gesto

- Mmmmm – Para este punto ambos pequeños se burlaban del otro

- Niños, niños, no peleen. A ver mi amor, déjame ver – Aydan le movió la muñeca

- ¡Ay! –

- Te lo dije – Se quejo Serkan

- Rota no está, pero puede ser un esguince o un golpe. Ven acá, a la cama, a la cama con mamá, tú también tienes que descansar mi pequeño. ¿Por qué no me lo dijiste? – Protesto Kemal – Me ha estado ayudando a hacer el desayuno desde hace rato

- Por que quería ayudarte a hacer que mami y Serkan se sintieran bien –

- Entiende mi pequeño, tú también mereces ser amado y cuidado, anda, a la cama, vamos a desayunar que tenemos que hablar, me tienes que ayudar con eso que prometiste ayudar, ¿Recuerdas? – Y le guiño un ojo

- Si –

- ¡Kemal, Kemal, Kemal! – Grito su hermana

- ¿Qué ocurre? –

Un amor inquebrantable (Edser)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora