4|Práctica

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Janet regresaba a casa con Bonnie. Le había prometido a su padre llevarla y traerla, y así fue. Abrió la puerta y lo primero que vio fue a su padre charlando con su banda. Bonnie corrió a su habitación, y ella se acercó para saludar.

-Hola, buenas noches -dijo la joven sonriendo antes de sentarse en la misma mesa que su padre y sus compañeros. El grupo devolvió el saludo antes de mirar directamente a Stu, parecía que habían estado charlando hace un rato.

-Justo de ti estaba hablando, cariño -mencionó su padre al verla llegar-. Estaba hablándoles sobre tu participación.

-No te preocupes por nada, eres parte del grupo. Te ayudaremos en eso. No podremos participar, pero podemos ayudarte -animó Poco con una mirada cómplice hacia sus compañeros, quienes parecían estar de acuerdo.

-¿En serio no pueden? -se quejó Janet al respecto. Al verlos ahí, tuvo una pequeña esperanza de que les fuera posible participar.

-No quiero perder mi trabajo. Quiero decir, no lo necesito, pero Doug está ahí, es casi como mi hermano -aclaró Buzz, dando a entender su punto.

-Necesito algo de tiempo con mi novia. La he descuidado y la amo, no quiero perderla -Poco se rió nerviosamente. Él y todos querían ayudarla, pero les era imposible con sus ocupaciones.

-Bonnie no puede quedarse sola -su padre se unió, dando sus razones para no participar en aquel evento.

- Pero nos hemos puesto de acuerdo. Buzz y yo podemos ayudarlos con las canciones que puedes cantar. Podemos escribirlas en nuestro tiempo libre -animó Poco con una sonrisa. Buzz asintió con la cabeza, de acuerdo con el plan de su compañero.

-Yo puedo ayudarte con las coreografías, puedo ayudarte a practicar -su padre acarició la cabeza de su hija, mostrando su propio apoyo en la situación.

-Gracias a todos, no sé qué haría sin ustedes -la joven sintió que aquella molesta preocupación se desvanecía; un suspiro aliviado escapó de sus labios.

-Pero nos debes nuestra parte -bromeó Buzz, y su compañero Poco le dio un codazo, riendo junto con él.

-Claro, claro, cada quien su parte -Janet se unió a la broma y el grupo compartió una charla amistosa, como era costumbre.

(...)

Tan pronto como la visita se fue, ayudó a su padre a limpiar la mesa y lavar algunos platos. Ambos estaban en silencio, un silencio cómodo en el cual se concentraban en sus tareas. Pero Stu rompió el silencio.

-Hace mucho que no sales con amigos -su padre la miró con curiosidad, como si tratara de entender la razón de esa situación.

-He estado ocupada, papá -la pelirosa movió la esponja en el plato, quitando la comida restante de este mismo.

-No te sobre exijas, tómate un descanso de vez en cuando -aconsejó, tomando los platos que Janet terminaba de limpiar para ponerlos en la estantería, en su lugar.

-Sí, papá. Solo trataré de esforzarme un poco más esta vez. Me encantaría ganar -su padre la miró con una sonrisa orgullosa, admirando la dedicación de su hija a este evento.

-Verás que lo lograrás. Confío en ti, cariño -animó Stu, mirándola directamente. Una pizca de orgullo se pudo ver en su mirada.

Janet sintió una calidez en el pecho al escuchar a su padre. A pesar de las dificultades y el cansancio, sabía que tenía el apoyo de su padre, de su banda, de todos, y eso le daba la fuerza necesaria para continuar.

La noche avanzaba, y después de terminar con las tareas domésticas, Janet subió a su habitación. Se dejó caer en la cama, reflexionando sobre los acontecimientos del día.

¡𝐍𝐨 𝐬𝐨𝐲 𝐭𝐮 𝐞𝐧𝐞𝐦𝐢𝐠𝐚! // Melodie x JanetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora