°~*~Capítulo 25~*~°

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Escuché ese ruido extraño y mire hacia donde provenía.

Eran Bakugo y Kirishima.

Kirishima estaba nadando más rápido que un tiburón, mientras que Bakugo estaba... ¿Volando? Mientras usaba sus explosiones.

A ambos se los notaba muy molestos...

En un abrir y cerrar de ojos estaban a mi lado, Kirishima me había tomado por la cintura y me había acercado a él, con una mirada asesina hacia los otros chicos.. Mientras que Katsuki estaba por estallar del enojo.

—Eh... Chicos, porfavor... No peleen.—intenté cambiar el ambiente entre los chicos.

—¡Ja! ¿Tu estas acompañada por estos idiotas? Dios... Que pena.—se burló el chico más alto del grupo—Eres tan linda. Venga, acompañanos y te prometemos pasarlo de maravilla.—dijo mientras acariciaba mi mejilla con su pulgar.

—Ah... No gracias, no me apetece. Estoy bien con mis amigos.—sonreí, aunque tenía una vena en la frente, indicando mi clara irritación por esa insinuación.

—Vamos linda~... Será divertido...

¡Por Dios! No, no quiero y ya... ¿Que tanto les pegaron al nacer?

—No, gracias. No quiero.—aun con aquella sonrisa humilde pero con la vena de la frente a punto de estallar.

—¡Ya la escucharon, perros de mierda! Ella no quiere pasar el rato con ninguno de ustedes, ¡así que larguense!-gritó Katsuki, creando explosiones con sus manos.

—Eso, imbéciles. Fuera de aquí.—Kirishima respondió mientras que con la mano que estaba en mi cintura me hacía apegarme más a él.

Aquellos chicos idiotas seguían allí, pero no por mucho, ya que Bakugo y Kirishima amenazaron con despedazarlos si no se largaban de la piscina en menos de cinco minutos.

Vaya, eso fué un poco demasiado agresivo.

—Ya, ya chicos... Está todo bien. Ya se van... Calmense.—acaricié suavemente la cabeza de Kirishima mientras Katsuki solo se veía molesto.— Gracias por salvarme y protegerme.

—No es nada, ¡es lo que debería de hacer un hombre!—dijo Kirishima mientras se daba un pequeño golpe en el pecho.

—Awh, que lindo. Anda, una recompensa por ser tan varonil.—me acerqué a él y le besé la mejilla suavemente.

—A-ah... Eh, gracias...—se sonrojó y de rascó la nuca, nervioso y algo tartamudo.

—Tch, como sea. Ya dejen de coquetear.—se quejó Katsuki, con su usual tono molesto. Aunque creo que eran más celos.

—Aja, ya paramos. Aunque gracias a ti también por salvarme de esos idiotas.—también le besé la mejilla.

—¡¿Que coño haces?!—gritó muy muy fuerte.

—Pues agradecerte, idiota.—sonreí levemente mientras movía un poco las manos.

—Ah, ya. Claro.—se sonrojó un poco mientras se cruzaba de brazos y miraba a otro lado.

Me estiré un poco y mire al cielo, que estaba ya de un color medio anaranjado y rojizo.

¿Ya se estaba haciendo tarde?

—Chicos, ¿que hora es? Es que el cielo ha se está poniendo rojizo...—les pregunté mientras señalaba al cielo.

—Pues mira, Peque. Son las 8.45 de la tarde. ¿Quieres irte?—me preguntó con suavidad.

—Pues la verdad es que si, quiero irme, estoy cansada y quiero bañarme.—confesé.

—Pues vamos, maldita extra. Vamos a casa, ya no soporto estar aquí.—me agarró Katsuki como si fuera una bolsa de papas y me puso sobre su hombro.

—¡Baku-bro! ¡Esperame!—gritó Kirishima mientras agarraba las cosas que habíamos traído a la piscina.

Después de salir del recinto de la piscina, caminamos otra vez por las calles, ahora un poco solitarias y silenciosas.

TENERTE ES COMPLICADO (Eijiro x  Lectora x Katsuki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora