ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 12 (ꜰɪɴᴀʟ)

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MARTIN

Iba en el tren camino a Madrid mientras miraba el hermoso álbum de fotos que me regaló Juanjo por navidad la verdad que había tenido demasiada suerte al tenerle a él. La voz de la azafata me sacó de mis pensamientos pues ya había llegado a Madrid y Ruslana seguramente me estaría esperando.

Bajé del tren y me la encontré corrimos a darnos un abrazo y me sentí en casa. Mientras íbamos camino a casa Ruslana me contó como había pasado sus navidades junto a su familia.

Cuando llegamos a nuestro piso pensé que sería buen momento para darle la buena noticia pero a la vez mala.

-Rus, siéntate tengo que contarte una cosa - me miró con preocupación y se sentó en el sofá al lado mía - mis padres me han apuntado a una academia de arte dramático - le solté.

-Joder Martin me había asustado pensaba que sería algo malo, pero eso es realmente bueno al fin puedes estudiar lo que tanto te gusta - dijo ella con una sonrisa súper amplia, iba a volver a hablar pero me vi interrumpido por el timbre de la puerta.

Me levanté para abrir, la verdad era extraño porque yo no esperaba a nadie, pues Juanjo estaba con Bea y Álvaro así que dudo que viniera a verme hasta mañana, pero todos mis pensamientos se esfumaron cuando abrí la puerta y me lo encontré a él.

Salí disparado hacía sus brazos como cuando de pequeño te raspabas la rodilla e ibas corriendo hacía tu madre para pedir ayuda. Eso era Juanjo para mí un refugio. Nos separamos del abrazo y junté sus labios con los míos. Aunque haya pasado cuatro días le extrañaba mucho.

-Juanji, ¿Qué haces aquí? - le pregunté mientras le acariciaba los hombros.

-Pues venía darle la bienvenida a mi hermoso novio - dijo para volver a juntar nuestro labios, sonreí en medio del beso y él también. Nos separamos y le deje entrar.

-Bueno vas a seguir contando o que - me dijo Ruslana.

-A si, Juanjo mis padres me han apuntado a una academia de arte dramático - le dije y el se puso muy alegre y me abrazó. Me dolía en el alma el saber como se lo tomarían esa gran mala noticia mis dos pilares fundamentales de Madrid.

-Pero no os alegréis, es malo, demasiado malo - ahora ambos me miraban confundidos y preocupados a la vez - veréis la carrera  dura cinco años y digamos que la academia no esta muy cerca de aquí. Esta en Lyon, Francia - lo solté - así que técnicamente tendré que pasar en Francia cinco años - pude ver como los ojos de Juanjo se cristalizaban y como Ruslana ya estaba llorando, a los pocos segundos se le unió Juanjo y eso fue lo que mató, el ver como lloran las personas que más quiero.

-No te puedes ir - dijo Juanjo entre sollozos y yo empecé a llora. Les abracé a ambos y les prometí que jamás me olvidaría de ellos.

JUANJO

La noticia que nos dio Martin se sintió como si te tirasen un balde de agua fría, cuando todo parecía ir bien algo siempre tendría que pasar.

Lloré, lloré como cuando a un niño pequeño le quitaran su juguete favorito, no podría dejar ir a Martin durante cinco años a más de mil kilómetros de distancia, no quería que se vaya, no sin mí, nos prometimos ver el mundo juntos  y ahora él tendría que viajar solo.

Pasaron los días y ya era 31 de diciembre dentro de tres días Martin tendría que emprender su camino hacía Lyon, estos últimos días fueron una montaña rusa de emociones algunos días estaba feliz porque estaba con Martin pero cuando volvía a casa me desmoronaba por todas las esquinas de mi casa.

Hoy habíamos quedado todos los Friends para comer las uvas en La Puerta del Sol, sería él último fin de año que pasaría con Martin hasta dentro de cinco años, otra vez volví a llorar, cualquiera diría que estoy loco pero no es así tan solo no quería que Martin se fuera y me dejará solo en Madrid como un perrito al que su familia abandona cuando se va de vacaciones.

𝓥𝓸𝓵𝓿𝓮𝓻 𝓪 𝓿𝓮𝓻𝓷𝓸𝓼 | ᴊᴜᴀɴᴛɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora